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Por Abel López Abreu | @Zakont

Especial para El Tiempo Latino

La nominación de Amy Coney Barrett como jueza asociada de la Corte Suprema de Estados Unidos supone aumentar el peso conservador en la máxima instancia judicial del país: cuyas decisiones incidirán en ámbitos como el aborto, la migración, la pena de muerte y el porte de armas durante décadas, con posibles reveses a las medidas progresistas.

El proceso de confirmación podría ocurrir rápidamente y los demócratas, en contra del nombramiento, no lo pueden frenar por sí solos, explicó Sarah Bazzi, abogada y fundadora de Bazzi Immigration Law, a El Tiempo Latino.

Coney Barrett, actual jueza del Tribunal de Apelaciones del Séptimo Circuito de Estados Unidos, se prepara para las audiencias que definirán su elegibilidad para el cargo que dejó vacante la jueza Ruth Bader Ginsburg, fallecida el pasado viernes 18 de septiembre.

De llegar a confirmarse la candidata, la Corte Suprema quedará integrada por seis jueces conservadores y tres progresistas. Asimismo, sería el tercer juez que lleva Trump a la instancia judicial durante su Administración, contando a Neil Gorsuch y Brett Kavanaugh.

Bazzi señaló que normalmente el proceso de confirmación lleva un largo periodo, sin embargo, no hay fechas límites y el más corto ha sido de 19 días. En el caso de Coney Barrett hay una carrera contra el tiempo debido a que faltan menos de cinco semanas para la elección del 3 de noviembre.

El proceso de selección de un juez de la Corte Suprema inicia con la nominación por parte del presidente de Estados Unidos y continúa con la confirmación por mayoría simple en el Senado.

Gráfico: El Tiempo Latino.



Gráfico: El Tiempo Latino.

Los legisladores, antes de votar, tradicionalmente realizan audiencias para conocer al aspirante, las decisiones que ha tomado en la corte y los escritos de análisis y opinión, explicó la abogada Sarah Bazzi. Esto cobra especial relevancia porque el cargo de juez asociado de la Corte Suprema es vitalicio.

A juicio de la experta, para los republicanos será difícil este proceso porque no tienen suficiente información sobre todos los temas de interés, ya que Amy Coney Barrett ha trabajado solo tres años siendo jueza federal.

Perfil

48 años de edad. Madre de siete hijos. Miembro de la iglesia People of Praise. Estas son algunos de los datos claves para conocer quién es Amy Coney Barrett, una jurista hija de un abogado y una ama de casa que creció en un suburbio de Nueva Orleans. Su desempeño académico y profesional la ha llevado a estar nominada a uno de los cargos más importantes del país en el ámbito judicial.

La jueza federal es conocida por defender las políticas en contra del aborto y rechazar el Obamacare. Se graduó magna cum laude en literatura inglesa en el Rhodes College en 1994, y recibió su doctorado summa cum laude en Jurisprudencia en la Universidad de Notre Dame (en Indiana), de acuerdo con una reseña de Efe.

PERFIL. La jueza Amy Coney Barrett es una conservadora que trabajará en contra del aborto. | Foto: Efe/Susan Walsh.



PERFIL. La jueza Amy Coney Barrett es una conservadora que trabajará en contra del aborto. | Foto: Efe/Susan Walsh.

Según una publicación de la Universidad de Notre Dame, Coney Barrett fue electa para la sociedad de honor académica Phi Betta Kappa y galardonada con el premio Hoynes.

Durante su carrera destaca haber sido secretaria de Antonin Scalia, juez de la Corte Suprema fallecido en 2016, a quien se conoció como un magistrado defensor del originalismo: teoría que persigue apegarse a la Constitución buscando una interpretación lo más cercana a la visión de sus escritores.

Coney Barrett contrajo matrimonio con el exfiscal Jesse Barrett. Además, aunque se define a sí misma como una fiel católica, ha asegurado que su creencia no influiría en el desarrollo de sus actividades como jueza. Destaca que en junio apoyó la regla de “carga pública”, que aplica a los migrantes que reciben ayudas del Estado.

Rechazo a la nominación

Apenas falleció Ruth Bader Ginsburg, Trump no tardó en anunciar que nominaría a alguien a la Corte Suprema; y el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, se apresuró a afirmar que la aceptaría.

La decisión de McConnell contradice la postura que adoptó en 2016, cuando negó la posibilidad de que el entonces presidente Barack Obama postulara al juez Merrick Garlanda a la Corte Suprema, al fallecer Antonin Scalia. El legislador argumentó en su momento que lo correcto era esperar después de las elecciones, pese a que faltaban 10 meses para los comicios.

