La llegada del COVID-19 a América luego de estar presente en Europa y Asia ha obligado a los distintos gobiernos a dar un giro en las políticas económicas que probablemente repercutan a largo plazo en el desenvolvimiento de cada país. Cierre de fronteras terrestres, prohibición de vuelos internacionales, cuarentena y aislamiento social, cierre de comercios, empresas e industrias, -exceptuando los sectores prioritarios como alimentación y medicinas-, prohibición de jornadas presenciales de trabajo y también educativas, son parte de las medidas implementadas en casi todos los países del continente americano. Desde Canadá hasta Argentina, el coronavirus no ha tenido clemencia y ha acabado con la vida de cientos, dejando contagiados a más de 80 mil 200 personas. La amenaza sigue latente pese a las restricciones tomadas.
El impacto económico a corto, mediano y largo plazo, ha sido un factor secundario que cobra peso con el pasar de los días. Países como México, Colombia y Argentina han registrado caídas en la bolsa. Hablar de Venezuela ya traslada el problema a uno mayor; un país con siete años de recesión de acuerdo a la Asamblea Nacional y que ahora enfrenta una crisis que se suma al ya deteriorado sistema de salud. El régimen de Nicolás Maduro no se ha quedado atrás y también aplicó medidas que parecen ser populistas, rechazadas por los voceros del sector industria y de la principal cúpula de empresarios en el país.
Una pandemia como el coronavirus se expande rápidamente. De acuerdo al director general de la Organización Mundial de la Salud, (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, el COVID-19 tomó 67 días desde el primer caso reportado para llegar a los primeros 100 mil, 11 días para los segundos 100 mil y solo cuatro días para los terceros 100 mil casos. “Son números que importan, son personas, cuyas vidas y familias, han cambiado”. Los tres países que más reportes de muertes registran por este virus conocido desde noviembre de 2019, son Italia, con más con más de siete mil 500, España con más de cuatro mil 80 fallecidos y China, con más de tres mil 280. La mayoría de las pérdidas son de personas de la tercera edad, aunque la OMS alertó a los jóvenes de que también pueden ser víctimas fatales.
El mundo está paralizado. La aparición del coronavirus ha generado que se instale una cuarentena en distintos países del mundo y América no es la excepción. Suspensión de eventos deportivos, aplicación de medidas económicas y cierre de fronteras terrestres son parte de las consecuencias de un virus que se expande por el mundo y que hasta el momento, parece no haber alguna vacuna o cura.
Bonos, pagos y suspensión
Bolivia, una país que atraviesa una transición política está en emergencia nacional y desde el 19 de marzo tiene las fronteras cerradas, sumado a la medida de prohibición de vuelos internacionales. El gobierno interino de la presidente Jeanine Añez, ordenó el pago de un bono a familias necesitadas, postergar pago de impuestos y prohibición de corte de servicios básicos a quien no cancele debido a la pandemia. Durante los próximos dos meses, las familias pequeñas y empresas no pagarán el capital de su deuda y el impuesto a las utilidades se cancelará después del mes de abril. Será en mayo y a plazos.
Para el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, la alerta que el mundo ha fijado ante el coronavirus, era parte de una “histeria”, pero con el pasar de los días reaccionó y comenzó a tomar medidas para frenar la expansión de la pandemia. Desde el 19 de marzo las fronteras terrestres están cerradas, en principio, por 15 días con todos los países vecinos, excepto con Uruguay.
Una de las medidas del gobierno del presidente Bolsonaro es la flexibilización de la ley laboral para reducir las jornadas de trabajo y los salarios, con la intención de salvar puestos de trabajo. El teletrabajo es una opción para muchos. La administración central ayudará con al menos 200 reales, unos 40 dólares a personas autónomas que, mientras esté la pandemia en el país, se queden sin medios de subsistencia.
Venezuela es una país que enfrenta el COVID-19 en medio de una terrible crisis económica, política y social. El país tiene al menos siete años en recesión pero aún así, Nicolás Maduro, principal vocero del régimen, tomó medidas en materia económica. Mientras países de la región tienen plan de contingencia por dos meses, Maduro habla de seis. Durante ese tiempo se suspende el cobro de alquileres de viviendas y locales comerciales, medida rechazada por el sector privado porque se desconoce cómo se verá beneficiado el patrón. El régimen no suspendió el pago de impuestos que debería hacerse a finales de marzo. No ha habido una política para quien depende del día a día y por tal razón en distintas zonas del país, el comercio informal no atiende la medida de aislamiento social. Los trabajadores dicen que, si no trabajan, no comen.
