En la NBA todos los ojos de los fanáticos están puestos en la próxima etapa del torneo. La postemporada está a la vuelta de la esquina y con eso la necesidad de algunas organizaciones de posicionarse de la mejor manera posible para evitar a grandes favoritos en las rondas más prematuras de los playoffs.
A diferencia de la campaña 2020-2021, las canchas de cada conjunto (a excepción de la de los Raptors de Toronto) están dispuestas para el desarrollo de la disciplina. Atrás quedó la burbuja de Orlando y en su lugar los viajes de cada grupo siguen siendo parte del día a día.
Desafíos para los aspirantes al título de la NBA
En el entorno de los Lakers de Los Ángeles hay razones para seguir pensando que revalidar el título obtenido el pasado curso es posible. Eso sucede en todo cuadro en el que milite LeBron James. Pero esta vez las lesiones del Rey y de Anthony Davis ponen en entredicho cualquier afirmación a favor de otra posible corona en California.
En su lugar, los laguneros han tenido que verse vencidos en la ronda regular por otros conjuntos de menor valía, pero mayor ambición: Jazz de Utah, la revelación del torneo, ha sido una de esas franquicias.
El cuadro de Salt Lake es una apuesta fija en la postemporada; no obstante, su principal reto será demostrar que está hecho para trascender y no quedarse en el camino a destiempo como le ha ocurrido en el pasado reciente.
Clippers de los Ángeles también aparece como otro equipo a no descartar.
En el pasado playoff tenían mayor favoritismo en las casas de apuestas respecto a los Lakers, pero unos envalentonados Nuggets de Denver los desplazaron y superaron una desventaja de 1-3 para colarse en la final de la Conferencia del Oeste.
Precisamente Denver es otra de las escuadras a las que no se puede restar mérito, menos aún luego de moverse de forma inteligente y sumar a un interno de la talla de Aaron Gordon, uno de los jugadores más cotizados en el mercado reciente.
Inversión vs proceso
La lucha en la Conferencia del Este de la NBA parece centrarse en solo dos organizaciones: Nets de Brooklyn y 76ers de Filadelfia.
El primero es el gran conjunto a seguir, ese que los fanáticos de otros equipos miran en secreto, y es que los neoyorquinos se armaron de forma espectacular. A sus dos grandes estrellas, Kevin Durant y Kyrie Irving, se sumó James Harden, quien llegó en la primera mitad de la zafra vía cambio desde Houston.
Pero adquirirlo no fue suficiente. Los Nets también firmaron a veteranos de enorme presencia en la pintura, como LaMarcus Aldrirge y Blake Griffin.
Tanto talento en una misma escuadra va más allá de un Big Three y apunta a algo nunca antes visto. Tal vez el único punto de comparación es el de los Warriors de Golden State que recientemente tuvieron en cancha a Stephen Curry, Durant, Klay Thompson y Draymond Green.
Ver a tantas estrellas juntas sin duda representa todo un atractivo para el juego, pero no necesariamente en sinónimo de éxito.
Entretanto, los Sixers, líderes del Este, siguen esperanzados en que su famoso proceso rinda frutos este mismo año para poder sumar el ansiado anillo de campeón.
Bajo el dominio de Ben Simmons y Joel Embiid, en Filadelfia la regularidad de la organización es digna de destacar. Sin el peso de los Raptors o del Heat de Miami, finalista el año pasado, todo apunta a un nuevo rival desde el Este.
Un poco atrás, aunque sin restar méritos, aparecen Bucks de Milwaukee y Celtics de Boston, dos enormes contendientes que deben demostrarse a sí mismos que cuentan con la capacidad para encarar con éxito la postemporada.
Por el premio mayor
Mientras que colectivamente todos aspiran al trofeo de campeón de liga, en el plano individual unos pocos cuentan con el talento para quedarse con el premio a Jugador Más Valioso de la temporada de la NBA.
La lesión de LeBron James podría restarle puntos en una carrera que encabezó en la primera parte de la campaña. Junto a él, el griego Giannins Antetokounmpo (Bucks) vuelve a instalarse como otra pieza a seguir de cerca. El resto del heleno es distinto al del pasado, pues quiere su tercer trofeo al hilo y su segundo como Jugador Defensivo del Año.
El esloveno Luka Doncic (Mavericks de Dallas) es otro aspirante nada despreciable en el renglón.
Junto a estos tres, Embiid se presenta como serio candidato al comandar a sus Sixers a puestos importantes. Junto a él, Rudy Gobert, centro del Jazz, también desafía a los grandes favoritos.
Desde Brooklyn y su grupo de estrellas, Harden, ganador en una oportunidad de la distinción, se levanta como otro de los nombres con reales opciones de figurar.