Al menos 11 fallecidos fueron sacados de la morgue del Hospital Rosales durante este viernes. Una docena de carros fúnebres esperaban los cadáveres por horas en los alrededores del hospital.
Según fuentes cercanas al hecho, 10 eran presuntamente víctimas de COVID-19, a las cuales se les aplicó el protocolo de salubridad; los ataúdes eran sacados forrados en plástico, no era el caso de quienes habían muerto por causas naturales.
Los sepultureros llevaban sus trajes de protección debidamente colocados y se dirigían a la morgue. Quienes visitan el lugar señalan que hay saturación de cadáveres y que no todos salen el mismo día, es decir, que un paciente que murió del virus o de neumonía puede pasar hasta dos días sin ser llevado al cementerio.
El depósito de cadáveres está abierto desde las 8:00 de la mañana hasta las 4:00 de la tarde y se puede despachar hasta 20 cuerpos diariamente.
En el portón de la morgue del hospital Rosales había una lista con los turnos de cada fallecido. Habían algunos que tenían varios días en espera, según comentó uno de los funerarios.
Para retirar los cuerpos, los sepultureros deben de bajarse del vehículo fúnebre y dar sus datos a una agente de seguridad.
Erick y Carlos fueron los primeros en entrar a la morgue para retirar el cuerpo de un paciente que presuntamente falleció por causas naturales. Comentaron que, aunque la persona no haya muerto por el virus, siempre deben de usar trajes protectores porque el resto de los cuerpos si pudieron haber sido diagnosticados.
En una de las ambulancias guardaban una mochila de bombeo para limpiarse después de estar en contacto con pacientes. Los sepultureros ataviados con su equipo de protección circulan en medio del tráfico y llaman la atención de quienes pasan cerca de los carros fúnebres, mientras en la entrada de la morgue decenas de personas se apostaban a la espera de que sacaran a sus seres queridos.
Luis Ponce esperaba el cuerpo de su papá, José Luis Ponce, que permaneció varios días en la morgue del Rosales. Comentó que su papá llegó al hospital por una gripe el martes por la tarde por la que fue ingresado, pero el miércoles a la media noche sus parientes le dijeron que había muerto por neumonía o sospecha de COVID-19.
Según el joven, en el perfil médico dice: “Sospecha de COVID-19″. Pero nunca se le realizó ninguna prueba.”A todos los muertos le ponen que es del virus, pero mi papá no” dijo mientras muestra en su celular uno fotografía de don José Luis Ponce, de 72 años de edad, un jornalero que residía en la colonia Miramonte, en San Salvador.
Con información de El Salvador