Varios proyectiles impactaron este sábado en el centro de Bagdad y en la base militar de Al Balad, al norte de capital iraquí, donde actualmente existe una fuerte presencia de tropas estadounidenses.
El ataque no provocó ningún tipo de víctimas, sin embargo, las fuerzas estadounidenses en la base militar y las instalaciones de la embajada se declararon en alerta y desplegaron drones alrededor de la base luego de que se produjera esta arremetida hacia ellos.
La Célula de Información de Seguridad del Gobierno iraquí aseguró a través de la red social Twitter que varios misiles cayeron en un barrio del centro de Bagdad y en la denominada fortificada Zona Verde, así como también en la base aérea de Al Balad, en la provincia de Saladino al norte de la capital.
La Célula aseveró que hasta ahora no se han producido pérdidas humanas.
Por otra parte, una fuente del Ministerio de Interior iraquí comentó que un bólido de tipo Katiusha cayó en la Zona Verde, donde se encuentran las embajadas extranjeras, incluida la de Estados Unidos y las sedes gubernamentales, sin provocar ningún tipo de daño material o personal.
Un oficial de la Policía de la provincia de Saladino, notificó que dos cohetes cayeron en una de las partes más importantes de la base de Al Balad e impactaron en almacenes de armas del Ejército iraquí sin causar víctimas pero sí algunos daños materiales mínimos pero considerables.
El oficial que ofreció información solicitó no desvelar su nombre y señaló que las fuerzas estadounidenses que se encuentran desplegadas en esas instalaciones se han declarado en alerta y expandieron, alrededor de la base, drones para corroborar cualquier posible ataque o asalto en esas zonas.
Al Balad es una de las bases militares más grandes de Irak, en ella existen tropas y asesores de la coalición internacional antiyihadista que es liderada por Washington.
El atentado con estos proyectiles surge un día después de que EE.UU. efectuara una embestida selectiva contra líderes chiíes en la tercera ciudad del mundo árabe, Bagdad, acabando con la vida del comandante de la Fuerza Quds de los Guardianes de la Revolución iraní, Qasem Soleimaní y el vicepresidente de las milicias iraquíes Multitud Popular, Abu Mahdi al Mohandes.
Este bombardeo responde a ataques contra los intereses estadounidenses en suelo iraquí, de los que Washington asegura es culpa de los batallones chiíes respaldados por Irán que actúan bajo el paraguas de la Multitud Popular, como Kata’ib Hizbulá.