La temporada 2019 de las Grandes Ligas es historia. Con los Nacionales de Washington como organización que alzó el título de la recientemente culminada zafra, en el mundo de las mayores los focos se ponen sobre los principales premios individuales que reciben jugadores, todo un clásico que siempre alimenta el debate.
Luego de darse a conocer la lista con los ganadores del Guante de Oro y el Bate de Plata, la mesa quedó servida para el plato fuerte: Jugador Más Valioso, Cy Young y Novato del Año.
Hombres de altura
Mike Trout es víctima de la subjetividad. Cuando se elige al Jugador más Valioso de la ronda regular, no son pocos los que apuestan por alguien que haya brindado un enorme aporte a su franquicia, especialmente si esta tenía pocas opciones, para acceder a instancia de postemporada. En este tema, el jardinero de los Angelinos de Los Ángeles es un huérfano dentro de un conjunto con enorme poder económico pero que no ha logrado traducir sus deseos en éxito materializado.
Para la zafra 2019, el patrullero fue reconocido MVP por tercera ocasión en su carrera. Desde que iniciara a jugar beisbol en el profesional, en el año 2011, su nombre ha formado parte del top 3, salvo el 2017, entre los principales elementos de la Liga Americana con más votos. Nadie ha sido más dominante que él y todavía hay quienes dudan de su talento.
Parte de esto nace por el fracaso colectivo, algo que se escapa de las manos del versátil pelotero, un tipo capaz de embasarse con facilidad, robar almohadillas, conectar jonrones y también decapitar batazos de largo metraje. Pero su equipo no gana.
Este año, Trout bateó para .291 de average, con 45 jonrones y 104 carreras impulsadas. Nadie en la actualidad es mejor jugador que él y aun sí existen los que dudan de su capacidad. Un MVP no necesariamente debe ser campeón.
En la Liga Nacional el mérito fue para Cody Bellinger, jardineros de los Dodgers de Los Ángeles, quien se llevó los honores por primera ocasión en su carrera.
Al iniciar la campaña, el de los californianos sostuvo una lucha férrea con Christian Yelich, patrullero de los Cerveceros de Milwaukee, escapando del resto de sus competidores. De a ratos aparecía en esa carrera el venezolano Ronald Acuña; sin embargo, jamás llegó a ponerse en el nivel de los otros dos mencionados.
El punto que terminó de acabar con la discusión a favor de Bellinger fue la lesión de Yelich en su rodilla, hecho que lo motivó a pasar por el quirófano poco antes del final de la temporada regular, algo que también maltrató las opciones de los lupulosos al momento de medirse a los capitalinos en el encuentro de comodines del Viejo Circuito.
El de los Dodgers dejó promedio de bateo de .305, con 47 vuelacercas, 115 remolcadas y 121 anotadas.
El trío de muchachos mencionados en la Nacional, en caso de mantenerse sanos, prometen más debates sobre quién es el mejor pelotero de la zona, grupo que podría expandirse a cuarteto ante el franco crecimiento del dominicano Juan Soto, campeón con los Nats.
Brazos de lujo
Ja cob deGrom es la versión 2.0 del venezolano Félix Hernández. La afirmación no parte desde un pareció físico sino por su respaldo en cada encuentro. El latino sobresalió hace ya varios años como el mejor derecho de las mayores, algo de lo que podría presumir el elemento de los Mets de Nueva York actualmente.
Cuando en su época dorada llamaba la atención el bajo número de triunfos del as de los Marineros de Seattle, lo propio sucede con el de los de la Gran Manzana, pues el apoyo de sus toleteros suele ser mínimo; no obstante, ese propio reto ha sacado lo mejor de cada pitcher.
Ganador del Cy Young en 2018, repetir para deGrom fue sinónimo de regularidad. En el curso, el diestro obtuvo solo 11 triunfos por 8 caídas, cifras nada brillantes, pero es su domino, ese que se encierra en algunas estadísticas pero que normalmente se determina de mejor manera en el juego, es lo que realmente lo dejó en lo más alto de la votación.
Su efectividad de 2.43 en 32 salidas fue increíble, tanto como sus 255 ponches.
En la Americana, el hombre importante fue Justin Verlander. A solo un triunfo de sumar su segundo anillo de Serie Mundial, el veterano puede ser la versión inversamente proporcional de deGrom, específicamente tocando el tema de los triunfos vistos desde el apoyo ofensivo de los suyos.
La toletería de los Astros de Houston es una de las más temibles de todas las Grandes Ligas y así lo ha sido desde hace algunos años, algo que representa una tranquilidad enorme para sus abridores.
Verlander supo reconocer esto y ganó 21 duelos, dejando porcentaje de carreras limpias de 2. 58. Los abanicados, nada más y nada menos que 300. Además, lanzó un no hitter durante el lapso.
A pesar de que ya son 15 años en Grandes Ligas y no ha asomado su retiro, si decide dar un paso al costado de manera sorpresiva, tendrá un puesto más que asegurado en el Salón de la Fama de Cooperstown gracias a su excelsa trayectoria. Su punto bajo, el rendimiento defectuoso cuando llega a los playoffs.
Promesas que llaman la atención
El premio a Novato del Año suele ser uno que reúne mayores méritos en el futuro, pues, aunque el honor reconoce realmente a quien destacó en su primera temporada completo en las mayores, siempre se espera de ese atleta que siga creciendo y se haga con un espacio entre los mejores peloteros de su generación.
El camino vio perder en la oscuridad a muchos por los que la apuesta era enorme y eso quieren evitar Pete Alonso y Yordan Álvarez.
El primero, de los Mets, se hizo sentir desde el primer día. El poder del toletero de los metropolitanos es espectacular, un slugger de esos que se ve pocas veces y que vaticina un futuro en donde su nombre debería colarse entre los máximos jonroneros en la historia del juego.
Este año, el inicialista impuso una marca que se había roto hace poco y que tenía en la figura del jardinero Aaron Judge, de los Yanquis de Nueva York, su dueño. Pero el primera base dejó eso atrás y con 53 batazos de cuatro esquinas puso un nombre en los libros de historia.
El segundo exhibió destrezas de un tipo más completo; sin embargo, lo que llamó la atención y que pudo determinar la poca productividad de otros colegas recién llegados en la Americana fue su bajo número de encuentros disputados en ronda regular: 87.
El cubano bateó para .313 de average, con 27 jonrones y 78 producidas, nada mal para alguien que vio acción casi a la mitad de lo que hizo la mayoría del universo de jugadores.