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El triste presente del Manchester City

Hay acciones que se pagan de forma muy costosa y que no tienen que ver con el dinero. Así sucedió este viernes 14 de febrero con el Manchester City, el cual, según indicó la UEFA, no podrá ver acción por las próximas dos temporadas en competiciones europeas, además de tener una deuda con el organismo que rige el fútbol en Europa valorada en 30 millones de euros.

Esta enorme e histórica multa tiene como motivo principal el hecho de haber cometido graves infracciones en cuanto a las regulaciones de licencia frente al organismo, así como sus límites financieros.

De acuerdo con la cámara de adjudicaciones de la UEFA, una vez fueron revisadas las pruebas que levantaron sospechas dentro del club inglés, se dieron cuenta de los graves fallos que cometió este equipo, el cual fue acusado de ni siquiera haber cooperado con los investigadores del caso.

A través de un comunicado, la UEFA señaló que el club británico ha “cometido graves infracciones en las regulaciones de licencias de la UEFA y en las regulaciones relativas al ‘fair play’ financiero, al exagerar su beneficio de patrocinadores en las informaciones transmitidas a la UEFA entre 2012 y 2016”.

“La Cámara de Adjudicaciones ha impuesto unas medidas disciplinarias al Manchester City que incluyen la exclusión de participar en las competiciones de la UEFA en las dos próximas temporadas (2020-2021 y 2021-2022) y el pago de una multa de 30 millones de euros)”, sigue el escrito.

De entrada, la situación da un mínimo de espacio abierto a favor del Manchester City. Y es que según el comunicado de la UEFA, si el club de inglés ejerce su derecho de apelación “la explicación de la decisión tomada por la cámara de adjudicaciones no sería publicada” hasta que el Tribunal de Arbitraje Deportivo decida.

Similitudes

La situación no es nada sencilla y en Inglaterra tienen un pasado reciente que involucra a otro histórico que se vio afectado de una manera similar. El Chelsea, si bien no encontró trabas para jugar en competiciones europeas, se vio limitado a comprar jugadores tanto en el mercado de verano como de invierno. E l resultado, intentando ver el vaso medio lleno, es el de un equipo que apostó por su cantera y desarrollo del talento suficiente para hoy en día competir y buscar un cupo para la próxima edición de la Liga de Campeones de Europa. Una vez levantado el veto también presumen de contar con el poder financiero suficiente para atraer grandes piezas en el próximo mercado de fichajes.

Desde Manchester, el City presentó inmediatamente un comunicado en el que dijo sentir se “decepcionado”.

“El club siempre ha anhelado la necesidad principal de buscar un organismo y un proceso independientes para tratar de forma imparcial el cuerpo completo de evidencias irrefutables como soporte de su posición”, reza el escrito. “En diciembre de 2018, el Investigador Jefe de la UEFA anticipó públicamente el resultado y la sanción que pretendía imponer sobre el Manchester City, incluso antes de comenzar cualquier tipo de investigación. El consiguiente proceso, defectuoso y constantemente filtrado por parte de la UEFA, que él mismo supervisó, dejaba pocas dudas acerca de cual sería el desenlace final. El Club remitió una queja formal ante el organismo disciplinario de la UEFA, una queja que fue validada por un fallo del TAS”.

A juicio del equipo inglés, “con este proceso discriminatorio ahora finalizado, el Club tratará de conseguir un juicio imparcial con la máxima celeridad posible y, por lo tanto, en primera instancia iniciará diligencias ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo lo antes posible”.

Futuro inmediato

Aunque la noticia sigue estando fresca, las repercusiones llegan en la mesa con velocidad. Sí, el Manchester City puede apelar y salir ganando frente está oscura situación que envuelve a uno de los clubes con el mayor poder económico de todo el mundo; no obstante, en caso de no salir airoso el efecto podría ser tan grande como incalculable.

Los rumores que siempre colocan a ciertos jugadores fuera de sus respectivos clubes podrían impactar de manera directa en este combinado, el cual, al no ver acción en los principales torneos del Viejo Continente, tendría la puerta de salida abierta para sus máximas figuras.

Pero antes de pensar en los futbolistas se debe hacer hincapié en su director técnico. El español Pep Guardiola no cuenta con los mejores resultados en la presente temporada, lo cual despertó cierto interés desde otros lados de Europa. En Italia, por ejemplo, se habla de un futuro vínculo con Juventus de Turín. Ya en el pasado se había asomado la opción de buscar los servicios del catalán; sin embargo, quedó en nada.

Más que esos rumores, ahora al entender que de entrada no habría opciones para estar en las principales citas del planeta, Guardiola sería nuevamente tentado en el mercado y podría dar el salto de calidad hacia la Serie A luego de haber tenido éxito en su natal España, en Alemania e Inglaterra. Italia parece ser la última de sus grandes paradas.

Volver a casa

Pero mientras muchos apuntan hacia Italia y el enorme interés de Juventus de Turín para llevar a su banquillo al catalán, desde Barcelona ansían volver a contar con los servicios del hombre que le brindó al conjunto blaugrana la mejor época de su historia. Cuando Guardiola abandonó la disciplina con el Barcelona para dirigir en Alemania, el equipo culé cayó en una espiral de fracasos que, si bien fue sostenida a futuro por Luis Enrique, lo que vino de ahí en adelante fue completamente gris para uno de los conjuntos de mayor tradición en todo el planeta.

Recientemente el despido de Ernesto Valverde agrietó un poco más la estructura de una de las mejores y más populares organizaciones deportivas y que con la llegada de Quique Setién tampoco brinda mayores opciones y oxígeno a la organización.

Ahora que todo apunta a una posible desvinculación de Guardiola con el Manchester City, al cual llegó con la intención de ganar la Liga de Campeones de Europa, en Barcelona se frotan las manos y piensan que la era de Setién sería vista nomás como un interinato a la espera de recibir con las puertas abiertas a su gran héroe, un hombre que no tuvo mayor peso como jugador, pero que una vez se encontró con su mejor rol como dirigente, le brindó los títulos impensados a un equipo cuyo estilo y figuras lo convirtieron, pese a la subjetividad del tema, en el mejor equipo de la historia del fútbol.

La pelota está del lado del Manchester City, que tiene una tarea enorme y titánica: encontrar las excusas suficientes, así como pruebas irrefutables, de que lo que hizo y por lo que la EUFA lo acusa, fue no más que un simple malentendido, una acción digna de reproches, pero nunca con el peso suficiente para apartar al talentoso grupo de la Champions, un torneo digno de pocos y que en los últimos años ha tenido como invitado especial al club inglés.

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