Durante décadas, el béisbol de las Grandes Ligas tenía en una de sus partes un nicho especial para sus brazos. Los lanzadores, esos héroes de cientos de innings sobre el montículo, encontraban en la Liga Nacional su paraíso. Históricamente se había visto así, tal vez por viejas costumbres que aún son respetadas y que enaltecían su trabajo. Estar en el Viejo Circuito y ser pitcher era llegar a la cúspide, amén de coronarse con un Cy Young al finalizar la temporada.
Pero los tiempos cambian, y mucho.
El pasar de las campañas vio caer el número de lanzadores de alta talla, no de manera drástica, pero sí gradual. Poco a poco el jonrón fue cobrando mayor protagonismo y con él el nombre de sus autores. El final de la década de 1990, cuando el dominicano Sammy Sosa y el estadounidense Mark McGwire encabezaron una histórica lucha por el liderato de cuadrangulares, generó un efecto sin precedentes en la Liga Nacional, abriendo paso a fuertes toleteros en el sistema de la Major League Baseball (MLB).
Tras la pugna de estos apareció el dominicano Albert Pujols, hoy en la Liga Americana, y considerado uno de los mejores extranjeros en la pelota norteamericana. A partir de ahí, el desfile de nombres no ha cesado en detrimento de grandes abridores. Piezas como Max Scherzer y Madison Bumgarner no pierden brillo, pero son cada vez menos sus colegas triunfando en el circuito.
En su lugar, una nueva generación de toleteros alza su voz para reclamar un territorio anteriormente comandado por lanzadores, un grupo conformado por tres jóvenes jugadores que prometen, en caso de seguir en la Liga Nacional, brindar una pelea muy cerrada por ser el referente del lugar.
Cody Bellinger
La joya de California. El jardinero de los Dodgers de Los Ángeles quiere brindarle a su equipo ese título esquivo que tanto han buscado en las últimas campañas. Con apenas 24 años de edad, el zurdo se ha convertido en uno de los bateadores más difíciles de sacar de paso, gracias a su fácil contacto y poder para enviar la bola a las gradas.
Novato del Año en 2017 y con fuertes opciones en 2019 de ser el MVP, su trabajo con los de la costa oeste ha sido grandioso, al punto de ser un top 10 en las tres principales estadísticas ofensivas (average, jonrones e impulsadas) a lo largo de toda la zafra.
Su gran deuda pasa por mejorar su rendimiento en instancias importantes del calendario, como la Serie Mundial, donde en 2017 bateó apenas para .143 y .063 en la de 2018. Si eleva sus números en este tipo de etapas, los Dodgers contarán con un hombre sólido tanto en la ronda regular como en la cita que separa a los buenos peloteros de los grandiosos.
Christian Yelich
Otro patrullero de enorme nivel. El jugador de los Cerveceros de Milwaukee vio una explosión increíble cuando salió en 2017 de Miami para vestir el uniforme de los lupulosos. Siendo más joven, nadie dudaba de su calidad; sin embargo, en poco casi menos de dos campañas se convirtió en uno de los grandeliga más cotizados sumando apenas 27 años de edad.
El MVP de la Nacional en 2018 no quita el pie del acelerador, y al igual que Bellinger, es un top 10 en los tres grandes rubros del bateo, por lo que es espera que vuelve a reunir varios votos a su favor una vez baje el telón de la 2019 en la carrera por el premio gordo del béisbol.
Ronald Acuña Jr.
Presente y futuro. El jardinero venezolano de los Bravos de Atlanta es uno de los hombres que más llama la atención en la MLB. Arribando en condición de súper prospecto, Acuña se metió en el bolsillo a los fanáticos de la disciplina cumpliendo y superando cada elogio que desde que estaba en las menores se le otorgaba.
Fue Novato del Año en 2018 y posiblemente termine tercera en la lucha por el MVP. Es top 10 en jonrones, remolcadas y bases robadas, demostrando que cuenta con enormes herramientas. AL paso que lleva no solo se consolidará como el jugador más completo de su clase, también apunta a la meta escalonada de los 30 cuadrangulares y 30 estafadas en una misma zafra para luego ir por los 40-40.
El béisbol en la Liga Nacional, aunque haya torcido sus hábitos, está en buenas manos.