Johnson & Johnson informó que asumirá la supervisión de una instalación de Emergent BioSolutions en Baltimore, Maryland, laboratorio responsable de dañar 15 millones de dosis de vacuna COVID-19 la semana pasada.
Según Reuters, un funcionario de Johnson & Johnson confirmó la acción y aseguró que el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) facilitó que esto pudiera llevarse a cabo. Asimismo, Johnson & Johnson aseguró que siguen comprometidos con producir y enviar 100 millones de dosis de vacunas COVID-19 para fines de mayo.
La decisión del HHS, según The Hill, “representa un desaire a la también farmacéutica AstraZeneca”, pues la empresa asociada también con Emergent BioSolutions consideraba dicha infraestructura para fabricar su propia vacuna COVID-19.
Emergent BioSolutions fue severamente criticado luego de que Johnson & Johnson lo responsabilizara de dañar un lote de vacunas fabricadas, mientras la autorización de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) aún estaba pendiente.
Vacunas mezcladas
El pasado 31 de marzo se dio a conocer que la vacuna Johnson & Johnson estaba contaminada con ingredientes de la vacuna de otra compañía en una planta de fabricación Emergent en Baltimore, confirmaron el miércoles funcionarios federales, lo que arruinó un lote de vacuna cruda que representaba millones de dosis y provocó una revisión.
Sin embargo, Johnson & Johnson dijo en un comunicado que todavía estaba en camino de entregar los 20 millones de dosis que prometió al gobierno federal para el miércoles, así como otros 24 millones de dosis para fines de abril.
La mezcla de ingredientes para las vacunas contra el coronavirus de Johnson & Johnson y AstraZeneca ocurrió en una planta operada por Emergent, que aún no ha sido certificada por la Administración de Alimentos y Medicamentos para producir la vacuna Johnson & Johnson.
Emergent es un fabricante por contrato de sustancias de vacunas a granel para los fabricantes de medicamentos Johnson & Johnson y AstraZeneca. También cuenta con acuerdos federales para la producción de medicamentos para combatir amenazas de bioterrorismo.
El New York Times informó el incidente. Dijo que alrededor de 15 millones de dosis se arruinaron y que los funcionarios federales lo atribuyeron a un error humano.