Excepción y militarización
Desde el 18 de marzo y por 90 días, el gobierno del presidente Sebastián Piñera decretó “estado de excepción por catástrofe” debido a que el COVID-19 entró en fase cuatro, la más delicada, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud. Esta medida obliga a los comerciantes no esenciales a cerrar las puertas y además, militariza el país con la intención de dar mayor seguridad a los hospitales. Piñera ya había implementado medidas económicas debido a que el país atraviesa un estallido social desde octubre de 2019. Ante ello ajustó el salario mínimo, aumentó el aporte al sector privado, entre otras acciones, pero, en medio de eso, ahora, aprueba unos 11 mil 700 millones de dólares para enfrentar el coronavirus. El gobierno chileno postergó el pago de algunos impuestos para las pequeñas y medianas empresas.
En Ecuador también decretaron estado de excepción por 60 días. El gobierno del presidente Lenin Moreno ordenó que desde las nueve de la noche hasta las cinco de la mañana haya toque de queda y se suspendan todas las actividades, exceptuando la industria agrícola, ganadera, de salud, bancos y centros de alimentos. Los militares tienen autoridad en este escenario para mantener el control de las ciudades y restringir el derecho a las reuniones. El gobierno nacional entregará 245 mil raciones de alimentos y productos de primera necesidad a los hogares más necesitados. Un bono de 60 dólares se entregará ante la contingencia a unas 400 mil familias que tengan dificultades económicas.
Apoyo menos favorecidos
El gobierno colombiano decidió en medio de la pandemia, extender recursos al sector salud y aliviar créditos a personas y empresas. El presidente Iván Duque busca que se facilite la adquisición de equipos médicos y proveer liquidez al área hospitalaria para que haya capacidad de respuesta. Una medida que llama la atención en Colombia es que se ordenó la reconexión de agua de manera gratuita a cerca de un millón de ciudadanos, quienes no habían cancelado el servicio. A partir de abril, se espera que las familias menos favorecidas tengan de vuelta el Impuesto de Valor Agregado (IVA). El Gobierno, para hacerle frente a la pandemia, también decretó estado de emergencia y el cierre de fronteras hasta el 30 de mayo. Los mayores de 70 años tienen aislamiento obligatorio debido a que representan la población más vulnerable.
Rechazo a medidas
La población nicaragüense mira con recelo las acciones que ha tomado el régimen de Daniel Ortega. Entre siete y ocho ciudadanos está en desacuerdo con las medidas que se han tomado ante la amenaza del coronavirus. De acuerdo a la firma CID Gallup, 73% de los consultados rechaza que Ortega, ignorando las recomendaciones de la OMS, convoque a concentraciones, se niegue a cerrar las fronteras y no cancele las clases presenciales para decretar cuarentena y prevenir el virus. Ante la terquedad de quien tiene el poder, los colegios privados decidieron atender lo dicho por la OMS y recomendaron a los estudiantes quedarse en casa. Tras la falta de información gubernamental algunos médicos tomaron la iniciativa de responder consultas gratuitas sobre la pandemia en redes sociales o medios de comunicación no oficiales.
México y Estados Unidos se aliaron para hacerle frente a la crisis. De acuerdo a una conversación que tuvieron los presidentes Andrés Manuel López Obrador y Donald Trump, es posible que se acelere la entrada en vigor del T-MEC para impulsar la recuperación económica de ambos países. En medio de la pandemia, México recibirá a los migrantes indocumentados que sean rechazados de EE.UU. como parte de las medidas sanitarias, pero esta medida solo se aplicará a quien tenga nacionalidad hondureña, guatemalteca y salvadoreña.
De acuerdo al Fondo Monetario Internacional, (FMI), América Latina iba a tener un crecimiento económico de 1,5%, pero ante la llegada del coronavirus, esa cifra se estima que reduzca a la mitad. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe, (CEPAL), estima una contracción de -1,8% del Producto Interno Bruto regional, lo que podría generar que tras el COVID-19, el desempleo suba 10 puntos porcentuales.
Por Maiker Yriarte Oliveros
@myriarte19
Especial para El Tiempo Latino