Ahora, faltando menos de dos meses para la elección del 3 de noviembre, McConnell no dejará pasar la oportunidad de llevar un juez de orientación conservadora a la Corte Suprema. Este cambio drástico de posición ha despertado rechazo tanto en los demócratas como en algunos republicanos.

Para Sarah Bazzi la decisión de los republicanos es política, pues considera que temen perder la elección y quieren dejar una marca en el Estado. Consideró injusto que en 2016 se le negara la nominación a Obama y ahora se le permita a Trump.

“El expresidente Obama tenía todo el derecho de hacer su nominación en 2016 (…) No había ninguna regla o razón para bloquear la nominación”, sostuvo Bazzi en una conversación con El Tiempo Latino. Sin embargo, así como en ese año no había impedimento legal, ahora tampoco lo hay y la nominación de Trump avanza.

PROTESTA. Iniciaron las manifestaciones en contra de la nominación de Barrett a la Corte Suprema. | Foto: Efe/Alex Edelman.



PROTESTA. Iniciaron las manifestaciones en contra de la nominación de Barrett a la Corte Suprema. | Foto: Efe/Alex Edelman.

El expresidente Obama exhortó el viernes 18 de septiembre a los republicanos a evitar votar un candidato de Trump antes de las elecciones. Argumentó que la jueza Ginsburg expresó antes de morir que, en caso de su fallecimiento, la nominación se hiciera después de la votación.

“Mi deseo más ferviente es que no seré reemplazada hasta que se instale un nuevo presidente”, dejó escrito Ginsburg en un comunicado dictado a su nieta antes de morir.

Trump, por su parte, duda de la veracidad de la declaración, según difundió la emisora NPR. Incluso asomó la posibilidad de que la petición haya sido hecha por Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes, o Adam Schiff, presidente del Comité de Inteligencia de esa instancia.

Joe Biden, candidato presidencial por el Partido Demócrata, también se pronunció en un comunicado el sábado 26 de septiembre: “El Senado no debería actuar sobre esta vacante hasta después de que el pueblo estadounidense seleccione a su próximo presidente y al próximo Congreso”.

Chuck Schumer, líder de la minoría demócrata del Senado, descartó el martes 29 de septiembre reunirse con Coney Barrett. Mediante un tuit expresó: “No me voy a reunir con la jueza Barrett. ¿Por qué me reuniría con un candidato de un proceso tan ilegítimo y que está decidido a deshacerse de la ley de Asistencia Sanitaria Asequible (Obamacare)?”.

¿Es posible frenar la confirmación?

Hasta ahora todo marcha hacia la confirmación de Coney Barrett en el Congreso, que podría fracasar solo si al menos cuatro senadores republicanos deciden votar en contra del nombramiento.

Los republicanos son mayoría en el Senado con 53 de los 100 escaños: requieren 51 para ser mayoría simple y lograr la confirmación, lo cual tienen hasta ahora. Aun si logran 50 votos, el vicepresidente Mike Pence, quien es presidente de la Cámara Alta, votaría por el desempate.

Además de los legisladores demócratas, dos senadoras republicanas se han pronunciado en contra de la confirmación: Susan Collins, de Maine, y Lisa Murkowski, de Alaska. Consideran que la nominación debe hacerla el próximo presidente.

Se espera que la audiencia de confirmación inicie el lunes 12 de octubre y que ocurra la votación a finales del mismo mes, según prevé el presidente del Comité Judicial del Senado, Lindsey Graham.

Un ejemplo de jueza

SUCESO. La jueza Ruth Bader Ginsburg destacó en una época en la que a las mujeres se les pedía justificarse al ocupar cargos que antes solo tenían los hombres. | Foto de archivo: Efe.



SUCESO. La jueza Ruth Bader Ginsburg destacó en una época en la que a las mujeres se les pedía justificarse al ocupar cargos que antes solo tenían los hombres. | Foto de archivo: Efe.

Decenas de personas acudieron a la Corte Suprema con flores, velas y dolor a honrar a Ruth Bader Ginsburg poco después de confirmado el fallecimiento. La jueza progresista murió a los 87 años de edad en su residencia en Washington DC, luego de luchar contra un cáncer de páncreas, y dejó un legado a favor de la igualdad de género convirtiéndose en una heroína de izquierda, de acuerdo con una reseña de The Washington Post.

La jueza nació durante la era de la Depresión en Brooklyn. Rápidamente destacó en sus estudios y se posicionó como una de las mejores en la escuela de derecho. En ese entonces aún se pedía justificación a las mujeres cuando realizaban labores que tradicionalmente habían correspondido solo a los hombres.

Durante su carrera luchó por los derechos de las mujeres y derrumbó barreras en contra de la discriminación de género. Además, trabajó a favor de las minorías y defendió el aborto. Quienes rechazan a Coney Barrett ven a la conservadora como una persona contraria a los ideales que defendió Ginsburg.

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