ir al contenido

Las nuevas drogas causan estragos en las calles de Colombia

Un extraño líquido, al parecer con efectos alucinógenos, comenzó a aparecer en las incautaciones que la Policía hizo de sustancias que pretendían ser sacadas del país rumbo a Europa y Estados Unidos. Las muestras fueron estudiadas por el laboratorio de química de Interpol y de la Dijín, y marcaron positivo para N-N dimetiltriptamina o DMT. Este es uno de los componentes del yajé, una sustancia tradicional cuyo uso está permitido en Colombia bajo reglas de sabedores ancestrales.

Estas fueron las primeras noticias que revelaron la existencia de una nueva sustancia cuyos efectos son alucinaciones visuales, auditivas, despersonalización, alteraciones de la percepción y un sentido alterado del tiempo. Los temores por lo que sería una nueva modalidad de tráfico ilegal se confirmaron cuando Medicina Legal reportó la muerte en 2019 de dos personas como consecuencia del consumo de esta sustancia.

Esta semana, varias entidades del Estados lanzaron un paquete de alertas tempranas por la aparición de sustancias emergentes en las calles del país cuyos efectos pueden llegar a ser hasta letales. El ente a cargo de realizar el seguimiento es el Sistema de Alertas Tempranas, del que participan los ministerios de Justicia y de Salud, la Policía, la Fiscalía, el Fondo Nacional de Estupefacientes, la Universidad Nacional de Colombia y otras entidades que aportan en la detección, caracterización, evaluación del riesgo. En 110 países del mundo se han detectado 899 nuevas sustancias en los últimos años; 35 de estas tienen presencia en Colombia.

Un capítulo protagónico en la alerta del Gobierno lo tiene  el DMT, ya que este componente del yajé está controlado y su consumo está permitido bajo tres propósitos de carácter cultural: 1. Establecer normas y procedimientos sociales 2. Mecanismo de resolución de conflictos y problemas 3. Aspectos vitales como lo médico, lo religioso, lo social y lo personal.

“Todo uso de este tipo de sustancias fuera de un ritual es considerado una intoxicación con fines psicoactivos”, aclaró Ana María Rueda, al frente a la dirección de Política de Drogas del Ministerio de Justicia. El creciente interés por el uso del yajé por parte de la gente en un contexto recreativo y experimental ha conducido a graves intoxicaciones. “Las dosis o el manejo inadecuado puede ocasionar en una persona ansiedad, paranoia y episodios de psicosis, que ponen en riesgo la salud física y mental”, precisó.

Junto al DMT, las entidades del Estado alertaron por la aparición de una modificación a las pastillas de éxtasis de la que ya se tenía noticia en países de Europa por sus efectos fatales. Una dosis tradicional de éxtasis contiene entre 80 y 140 mg de metilendioximetanfetamina (MDMA), que es el principio activo de esta droga sintética. De unos meses para acá, estudios químicos realizados en laboratorios de la Fiscalía han arrojado que entre los jóvenes circulan pastillas de éxtasis con comprimidos que van entre 180 y 232 mg.

“Pueden causar al consumidor una de las complicaciones más graves asociadas al consumo de esta sustancia, como es la hipertermia, que produce la ruptura de las células de los músculos y falla orgánica múltiple, además se han reportado convulsiones, taquicardia, episodios psicóticos y alucinaciones, edema pulmonar y síndrome serotoninérgico”, dice el documento.

La mayoría de estas muestras han salido de festivales y fiestas juveniles, por lo que el Sistema de Alertas Tempranas les recomienda a las entidades territoriales que alberguen estos eventos que prevean estrategias de atención en salud. En el mundo, este nivel de concentración ha llegado hasta 300 mg, lo que ha llevado a que las Naciones Unidas para las Drogas y el Delito enciendan las alarmas por esta tendencia que marca cada vez más elevada.

Otra modificación peligrosa sobre una sustancia ya conocida también entró en el paquete de recomendaciones preventivas. Para las autoridades, existe una gran similitud en la estructura química entre 1P-LSD y el tradicional LSD. Sus efectos son casi idénticos, aunque probablemente difiera en su tasa de absorción y duración. “Sus principales efectos negativos para la salud incluyen alucinaciones visuales, táctiles y auditivas, alteración de la percepción del tiempo y euforia”·, asegura el documento.

No obstante, el Gobierno eleva una alerta alrededor de esta sustancia porque poco se sabe sobre la farmacología de 1P-LSD. Y aunque podría ser tolerado en dosis bajas, el riesgo puede ser variable por la susceptibilidad entre individuos y la predisposición frente a factores como enfermedades mentales. Si bien, no existe una dosis tóxica conocida de esta sustancia, su consumo puede generar efectos negativos para la salud como ansiedad, delirios, ataques de pánico y convulsiones.

Para las entidades del Estado el consumo de cualquier sustancia psicoactiva tiene riesgos para la salud, no obstante, los riesgos se incrementan y son inciertos cuando se trata de sustancias con características como las mencionadas.

Con información de Semana

Últimas Noticias