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Washington festejó a sus héroes, aunque para algunos es la despedida

Gritos, cantos y alegrías. Fue una marejada de color rojo. Millares de personas tomaron este sábado las calles y avenidas de Washington, para ver pasar a los héroes de la Serie Mundial.

Peloteros, técnicos, ejecutivos y sus familiares desfilaron felices a bordo de autobuses de dos pisos, ante una multitud embriagada de felicidad. Hubo aplausos y canciones, discursos y abrazos, muchos abrazos, incluyendo el que los venezolanos Gerardo Parra y Aníbal Sánchez le dieran a Stephen Strasburg quizás por última vez.

Esas expresiones de afecto al usualmente parco Strasburg fueron parte de la colorida carrera hacia la corona que a finales de mayo emprendieron los Nacionales. A través de las transmisiones en vivo de la postemporada, el país entero, la afición del beisbol, pudo enterarse por la TV de ese y muchos otros detalles que dieron vida, resiliencia y unión a esta sorprendente divisa, dotando a sus integrantes de un espíritu único, que mucho les ayudó a divertirse en el terreno y a ganarlo todo en la MLB.

El mejor pitcher de los capitalinos en 2019, el Jugador Más Valioso del Clásico de Otoño, no habló de adioses durante la parada, que hizo recordar a los habitantes de DC aquellos recorridos triunfales de posguerras muy lejanas.

Mientras ocurría la fiesta, se filtraba en el sitio MLB.com la noticia sobre la marcha de Strasburg. De acuerdo con el reporte, el derecho ha decidido ejercer la cláusula que le permite renunciar a las cuatro campañas que le quedan en su contrato y a los 100 millones de dólares que le falta por cobrar.

El líder en victorias este año en la Liga Nacional espera promediar mucho más que 25 millones de dólares anuales durante cinco o más torneos. Él y el propio Parra, así como Anthony Rendon, el venezolano Asdrúbal Cabrera, el brasilero Yan Gomes y otros miembros de la novena estarán en el mercado de agentes libres, que se acaba de abrir.

La fanaticada, que ya sabía lo de Rendon, porque su contrato expiró con el último out de la Serie Mundial, gritó muchas veces lo que se convirtió en consigna y exigencia a la gerencia: “¡Firmen a Rendon, firmen a Rendon!”.

“Estamos aquí gracias a este grupo de peloteros”, señaló el manager Dave Martínez en uno de los muchos discursos que ocurrieron en el acto final. “La capacidad de resistencia se impuso, este es un equipo que nunca se rindió”.

El gerente general Mike Rizzo admitió que su oficina ya trabaja en tratar de mantener a bordo las principales piezas que hicieron posible el sueño.

La fiesta tenía que acabar con el Baby Shark. Miles de alborozados fans, más todos los peloteros y miembros del club, gesticularon con los brazos extendidos mientras se oía la célebre canción infantil y Parra, el responsable de que esa energía positiva se esparciera del terreno a las tribunas, y de allí a la ciudad entera, daba saltos de alegría sosteniendo sobre su cabeza el trofeo de campeón.

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