Donald Trump ha dado ya el paso a un lado, al menos de forma administrativa, para dar inicio a la transmisión de mando y la transición oficial hacia el nuevo presidente-electo Joe Biden. Tras una intensa ola de presión de la opinión pública, el aún mandatario ha renunciado a su protesta de más de tres semanas luego de los resultados desfavorables de las elecciones del 3 de noviembre.
Se trata de un proceso administrativo luego de la autorización de Trump al gobierno federal para iniciar la transición desde el lunes 23 de noviembre. Así, Biden, su equipo y futura administración podrán comenzar a recibir fondos públicos, obtener información de las agencias de seguridad e inteligencia, así como acceso a las agencias federales.
Después de 16 días tambaleándose entre su deber con el presidente Trump y la realidad de que Joe Biden ganó las elecciones, Emily Murphy declaró al demócrata como el vencedor el pasado lunes en una carta dirigida personalmente al presidente-electo.
Día tras día, mientras Trump intentaba subvertir los resultados de las elecciones con demandas por fraude e impugnaciones legales, la jefa de la Administración de Servicios Generales se abstuvo de hacer lo que suele ser una llamada de rutina después de una elección presidencial
Esta ocasión ha sido diferente. Murphy, una experta en política de adquisiciones federales, consultó con su personal superior y sus abogados.
Trump la respaldó desde su cuenta de Twitter:
No obstante, este hecho marca gran relevancia en el proceso pues ya no habría vuelta atrás. Una vez que inicia la transición, se entiende que Trump ha dado fin a su batalla de abogados, al menos de forma tan incisiva. Tras más de 16 días desde que Biden fuese declarado ganador, Trump ha comenzado a tomar una posición menos agresiva.
Esta transición también está marcada por el riesgo que sufría Trump en el caso de no dar su brazo a torcer, y es que el partido republicano ya estaba presionando al actual mandatario para que comenzase esta transmisión de poderes. Luego de que un gran grupo de funcionarios republicanos reconociese a Biden, Trump comenzaba a perder apoyos internos para mantener su trama de acusaciones de fraude.
Además, el 23 de noviembre los funcionarios electorales de Michigan dieron certificación de la victoria demócrata y varios líderes empresariales vinculados al Partido Republicano instaron a Trump a aceptar el resultado. Su principal preocupación era la situación de peligro a la seguridad nacional, el asunto económico y la respuesta a la pandemia.
En Michigan, un miembro republicano del comité de escrutinio se separó de su partido para certificar el voto en ese estado, subrayando que estaba cumpliendo la ley.
La noche del lunes Trump cedió a la transición aclarando a través de un tuit que lo hacía “en el mejor interés para nuestro país”
Sin embargo, el presidente también se comprometió a continuar su impulso para anular los resultados, añadiendo, “Nuestro caso continúa FUERTE, seguiremos con la buena lucha, y creo que prevaleceremos”.
El Washington Post conversó con un asesor de campaña de Trump, que habló con la condición del anonimato para poder hacer declaraciones no autorizadas, y este dijo el lunes por la noche: “Básicamente acaba de conceder. Eso es lo más cercano a una concesión que probablemente obtendrá”.
Trump sólo aceptó a regañadientes dejar que la transición comenzara mientras las críticas se intensificaban en los últimos días por su caótica estrategia legal, su incapacidad para presentar pruebas de un fraude electoral generalizado y su confianza en las teorías de conspiración desacreditadas.
Ayer AXIOS reseñaba que el presidente de Blackstone, Stephen Schwarzman, había pedido que Trump iniciase con la transición. Y según explica el Washington Post, esta situación hizo enojar mucho a Trump que comenzaba a palpar más de cerca el descrédito de sus propios aliados de otras épocas.
El lunes por la tarde Trump se comunicó con sus asesores para evaluar si debería dar el inicio en este camino de transición o si aún podía bloquear la certificación del resultado de Michigan. Además, expresó su rechazo a viajar a Georgia para colaborar en la campaña de los dos senadores que se enfrentan a la segunda vuelta y que será tan determinante en la jefatura del Senado de los Estados Unidos.
A pesar de la resistencia de Trump, los funcionarios de su administración planeaban coordinarse directamente con sus homólogos del equipo de Biden a partir de hoy martes, como parte del proceso de transición estándar que tiene lugar entre administraciones.
Esto viene después de que una pila de pérdidas políticas y legales en los últimos días parece haber desencadenado un cambio entre los funcionarios nacionales del GOP, que en gran medida habían guardado silencio mientras Trump ha lanzado un ataque contra las elecciones y ha hecho acusaciones infundadas de fraude.