ir al contenido

América Latina ha hecho mejor equipo a estos Nats

El aporte de la embajada latinoamericana en Washington ha sido decisivo para que los Nats sean los campeones de la Liga Nacional y estén a la espera de saber quién será su rival en la Serie Mundial.

El dominicano Juan Soto ha sido todo lo que de él se proyectaba cuando firmó con 16 años de edad, siendo uno de los principales prospectos de su promoción. Hoy, con 20, recibe comparaciones con su compatriota Albert Pujols. Y abundan las razones para establecer paralelismos.

Pujols es uno de los mejores bateadores de todos los tiempos, sin importar nacionalidades. Y como él, Soto ha aportado desde muy temprano poder, contacto y disciplina en el home. Sorprende que ocupe el medio del lineup y sea tan joven, que imponga tanto respeto, como en su momento pasó con Phat Albert, a quien apodaron La Máquina con justicia.

Solamente otra máquina podía llenar el vacío dejado por una institución de los capitalinos. La gerencia hizo lo posible por mantener a Bryce Harper a bordo, esperando que llevara al equipo a un Clásico de Octubre. Al final, fue sin él que se cumplió la meta, en buena parte gracias al mozo que heredó su lugar en la alineación.

Otro quisqueyano, Víctor Robles, respondió a las expectativas que también despertó. Es un hábil defensor de la pradera central, un veloz corredor que saca de balance a los rivales, con un swing que promete crecer, tras enseñar destellos en la fase regular y ahora en los playoffs.

El novato ya había sorbido el café de las Grandes Ligas en los anteriores dos torneos, pero fue en este, a los 22 años de nacido, que recibió la titularidad, gracias al espacio que dejó vacante Harper.

Y entonces están tres los venezolanos, llegados todos para esta zafra y con papeles determinantes: Aníbal Sánchez, que completó un cuarteto brillante en la rotación de abridores; Asdrúbal Cabrera, que bateó para .323 desde que se sumó como agente libre en plena justa, con .969 de OPS y una impulsada por juego; y Gerardo Parra, el alma del dugout, el inspirador compañero, notable defensor de los tres jardines y bateador emergente zurdo para cuando hace falta.

Parra es, quizás, el jugador que más ha hecho en ese aspecto que no se mide con numeritos: con sus consejos, su presencia en el clubhouse y la relajada actitud con que trata a todos, es el pegamento que unió las piezas sueltas, mientras ponía a bailar a todo el estadio —a todo DC— al ritmo de Baby Shark.

Hay más, claro, porque Wilmer Difo y Adrián Sánchez apoyaron en el infield durante la zafra, como Javy Guerra y Wander Suero lo hicieron en el bullpen.

Es precisamente entre los relevistas donde hace vida un veterano que llegó a mitad de camino, como Parra y Cabrera, y que ha sido de ayuda en un cuerpo de bomberos que ciertamente es el lado flaco de la divisa.

Fernando Rodney es ese guerrero. Tiene 42 años de edad y fue el cerrador de la República Dominicana que ganó hace seis años el Clásico Mundial.

Cuando Rodney haga su primer pitcheo, la semana entrante, se convertirá en uno de los 10 grandeligas más viejos en la cita de otoño. Porque el aporte de América Latina incluye desde talentos juveniles hasta curtidos gladiadores. Y ha puesto a soñar a los Nats.

Últimas Noticias