Cuando el presidente Trump calificó de peligrosas y “quebrantadas” a Baltimore y otras ciudades estadounidenses, durante un mitin de campaña esta semana, sus partidarios decidieron aplaudir su evaluación.
“Nuestra ciudad es políticamente caótica”, afirmó Alex Triantafilou, presidente del Partido Republicano, quien además agregó que esto “Resuena en la gente. La gente se está moviendo un poco más lejos, un poco más lejos, siempre que puedan”.
Pero la retórica de Trump también fue bienvenida por David Pepper, quien es el presidente del Partido Demócrata de Ohio de Cincinnati, quien se siente alentado por las recientes encuestas que muestran que el ex vicepresidente Joe Biden actualmente está ganando el estado por encima de Trump y que los datos de mitad de período de 2018 muestran muchas áreas suburbanas que se alejan de los republicanos.
El condado de Hamilton se está perfilando como un caso de prueba de si la satanización de algunas ciudades por parte de Trump – junto con sus poblaciones liberales y diversas – le ayudará o perjudicará en 2020, especialmente en las áreas suburbanas del Medio Oeste.
Por su parte, el Obispo Bobby Hamilton, pastor principal de la iglesia Word of Deliverance en Forest Park, un suburbio de Cincinnati, aseguró que nunca había visto gente tan activada por todos lados.
“Nunca he visto a la gente tan enfurecida”, explicó. “Para los que están a favor de Trump, no importa lo que haga. Para los que se oponen a él, están totalmente en su contra. Pero esa gente del medio, están mirando y quieren hacer lo correcto”.
Con información de The Washington Post
