El viernes 18 de septiembre, Rebeca Sánchez Mantilla, se levantó temprano como de costumbre. Tomó su desayuno y en lugar de dar su acostumbrada caminata por el vecindario junto a su nana, se subió al auto de su hija rumbo al Centro de Gobierno de Fairfax para sufragar en el primer día del Voto por Adelantado en Virginia.
No habría nada de extraordinario sino fuera por la edad de Sánchez Mantilla. La abuelita peruana acaba de cumplir 101 años y proyecta una vitalidad y alegría envidiable.
Sin bastón en mano, pero a paso lento y con una mascarilla en el rostro, Sánchez Mantilla se apoyó en su nana Isabel Calles Ortega para movilizarse.
En minutos llegaron al edificio del Centro de Gobierno y observaron las largas filas de votantes alrededor.
“Había mucha gente”, dijo la anciana.
En los dos primeros días de las elecciones por adelantado en Virginia, más de 2 mil 200 personas abarrotaron los centros de votación en Fairfax, según reportó canal de televisión ABC7.
Sánchez Mantilla votó en su auto. “A las personas mayores se les permite quedarse en el vehículo. Estacionamos en un área especial y llamamos por teléfono a un número indicado. A los minutos, una persona estaba trayendo la boleta electoral y mi madre votó”, expresó Rebeca Vargas, hija de la centenaria.
Días antes, nos sentamos con Sánchez Mantilla en el patio de su casa en Fairfax Station; y con una mente muy lúcida y una sonrisa tras la mascarilla N-95, nos dijo que desde que llegó hace 30 años a Estados Unidos “siempre” había votado. “Es muy importante que votemos y busquemos un cambio”, afirmó, al retar a los hispanos registrados para sufragar. “Si yo tengo 101 años y voto, así deberían hacer todos los hispanos que pueden”.
Nació en 1919, durante la pandemia de la Gripe Española
Rebeca Sánchez Mantilla ha vivido momentos históricos en el siglo de vida que lleva. Nació en 1919, durante la pandemia de la Gripe Española, que mató a más de 50 millones de personas en el mundo y siendo una jovencita vivió el impacto de la Segunda Guerra Mundial desde su natal Perú.
A los 36 años formó parte de las mujeres que por primera vez sufragaron en el país andino. “Yo voté en 1955 cuando la mujer peruana obtuvo el derecho al voto, y desde entonces he sufragado en todas las elecciones de mi país”, dijo con orgullo, la dulce centenaria, durante una conversación con El Tiempo Latino por motivo de la celebración del Mes de la Herencia Hispana.
“Aquí en Estados Unidos he votado en todas las elecciones presidenciales, estatales y locales desde que me hice ciudadana”, agregó la anciana con una lucidez increíble.
Hoy, a sus 101 años de edad, acaba de votar por adelantado en las elecciones presidenciales más extrañas, en medio de una pandemia que ha cobrado la vida de casi 1 millón de personas en el mundo y más de 200 mil en Estados Unidos.
Las elecciones generales son el 3 de noviembre, pero este año se vive el ambiente electoral desde septiembre cuando más votantes ejercen su derecho por adelantado o por correo.
“Mi madre siempre ha votado temprano porque a veces se hace complicado votar el mismo día de las elecciones ya que trabajamos y hay largas colas”, manifestó la hija de Sánchez Mantilla, Rebeca Vargas.
El viernes 18 de septiembre cuando inició el voto por adelantado en Virginia, Sánchez Mantilla fue con su hija al Centro de Gobierno de Fairfax. “Nos quedamos en el auto y un voluntario le trajo la cartilla para votar”, agregó Vargas.
La abuelita evitó así la gran fila que se había formado. Más de 2 mil 200 personas acudieron masivamente a las urnas en los dos primeros días del voto temprano en Virginia, según reportó ABC7.
Insta a votar
Con voz dulce y pausada, Sánchez Mantilla pidió a los votantes latinos ejercer su derecho. “Es importante que la gente vote. Aquí el voto no es obligatorio como en mi país. Por eso es un privilegio y una oportunidad para elegir a la persona que nos dé más confianza”, manifestó.
