Jacob Chansley, conocido como uno de los líderes de la teoría conspirativa QAnon, espera que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, le otorgue un indulto para ser liberado luego de que se conociera su arresto por participar en el asalto al Capitolio el pasado miércoles 6 de enero.
Chansley, autoproclamado un chamán en la organización, destacó por encima del resto de los manifestantes que irrumpió en la sede del Congreso por su aspecto: sombrero con cuernos, pantalón de piel y sin camisa. Como sacado de una realidad irreal, el protestante recorrió el edificio gubernamental junto a decenas de simpatizantes del republicano en una acción para rechazar el revés del jefe de Estado en los comicios presidenciales del 3 de noviembre de 2020.
El pasado fin de semana se informó sobre su arresto y ahora espera un perdón desde la Casa Blanca a menos de una semana de la toma de posesión de Joe Biden.
De acuerdo con DW, el hombre fue acusado de “entrar o permanecer a sabiendas en un edificio o terreno restringido sin autoridad legal, y por la entrada violenta y conducta desordenada en las instalaciones del Capitolio”, según un comunicado emitido por la oficina del fiscal de DC.
Chansley era “el hombre visto en la cobertura mediática que entró al edificio del Capitolio vestido con cuernos, un tocado de piel de oso, pintura de cara roja, blanca y azul, sin camisa y pantalones marrones”, mientras “portaba una larga lanza con la bandera estadounidense atada”, siguió la misiva.
La misión de QAnon nació bajo la promesa de informar sobre una supuesta red de pedofilia que involucraba a personajes de la política nacional. Según uno de sus miembros que defiende al grupo, Hillary Clinton, exprimera dama y otrora candidata a la presidencia de Estados Unidos en 2016, sería uno de los rostros detrás del círculo. Luego de los comicios en los que la demócrata cayó ante Trump, también fueron acusados otras figuras del partido, incluido el presidente electo Joe Biden.
Puede que a simple vista sus rostros no se vinculen de manera directa con la organización, pero las manifestaciones convocadas a favor del presidente tras su derrota en las urnas ha tenido en sus miembros a participantes de las protestas. El último gran ejemplo fue el del 6 de enero, cuando entre el grupo de personas que protagonizaron el asalto a la sede del Congreso se encontraban algunos de ellos.