(c) 2021, The Washington Post · Karoun Demirjian, Josh Dawsey
· NACIÓN, POLÍTICA · Junio 05, 2021 - 7:18 PM
WASHINGTON – El ex-jefe de despacho de la Casa Blanca, Mark Meadows, envió una serie de correos electrónicos al fiscal general en funciones durante los últimos días de la presidencia de Donald Trump, como parte de una campaña para presionar al Departamento de Justicia y forzarlos a investigar las falsas denuncias de Trump sobre fraude masivo en las elecciones.
Los emails de Meadows, divulgados por primera vez el sábado por el New York Times, demuestran como la determinación del ex-presidente por revertir su derrota electoral no fue solamente una obsesión personal o algo específico de su campaña, sino un proyecto oficial de la Casa Blanca de Trump. Intentos por contactar a Meadows directamente fueron infructuosos.
El breve pero tumultuoso mandato del entonces fiscal general en funciones, Jeffrey Rosen, quien lideró el Departamento de Justicia por tan sólo un mes después de que su predecesor, William Barr, dejara la administración a finales de diciembre, fue marcado por una intensa campaña por legitimar las denuncias de Trump de un “robo” de las elecciones. Rosen fue presionado para abrir una investigación oficial de fraude electoral a pesar de que no había evidencia de ello – e incluso Trump contempló despedir a Rosen y reemplazarlo con otro oficial del Departamento de Justicia que fuera más propenso a ayudarlo a socavar los resultados de las elecciones.
Y luego vino el 6 de enero, cuando cientos de simpatizantes de Trump invadieron el Capitolio de EE.UU. para protestar contra la certificación de la victoria del presidente Joe Biden por parte del Congreso.
Rosen ha afirmado con firmeza y en repetidas ocasiones que, durante su mandato, no se asignó ningún fiscal especial para que investigara las elecciones y no se emitió ninguna declaración cuestionando los resultados. Pero hasta la fecha, él se ha rehusado a discutir la presión que recibió por parte de la Casa Blanca – o a dar detalles de sus conversaciones con Trump en las semanas previas a la insurrección.
Tampoco respondió a una solicitud de comentario el sábado y, públicamente, ha guardado silencio sobre su opinión respecto al tema. Cuando durante una audiencia del Comité de Supervisión y Reforma de la Cámara de Representantes el mes pasado se le preguntó si él creía que las elecciones le fueron robadas a Trump, Rosen hizo evasivas.
Los emails de Meadows, sin embargo, revelaron como la campaña para presionar a Rosen avanzó durante los últimos días de diciembre y los primeros días de enero, mientras Trump se desesperaba cada vez más por desafiar el resultado de las elecciones.
Según detalles documentados en el reporte del New York Times y confirmados ampliamente como información certera por dos personas conocedoras del tema - quienes hablaron en condición de anonimato porque la materia sigue siendo el centro de una investigación en curso por parte del Congreso y del inspector general del Departamento de Justicia - en sus misivas Meadows le solicitaba a Rosen que investigara una serie de teorías de conspirativas.
Una de ellas tenía que ver con denuncias de fraude electoral en Nuevo México, donde las autoridades estatales declararon el voto como seguro. Otra se basaba en la suposición de que satélites militares manejados por personas en Italia habían sido utilizados para manipular las maquinas de votación y cambiar los votos de Trump por votos de Biden. No hay ninguna evidencia que sugiera que alguna de las denuncias tenga fundamento.
Los emails, que fueron compartidos por el Comité Judicial del Senado como parte de su investigación sobre el rol que desempeñó el Departamento de Justicia en el desafío a los resultados de las elecciones de 2020, no indican que Rosen aceptara o apoyara ninguna de las líneas de investigación propuestas por Meadows. Miembros del equipo del presidente del comité, Sen. Richard Durbin, D-Illinois, no respondieron a solicitudes de comentario.
Los pedidos de la Casa Blanca, sin embargo, revelan un patrón de conducta problemático por parte de los funcionarios de la administración Trump, y es probable que susciten más preguntas desde Capitol Hill, donde el interés por investigar y documentar los eventos que desencadenaron los disturbios del 6 de enero permanece vigente, especialmente entre los Demócratas, incluso si el foro para ello permanece elusivo.
El mes pasado, el senado votó en contra de un esfuerzo bipartidista por crear una comisión del 6 de enero que tendría la tarea de investigar dichos asuntos, incluyendo la campaña de presión de la Casa Blanca de Trump sobre Rosen. Está por verse si la oradora de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, D-California, anunciará un camino alternativo. La Cámara tiene pautada su próxima sesión plenaria para el 14 de junio.
Información de los Autores:
Karoun Demirjian es una reportera de seguridad nacional cubriendo Capitol Hill, donde se enfoca en defensa, relaciones exteriores, inteligencia y asuntos políticos concernientes al Departamento de Justicia. Previamente, fue corresponsal en la oficina del Post en Moscú.
Josh Dawsey es un reportero de política e investigaciones del Washington Post. Se unió al periódico en 2017 y previamente cubría la Casa Blanca. Antes cubría la Casa Blanca para Político, así como la Cámara de la Ciudad de Nueva York y al gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, para el Wall Street Journal.
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