“Si yo tengo 101 años y voto, por qué no lo pueden hacer los demás. Los hispanos tienen que votar”, retó.
En Estados Unidos hay 32 millones de hispanos registrados para votar. En el pasado, menos del 50% de los votantes latinos hicieron valer su derecho.
La anciana llegó a Estados Unidos hace 30 años y su primer voto en este país lo emitió en las Elecciones de 1996 cuando se enfrentó el demócrata Bill Clinton al republicano George W. Bush. “Desde entonces he votado en todas las elecciones”, manifestó.
En Virginia, la votación temprana en persona finaliza el 31 de octubre, el sábado antes de la elección.
Las personas también pueden votar por correo o depositar su boleta en uno de los 260 buzones electorales en Virginia.
Centenaria, con salud y sentido del humor
A simple vista, Sánchez Mantilla no representa la edad que tiene. La anciana, que acaba de cumplir los 101 años el 23 de agosto, proyecta vitalidad y alegría. No tiene ninguna enfermedad grave y está rodeada de amor y cuidados, dice. Cuando habla sobre algún secreto para lograr una vida tan longeva bromea diciendo que es por “tomar Coca-Cola Zero todos los días”.
Su familia y quienes la conocen saben que es ese espíritu de entrega y jovialidad que la alimentan.
“Los cumpleaños de mi madre parecen una reunión de las Naciones Unidas, con sus amigos de varias nacionalidades”, dijo Vargas.
Su fiesta de 100 años, celebrada el año pasado, fue todo un acontecimiento, con decenas de invitados, música en vivo y hasta bailes con coreografía. “Ella baila tango”, dijo su hija provocando en su madre una risa coqueta.
Este año, la pandemia no evitó la celebración. Los amigos de la familia desfilaron con sus autos en forma de caravana frente a la casa de Sánchez Mantilla. Sus dos hijas, Alicia y Rebeca, junto a su única nieta, Karin Pedemonte, le cantaron el “Feliz Cumpleaños” y tomaron fotos soplando la torta.
Emigró a los 70 años y sirvió como voluntaria
Sánchez Mantilla nació en el departamento de Arequipa y se trasladó a Lima por trabajo cuando era adulta. Al principio ejerció las labores de administración para una compañía estadounidense, pero luego al tener que criar sola a sus dos hijas —haciendo el rol de padre y madre— se preparó para ser maestra.
“Siendo profesora mis horarios se adaptaban mejor para poder estar con ellas, especialmente durante las vacaciones”, dijo.
Ambas hijas se desarrollaron como profesionales en el ámbito de salud y educacional.
La anciana trabajó después para una corporación estadounidense y a los 70 años cuando se había jubilado, emigró a Estados Unidos con una de sus hijas. Meses antes su hija menor se había trasladado a este país por trabajo.
Al llegar a Estados Unidos, Sánchez Mantilla no podía quedarse de brazos cruzados. “Busqué donde podría servir como voluntaria y encontré al Comité Hispano de Virginia”, dijo.
El Comité era una organización que cumplió un rol vital en el Norte de Virginia, sirviendo a la comunidad latina.
“Estuve 10 años con el Comité. Yo apoyaba en la parte administrativa”, dijo. “Ahora estoy muy quieta”, agregó.
El estar quieta es relativo. Todos los días, la abuela sale a caminar con su nana, Isabel Calles, de Centroamérica. “Yo aprendo mucho con ella. Es una mujer increíble”, dijo Calles. Las dos están tomando clases de inglés a través de un programa en línea.
A su edad, que supera el siglo, Sánchez Mantilla mantiene una mente brillante y un espíritu cívico. En enero espera asistir a la toma de posesión de su candidato preferido, el demócrata Joe Biden. “Ojalá que gane porque necesitamos un cambio”, dijo.
En esta época de pandemia el Facebook se ha convertido en su mejor vía para comunicarse con sus amigos y enterarse del mundo. Al despedirnos de esta entrevista se aseguró de hacerse “nuestra amiga”.