Según informes de medios internacionales, 500 mil hectáreas (o 5 mil kilómetros cuadrados) han sido consumidas por las llamas en el Amazonas de Brasil: el equivalente a una cuarta parte de El Salvador, una extensión territorial mayor a la que cubren los departamentos de Santa Ana, Ahuachapán y Sonsonate juntos, es decir toda la zona occidental del país centroamericano.
El voraz incendio ya ha causado daños incalculables en “el pulmón de la tierra”, sin que las autoridades estatales hayan implementado verdaderas políticas medioambientales para detenerlo.
El Amazonas es considerado el santuario de la biodiversidad, a lo largo y ancho de 7,4 millones de kilómetros cuadrados habitan al rededor de 30 mil tipos de plantas; 2.500 especies de peces; 1.500 de aves; 500 tipos de mamíferos; 550 especies de reptiles y 2,5 millones de insectos, según datos de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica.
El Amazonas abarca 40% de países de Latinoamérica, entre estos Bolivia, Colombia, Ecuador, Guyana Francesa, Guyana, Perú, Surinam, Venezuela y Brasil, en este último se ubica 60% de su extensión.
Desde hace 16 días el Amazonas se quema y ya se vislumbran los catastróficos efectos medioambientales del este siniestro considerado el más grande desde 2013.
El Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE) dijo este martes que entre enero y agosto de 2019 se han registrado 71.497 focos de incendio en Brasil, lo que equivale a un 83% más que el registrado durante 2018.
Del total de focos de incendio, 52,5% fueron detectados en la selva amazónica.
Mientras el presidente Jair Bolsonaro insinúa que organizaciones no gubernamentales pueden estar detrás del mayor siniestro registrado en los últimos años, la NASA publicó imágenes de cómo se ve el arrasador incendio desde el espacio.