Más de 15 millones de dólares al año está recibiendo el Ministerio de Defensa, de parte de la MINUSMA (Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas en Malí) por el alquiler de seis helicópteros de ataque MD-500E, que entre militares salvadoreños son mejor conocidos como “Guardiancillos”.
Pero eso es solo una parte de dinero que la ONU paga a la Fuerza Armada de El Salvador, aunque es el mayor rubro, pues ese organismo internacional paga absolutamente por todo cuanto los tres contingentes salvadoreños llevan como equipo y armamento a esa misión, que en mayo de 2018 fue calificada como la más peligrosa por el Secretario General António Guterres.
En este reportaje no se consigna la posición oficial del Ministerio de Defensa debido a que esa información es de carácter reservada “por acto administrativo denominado reserva de información de expedientes de los contingentes de la Fuerza Armada en misiones de paz”, según la resolución de entrega de información No. 119/04DIC019.
En el referido documento se solicitó información sobre la cantidad de dinero que la ONU entrega al Ministerio de Defensa por el apoyo con personal y equipo a la Misión en Malí, cuánto paga (por mes) por cada helicóptero, así como el destino que se le da a los fondos entregados en concepto de pago por equipo, material y recurso humano destinado a esa misión.
Decían que la más beneficiada sería la Fuerza Aérea Salvadoreña
De acuerdo con múltiples fuentes militares, allá por 2015, cuando el primer contingente era entrenado para participar en esa misión, el Alto Mando de la Fuerza Armada, incluyendo el entonces ministro de Defensa, David Victoriano Munguía Payés, les dijeron que el objetivo de participar en esas operaciones era que con el dinero que entregara Naciones Unidas, comprarían nuevas helicópteros y repotenciarían (repararían) los ya existentes.
Sin embargo, los informantes aseguran que nada de esos objetivos se han cumplido a pesar de que las tropas salvadoreñas en esa misión llevan más de cuatro años, pues el primer contingente partió en mayo de 2015.
Las fuentes indican que la situación de la Fuerza Aérea con su flota de helicópteros, en lugar de mejorar ha ido decayendo a tal punto que, aseguran, la flota destinada en Malí no está recibiendo el mantenimiento adecuado; en lugar de eso, se están depreciando rápidamente debido al uso que se les da.
En Malí, tres helicópteros se mantienen en la ciudad de Timbuctú; estos pertenecen al contingente llamado Torogoz, en tanto que los otros tres están basados en la región de Gao.
La obligación del contingente salvadoreño es mantener en línea (es decir, capaces de volar en cualquier momento) dos aeronaves, mientras la otra está en revisión mecánica o mantenimiento.
Eso es así porque en las misiones de vuelo deben ir dos helicópteros; no se permite que vuele solo uno. Pilotos consultados, quienes hablaron a condición de anonimato, afirmaron que la flota en Malí no está recibiendo mantenimiento adecuado y que temen que en algún momento pueda haber un accidente.
Fuente: El Salvador