Estados Unidos decide el futuro de su país en un proceso en el que Donald Trump lucha por la reelección ante su rival, el demócrata y ex vicepresidente Joe Biden, con millones de estadounidenses ejerciendo su derecho por correo para evitar ir a las urnas en un llamado que busca la menor acumulación de personas posibles ante a la pandemia del coronavirus.
Gane o pierda, la administración del republicano no pasará desapercibida; todo lo contrario, en casi cuatro años de gobierno, el empresario ha sido objeto de polémica incluso desde que se encontraba en campaña por estar al frente de la Casa Blanca.
Entre escándalos de su pasado que salieron a la luz luego de que resultó electo, pasando por roces con miembros de su gabinete y acusaciones, el magnate tendrá la tarea de reconstruir, o dejar en manos de otro, a un país afectado desde el plano sanitario y económico por los estragos del COVID-19 y que debe sanar las heridas de recientes conflictos raciales.
Aunque está casi diez puntos por debajo del demócrata, según un promedio de encuestas de RealClearPolitics, nada está dicho en una pugna que podría marcar un antes y después en la historia del país.
Cuando culmine el mandato del republicano Donald Trump, sin importar el resultado de los comicios del 3 de noviembre, una lista de acciones saltará a la vista de todos. Los escándalos no fueron pocos, con la injerencia rusa como primer episodio de un gobierno con luces y sombras, pasando por altercados con sus propios funcionarios, dejando como resultado la salida de al menos 25 miembros de su gabinete.
Actualmente con tres años y nueve meses al frente de la Casa Blanca, el empresario no ha dejado de ser noticia y es esa propia situación la que ha marcado el lapso. De acuerdo con Manuel Tovar, periodista y especialista en política internacional, esto podría ser lo que condicione a los votantes en la cita electoral.
RealClearPolitics se encargó de promediar las principales encuestas rumbo a la lucha en las urnas que sostendrá con el demócrata Joe Biden y las cifras no son alentadoras. Hasta el 8 de octubre, el ex vicepresidente estaba arriba por poco más de nueve puntos, al mostrar un 51.6% en la intención de votos respecto al 41.9% a favor del actual jefe de Estado.
Pero el pasado mostró una situación similar, cuando en 2016 estaba por debajo de la demócrata Hillary Clinton, posteriormente derrotada. No obstante, en esta pugna se pondrá sobre la mesa su gestión presidencial desde que en enero de 2017 tomó el poder de la nación.
Pandemia
Para los expertos, el parteaguas que podría definir la intención de voto a favor de un candidato u otro sería el manejo del republicano respecto a la pandemia del COVID-19. Hasta el 14 de octubre, Estados Unidos seguía punteando las estadísticas de casos positivos y muertos, con 7 millones 883 mil 392 contagiados y 216 mil 323 víctimas mortales.
“Ha tenido un manejo pobre durante la pandemia que se ha manifestado, no solo en la cantidad de víctimas, sino en él mismo, al punto de haberse infectado y que eso le haya impedido hacer campaña”, aseguró Tovar.
La madrugada del viernes 2 de octubre, el mandatario anunció en Twitter que tanto él como la primera dama Melania Trump habían dado positivo al virus, luego de que un día antes se conociera que Hope Hicks, una de sus cercanas asesoras, se viera contagiada. A esto se suma el hecho de que el 26 de septiembre, en un acto celebrado en la Casa Blanca sin distanciamiento social y pocas mascarillas, el jefe de Estado nominara a Amy Coney Barrett para la Corte Suprema.
En el lugar, estrechones de manos, acumulación de personas y charlas sin mayores obstáculos se notaron. El resultado fue que para el 5 de octubre al menos 31 de los presentes en el sitio habían dado positivo, según CNN.
Por precaución, Trump estuvo poco menos de tres días internado en el hospital militar Walter Reed, en Maryland, donde, de acuerdo con sus médicos, superó con creces el brote; sin embargo, su realidad es distinta a la de millones de personas en el país que no han tenido acceso aún a la prueba y que con o sin síntomas, salen a diario a trabajar.
