Tras la presión social, el desconocimiento de las elecciones del pasado 20 de octubre y la presión institucional, Evo Morales renunció a la Presidencia de Bolivia.
“Es mi obligación como Presidente indígena, buscar la pacificación. Conspiran contra la democracia y eso duele. Envío mi carta de renuncia a la Asamblea Legislativa”, sentenció Morales en medio del rechazo a su reelección.
El vicepresidente de Bolivia, Álvaro García, también renuncia a su cargo tras las constantes protestas en contra de la administración de Evo Morales.
Morales, quien, el 21 de febrero de 2016 desconoció la voluntad popular luego de un referéndum, donde se votó no a su reelección, denuncia un Golpe de Estado en su contra luego de que la Organización de Estados Americanos (OEA), denunciara fraude electoral.
Morales califica su renuncia a la Presidencia como un golpe cívico, político y policial, luego de que la sociedad civil estuviese en las calles por tres semanas y las instituciones del país le dieran la espalda tras conocerse los resultados de la auditoría hecha por la Organización de Estados Americanos.