La noche del domingo, en las afueras del Raymond James Stadium, en Tampa (Florida), una multitud en gran parte sin mascarillas ondeó banderas, se abrazaban y chocaban entre sí mientras los Bucaneros liderados por Tom Brady ganaban el Super Bowl.
Escenas similares se repitieron en la ciudad debido a que los seguidores del evento ignoraron las advertencias de salud pública para prevenir contagios de COVID-19. Los bares se vieron abarrotados y las calles colapsadas, reseñó The Washington Post.
Días antes del Super Bowl, Anthony Fauci, principal experto en enfermedades infecciosas en Estados Unidos, exhortó a los seguidores del evento a permanecer en casa y evitar fiestas en torno al Super Bowl. Además la alcaldesa de Tampa, Jane Castor, había actualizado una orden exigiendo el uso de mascarillas en todas las áreas al aire libre.