Migración
En plena campaña presidencial de 2016, el republicano soltó una fuerte promesa: de ganar, construiría un muro en la frontera con México para frenar la migración. Hasta la fecha, la estructura no se ha concretado y su política contra indocumentados ha sido calificada como una guerra contra ellos.
“Ha deportado gente y sigue con la idea de su muro, pero no lo construyó”, recordó Tovar.
Para el internacionalista Tomás Socias, en exclusiva para El Tiempo Latino, “Trump ha tratado de centrarse en el ciudadano de derecha, nacionalista y que no acepta la migración”.
Los números están ahí. Entre 2017 y 2019, el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas ha deportado a 666 mil 106 personas y se estima que al menos 20 mil han salido del país a manos de las autoridades durante el impacto de la pandemia del coronavirus.
El 10 julio prometió un proyecto de ley de inmigración basado en un sistema de méritos, pero su anuncio quedó en solo palabras. “La mayoría de los abogados de inmigración sospechamos de eso. Cada cosa que ha hecho hasta ahora ha sido para dar más restricciones”, dijo en septiembre a El Tiempo Latino Xavier Racine, abogado especialista en el área migratoria.
Además, su política Tolerancia Cero, a través de la cual el gobierno separó a menores de edad de sus padres, fue calificada como una acción que atentó contra los derechos humanos.
Política exterior
Pese a su carácter y afirmaciones contra otros gobiernos, Trump ha sido cuidadoso en su manejo frente a otras naciones. Incluso, para Tovar este aspecto ha sido uno de los más positivos de su administración.
“En la política exterior ha tenido grandes triunfos, ha logrado acuerdos en el medio oriente, como el que alcanzó entre Israel y Emiratos Árabes Unidos”, señaló.
Sin embargo, en la región se le apunta un revés en cuanto a su trato de la crisis venezolana. Socias admitió que “la administración Trump hacia América Latina se ha basado en apretar tuercas”, pero frente al régimen de Nicolás Maduro el manejo no fue el más claro.
Pese a las sanciones contra funcionarios y empresas vinculadas al chavismo, “pareciera que esa política no ha dado resultados”. A su juicio, la dinámica luce como si no lograra “terminar de acorralar al gobierno de Maduro” a corto ni largo plazo, pues el régimen se ha apoyado en otras naciones, como China, Irán y Rusia para saltarse esas sanciones.
El experto manifestó que participó el año pasado en un encuentro en el Departamento de Estado, en Washington, donde un funcionario de la administración Trump, cuyo nombre no reveló, le confesó que la política aplicada con Venezuela había sido un error: “Estados Unidos se había equivocado en la estrategia”.
Economía
A pesar de presumir de que la economía estadounidense nunca había estado mejor, la pandemia supuso un duro golpe en la materia. El coronavirus trajo consigo índices de desempleo superiores al 14%, cifra que poco a poco ha ido bajando al punto de ubicarse en septiembre 7.9%, según el Departamento del Trabajo.
“La economía estaba bastante bien y eso lo había ayudado, pero la crisis de la pandemia lo afectó muchísimo”, sostuvo Tovar.
Trump, hombre de negocios y quien apuntó a robustecer el rubro, presenta datos similares al de su antecesor, Barack Obama, respecto al mercado de valores nacional.
Un estudio de Investing demostró que los índices accionarios del Dow Jones cerraron cada año con un promedio de 11.30% en ganancias durante la era Obama, 1.05% más que lo visto cada calendario desde 2017 bajo la administración del republicano.
Futuro
La pregunta del millón: ¿Qué ocurrirá si Trump sale airoso de la cita del 3 de noviembre?
Para Tovar “seguirá endureciendo” su política. “Este sería el mandato de su legado, entonces podría ser mucho más fuerte y libre sin mayor restricción. Claro, habrá que ver cómo queda la composición de las Cámaras (del Congreso)”.
Socias agregó que en política exterior, “de ganar Trump, tampoco se verá una acción que precipite un cambio. Ese americano que tiene la intención de votar por él está convencido de que no quiere problemas fuera de la región”.
En cambio, de perder, Biden “intentará deshacerse un poco de las políticas de Trump, aunque no lo veo ideológicamente tan separado como cuando Trump revirtió todo lo que hizo la era Obama”, concluyó Tovar.