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Ascenso de Elise Stefanik demuestra que Trump mantiene su control sobre los Republicanos

Rep. Elise Stefanik, R-N.Y., works at a hearing in November 2019.CREDIT: Washington Post photo by Bonnie Jo Mount

Lauren Fedor en Washington - Financial Times

En su primer período como representante del norte de Nueva York, Elise Stefanik estaba tan reacia a apoyar a Donald Trump para presidente que se rehusaba a mencionar su nombre, refiriéndose a el en vez como “el abanderado de mi partido”.

Cuatro años después, Stefanik se había convertido en una acérrima defensora del presidente.  En un codiciado espacio como oradora en la convención nacional Republicana del 2020, le ofreció a Trump su más amplio apoyo y describió las investigaciones del juicio político contra él como un “engaño ilegal y sin fundamento”.

Hoy en día, Stefanik, de 36 años, se acerca a la cúspide del liderazgo en el partido Republicano.  Se espera que sea elegida esta semana como presidenta de la conferencia del GOP en la Cámara, lo cual la convertiría en la mujer Republicana de mayor rango en el Capitolio.  Trump la apoyó la semana pasada para este rol, calificándola de “comunicadora fuerte e inteligente”.  También tiene el respaldo público de Kevin McCarthy y Steve Scalise, líderes Republicanos número uno y dos en la Cámara respectivamente.

Stefanik reemplazaría a Liz Cheney, la representante de Wyoming e hija del antiguo vicepresidente Dick Cheney, quién se enfrentó con su partido al votar a favor de imputar a Trump a principios de año por el papel que jugó en los ataques al Capitolio el seis de enero que dejaron saldo de cinco personas fallecidas.

“La entrada de Elise es un símbolo perfecto para la era Trump”, dijo Brendand Buck, exasesor de Paul Ryan, Orador de la Cámara del 2015 al 2019.  Stefanik trabajó en el equipo de preparación para debates de Ryan cuando fue el compañero de Mitt Romney en la carrera presidencial del 2012.

“En cualquier medida, ella es en realidad menos conservadora que Liz Cheney, pero en lo que importa – el apoyo del presidente, y su disposición a luchar la guerra cultural y a luchar contra los medios – cumple con todos los requisitos”, añadió.

Cheney es una acérrima conservadora económica y geopolítica.  Pero ha regañado a sus colegas repetidas veces por alentar las falsas quejas de Trump respecto a la trampa en su contra en las elecciones del 2020.

Entretanto, hablando en el programa radial de Steve Bannon la semana pasada, Stefanik se pronunció “totalmente” a favor de los esfuerzos Republicanos por revertir los resultados en Arizona, donde Joe Biden superó a Trump.  Fue contada entre los 147 legisladores Republicanos que votaron en contra de la certificación de la victoria de Biden ante el Colegio Electoral, aún luego de que una violenta turbamulta de partidarios de Trump irrumpiera en el Capitolio.

Para muchos en Washington, ese voto fortaleció las credenciales de Stefanik como leal a Trump – y resaltó el cambio dramático de estilo y substancia para la graduada de Harvard University.  Por mucho tiempo, Stefanik había sido vista como una de las estrellas nacientes del ala moderada del partido Republicano, con un currículo que incluía períodos de trabajo para el expresidente George W. Bush y el exgobernador de Minnesota Tim Pawlenty.

Stefanik nació y se crio en Albany, Nueva York, y sus padres eran dueños de una distribuidora de madera chapada.  Demostró un interés por la política desde muy joven: un artículo de la presa local en 1998 describe como siendo alumna de bachillerato a los catorce años, Stefanik faltó a clase para asistir a la firma de un libro de un legislador Republicano.

De allí fue a Harvard, donde estuvo activa en el periodismo y la política estudiantil y obtuvo un grado en ciencias de gobierno.  Siendo universitaria, fue coautora de un escrito de opinión con Jeanne Shaheen, antigua gobernadora Democática de Nuevo Hampshire y actual Senadora.

En el 2014 se lanzó para Representante por el partido Republicano y salió ganadora a la edad de 30 años, convirtiéndose en la mujer más joven en ser elegida al Congreso.

En el ciclo del 2016, Stefanik apoyó primero a John Kasich, antiguo gobernador por Ohio, antes de apoyar a regañadientes a Trump como candidato Republicano.  Poco después de su elección, fue elegida codirectora del grupo de los martes, un consenso de legisladores Republicanos moderados que se comprometieron a trabajar con los Demócratas.

Pero menos de tres años después, había virado fuertemente a la derecha, uniéndose al equipo de defensa de Trump durante su primer juicio político y convirtiéndose en una de sus partidarias más vocales.  Como candidata en el 2020, Stefanik adoptó mucha de la florida retórica del presidente, incluyendo apodar a su oponente Demócrata, Tedra Cobb, como “Taxin’ Tedra” (Tedra la Fiscalizadora).

Tanto los críticos como los aliados de Stefanik dicen que su transformación política proviene de la visión cambiante de los votantes en su distrito legislativo.

“Lo que [Stefanik] observó y entendió es que el distrito ya no prefería una Republicana moderada y mojigata”, dice Buck.  “Quería una luchadora.  Quería lo que Donald Trump estaba vendiendo y por tanto ella se reinventó”.

Stefanik representa el distrito legislativo número 21 de Nueva York, el cual cubre una extensa área en la parte más norte del estado.  El distrito, ampliamente rural y de población blanca de clase trabajadora votó por Barack Obama en el 2008 y el 2012, antes de convertirse sólidamente a los Republicanos en la elección presidencial del 2016.  Trump le ganó a Hillary Clinton y a Joe Biden allí por 14 y 11 puntos respectivamente.

“La gente aquí, al igual que nacionalmente, estaba muy dispuesta a virar hacia el mensaje de Donald Trump de reinventar… los Estados Unidos que habían existido antes, porque en esta zona, objetivamente, las cosas estaban mejor hace 60 años de lo que están ahora,” dice Alexander Cohen, un profesor de ciencias políticas de la Clarkson University en Potsdam, Nueva York, añadiendo que Stefanik tiene ahora un “dominio absoluto” del escaño.

Stefanik está entre los Representantes que más recaudan en el Capitolio, logrando donaciones de $13,3 millones sólo para el ciclo electoral del 2020, de acuerdo con OpenSecrets.  Su vehículo de recaudación para el liderazgo, E-PAC, trasladó $435,000 a otras candidatas Republicanas, ayudando al partido a duplicar su número de legisladoras en la Cámara entre el 2018 y el 2020.

El récord la coloca en alta estima entre sus colegas Republicanos, quienes quisieran recuperar control en ambas cámaras del congreso en las elecciones de medio período el año que viene.

Pero esto no hará mucho para contrarrestar los ataques de sus críticos, quienes la acusan de haber dado un giro de 180 grados en cuanto a personalidad y en sus políticas.

Cohen comenta que no sabe si la evolución política de Stefanik refleja “ambición descarnada” o “verdadera convicción ideológica”.

Pero aclara que: “en la arena política no es fácil distinguir entre estas dos cosas”.

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