(c) 2021, The Washington Post - Jaclyn Peiser
En 2018, el médico de la Casa Blanca, Ronny Jackson, se puso de pie ante la prensa y alabó el examen cognitivo del entonces presidente Trump, describiéndolo como “muy agudo” y “muy íntegro”. El presidente, alardeó Jackson, aprobó magistralmente una evaluación cognitiva que se le realizó para refutar las acusaciones de que su salud mental se estaba deteriorando.
Ahora Jackson está exigiendo que el presidente Joe Biden tome el mismo examen y haga públicos los resultados.
Jackson, un Republicano que fue elegido al Congreso por Texas el año pasado, se unió a otros 13 legisladores del mismo partido al firmar una carta el jueves afirmando que Biden ha mostrado señales de un estado mental pobre y debería tomar la prueba para demostrar lo contrario.
“El pueblo estadounidense se merece tener absoluta confianza en su presidente”, dijo en una nota de prensa Jackson, de quien se difundió que como médico de la Casa Blanca había hecho comentarios sexuales inapropiados y había hostigado a miembros del personal. “Yo argumentaría que el pueblo estadounidense no tiene esa confianza en el presidente Biden”.
La Casa Blanca no respondió inmediatamente a una solicitud de comentario. Biden, el presidente de mayor edad en la historia, tiene pautado un examen físico más más adelante en el año, y se ha comprometido a publicar los resultados en su totalidad – algo que Trump fue acusado de no hacer.
Los doctores que examinaron la historia médica y el estado de salud de Biden el año pasado dijeron que gozaba de buena salud. Stuart Jay Olshansky, profesor de salud pública de la Universidad de Illinois en Chicago, quien analiza la longevidad de los presidentes, le dijo al Washington Post que la salud de Biden y su historia familiar sugieren una expectativa de vida de 97 años.
“No se puede maquillar el envejecimiento. Una vez que llegas a esa edad, cambios empiezan a ocurrir más rápido que cuando eras más joven”, dijo Olshansky. “Pero con Biden, no sólo no hay señales de alarma, sino que las señales que ves muestran que está en un estado de salud excepcional”.
Jackson, ex-almirante de la Marina, comenzó a trabajar como médico de la Casa Blanca a mediados de la década del 2000. En 2013, el expresidente Obama lo nombró su médico principal y permaneció bastante imparcial en su rol, de acuerdo con ex-trabajadores del equipo Obama. Obama incluso lo ascendió a almirante.
Pero al Jackson mantener su cargo entrada la presidencia Trump, se volvió más expresivo políticamente, en especial después de haber dejado el cargo en 2018. Trump pronto lo nominó para dirigir el Departamento de Asuntos de Veteranos. Jackson se retiró del proceso de consideración para el cargo en medio de acusaciones de conducta inapropiada, las cuales el inspector general del Departamento de Defensa luego detalló en un reporte que señalaba que él había hostigado e intimidado a miembros del personal y que había hecho comentarios sexuales inapropiados. Jackson negó las acusaciones y describió el reporte como una “emboscada política”.
Cualquier remanente de buena voluntad entre Jackson y los exmiembros de la administración Obama se agotó en mayo cuando respaldó la acusación sin base de Trump de que el expresidente estaba conspirando para derrocar al presidente. En una declaración, Jackson llamó a Obama un “profundo traidor del Estado” que “merece ser traído ante la justicia por sus infames acciones”. Los oficiales del expresidente luego describieron la carta como una traición, reportó el Post.
Desde su momento en el atril ante el cuerpo de prensa de la Casa Blanca en 2018, Jackson ha defendido ferozmente el estado cognitivo de Trump.
En julio pasado, mientras Trump comenzaba su ataque contra la salud mental y cognitiva de Biden, el expresidente alardeó de sus resultados en el examen de chequeo cognitivo. La prueba, llamada Evaluación Cognitiva de Montreal (Montreal Cognititive Assesment), está diseñada para detectar las etapas iniciales de impedimentos como la demencia.
Ziad Nasreddine, el neurólogo que creó la prueba, le dijo al Post que su examen no mide el coeficiente o habilidades intelectuales.
“Si una persona realiza bien el examen, lo que significa es que se puede descartar que padezca de impedimentos cognitivos que resultan de enfermedades como el Alzheimer, accidentes cerebrovasculares o esclerosis múltiple. Eso es todo”, dijo Nasreddine.
Jackson dijo en su momento que no había pensado administrarle el examen a Trump pero lo hizo después de que éste se lo solicitara. Trump exultó de su habilidad para recordar cinco palabras distintas en orden durante su infame explicación de la prueba en una entrevista con Fox News en la cual utilizó los ejemplos “Persona. Mujer. Hombre. Cámara. TV”. En un momento llegó a decir que quería retar a Biden a hacerse la prueba.
Jackson se alineó con Trump en sus acusaciones infundadas de que Biden padece de problemas cognitivos. En octubre pasado, durante una conferencia de prensa sobre la campaña presidencial, Jackson dijo en repetidas oportunidades que la edad de Biden no lo hacía apto para ser presidente.
“Yo he visto a Joe Biden en campaña y estoy preocupado y estoy convencido de que no tiene la capacidad mental, la habilidad cognitiva para ser nuestro comandante en jefe”, dijo Jackson durante la llamada.
Jackson hizo acusaciones similares en la carta del jueves, la cual también estaba dirigida al médico del presidente, Kevin O’Connor, y al principal asesor médico del presidente, Anthony S. Fauci. Entre los otros doce legisladores Republicanos que firmaron se encuentran aliados cercanos de Trump incluyendo los Reps. Greg Steube de Florida y Beth Van Duyne de Texas.
El grupo escribió la carta para “expresar preocupación” por el “estado cognitivo actual” del presidente y solicitaron que se le realice una prueba “inmediatamente” y que haga públicos los resultados. La carta menciona varios momentos en los que Biden se ha olvidado de detalles claros o ha pronunciado nombres erróneamente, afirmando que éstas son señales de deterioro mental.
Información de la Autora:
Jaclyn Peiser es reportera del equipo Morning Mix. Previamente cubría la industria mediática para el New York Times.
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