El melodrama protagonizado por Meghan Markle y el príncipe Harry aún no ha llegado a su fin. Al parecer, aún hay muchos capítulos con historia variopintas que no se han contado, reseña elsalvador.com.
El nuevo y escandaloso episodio de todo este embrollo vuelve a tener como personaje principal a la reina Isabel II, quien ha castigado drásticamente a su nieto y a la esposa de él.
La temperamental monarca ha tomado una decisión, la cual no ha hecho pública, que seguramente repercutirá en las finanzas futuras de los duques de Sussex.
La represalia tomada por la soberana tiene que ver con la marca comercial que la pareja había desarrollado y que tantos ingresos creyeron que le reportarían: “Sussex Royal”.
REALEZA. El príncipe Harry posó junto con Meghan Markle durante una sesión de fotos, después de anunciar su compromiso en el Palacio de Kensington en Londres, el 27 de noviembre de 2017. | Foto archivo: Efe.
Desde ahora, ambos ya no podrán hacer uso de la palabra “Royal” (Realeza, Real) en sus comunicados, pues desde el 8 de enero ellos tomaron la decisión de renunciar a las responsabilidades que implicaban pertenecer a la familia real británica.
Un portavoz del palacio explicó al diario inglés Daily Mail que “simplemente no pueden usar esa palabra porque ya no pertenecen a la Realeza”.
Harry y Meghan invirtieron decenas de miles de libras en su nuevo sitio web de Sussex Royal para complementar su cuenta de Instagram. Asimismo, pretendieron utilizar su antiguo título para realizar otras actividades, las cuales le generarían cuantiosas ganancias. Además, la pareja trató de registrar a “Sussex Royal” como una marca comercial mundial para una variedad de artículos y actividades.
Tras la decisión de la reina Isabel, ellos ya no podrán hacerlo. De acuerdo con ese periódico, tanto Harry como Meghan habrían aceptado lo impuesto por la reina.
El registro “Sussex Royal” fue adoptado hace un año, aproximadamente, después de que la popular pareja decidiera apartarse de la monarquía. Esa decisión tuvo fuertes repercusiones en la familia real británica.
En aquel momento, y tras varias especulaciones y reuniones, la reina aceptó la decisión de su nieto.
“Apoyamos el deseo de Harry y Meghan de crear una nueva vida”, dijo en aquella ocasión la monarca.
Pero el asunto no acabó ahí. Días después se supo de un error que Meghan y Harry habían cometido y que afectaría sus planes económicos. Los asesores de la pareja olvidaron registrar la marca -con la que pretendían comercializar todo tipo de productos- fuera de Reino Unido.
Cabe recalcar que en junio de 2019 solo registraron y patentaron dos nombres: “Sussex Royal” y la de la fundación “Sussex Royal The Foundation of The Duke and Duchess of Sussex”. La pareja solicitó su explotación comercial en seis categorías distintas que engloban 100 productos, desde calcetines a bolígrafos pasando por derechos editoriales e impresos. Sin embargo, no hicieron lo mismo con el resto de mercados potenciales en otros países.
El príncipe Enrique y su esposa Meghan han comunicado que dejarán de representar a la monarquía británica el próximo 31 de marzo. A partir de esa fecha, dejarán de contar con una oficina en el palacio de Buckingham y pasarán a estar representados por un equipo de su fundación sin fines de lucro.
Fuente: elsalvador.com.
