La primera etapa de la temporada no ha sido la más positiva en el ámbito del Barcelona. Luego de 11 encuentros en la liga local, el combinado catalán, aunque ha asumido el liderato, deja más preguntas que respuestas en su entorno.
Lo que podría ser el inicio de una crisis encontró este 2 de noviembre en la derrota ante Levante una razón real para preocuparse.
En condición de visitante, el conjunto blaugrana mostró las grietas de su juego, especialmente en el ataque, una nueva dinámica tras la llegada del francés Antoine Griezmann, quien ha sido objeto de críticas ante la falta de fluidez en su fútbol al momento de entenderse con el resto de sus compañeros.
El rival de turno los hizo a un costado en un corto lapso, un 3-1 que llenó de ánimo a un club que suele luchar en la parte media-baja de la tabla de posiciones y que este sábado mostró que hay motivos para ser mejor.
Pese a que fue el Barcelona el conjunto que abrió el marcador al minuto 38 desde el punto penal, los locales no perdieron el y en un periodo de solo siete minutos puso el juego a su favor.
Primero, al minuto 61, José Campaña igualó el marcador, celebración que se hizo aun mayor cuando al al 63 apareció Borja Mayoral para poner las acciones 2-1.
Al 68 Nemanja Radoja sentenció el choque y con ello la sorpresa de la jornada.
Los pocos goles de Luis Suárez y la lenta adaptación de Griezmann han dejado en ocasiones a Messi desamparado, una pieza que, aun con el talento que tiene, puede volverse predecible al verse como la única opción real de gol en Barcelona.
Mientras esto sucede, el liderato corre el riesgo de que pase a manos del Real Madrid, su más cercano rival.
Si las cosas no salen como se planificaron antes de subir el telón de la campaña, habrá varios movimientos importantes en el Camp Nou antes de que ruede el balón en el lapso 2020-2021.