
Pensar hace algunos meses que Lionel Messi sería el favorito para alzar el Balón de Oro 2021 habría sido toda una ingenuidad. Antes del arranque de la temporada, el argentino había solicitado su salida del FC Barcelona -algo que no se concretó- y su descontento con la directiva de la entidad tenía reflejo sobre el gramado.
El rosarino se escondió en su tristeza durante meses y con él el fútbol se perdía a una de las más grandes figuras de su historia. Pero en el ego de un campeón la derrota incomoda en todo ámbito. Para Messi nadie podía estar por encima de su felicidad al jugar al fútbol y ahí estuvo su reto: espantar a los demonios del pasado reciente y enfocarse en el presente.
Su reacción fue positiva; sin embargo, no solo los deseos son capaces de generar acciones exitosas. En LaLiga la situación le permitió luchar por el título hasta las últimas jornadas con el Real Madrid y Atlético de Madrid, campeón de la zafra.
El esfuerzo no mostró los mismos resultados en la Liga de Campeones, torneo que lo vio despedirse en octavos de final frente al PSG.
Cara y cruz. Así fue la temporada de Messi. Pero el fútbol brinda segundas y hasta terceras oportunidades. Para él, en este caso fue su sexta. Para un atleta es clave pasar la página lo más rápido posible. Existe tiempo para analizar lo ocurrido, pero es corto. El argentino debió hacer a un lado su campaña con el FC Barcelona para ponerse la camiseta de su país. La Copa América de Brasil era un norte bastante importante porque frente él estaba, nuevamente, el reto de alzar un trofeo con la Albiceleste.
La historia de Messi en el torneo le trajo desdicha e incluso una renuncia a la selección que duró un par de meses.
La presión era inusual porque el tiempo hace las piernas más pesadas sobre el campo, pero más ligeras hacia la puerta de salida. Esta, tal vez, podía ser el último paseo del rosarino en la cita, por lo que margen de error ya no existía.
Y lo logró. La regularidad de Messi es el deseo de muchos. Si él está bien, Argentina trasciende. Obstáculos siempre habrá, pero cuando el 10 está a tono, hasta la derrota tiene que trabajar muy duro para vulnerarlo.
En Brasil, el atacante terminó alzando el trofeo. Y sus compañeros a él. El pasado es imborrable, pero las formas para moldear el presente definen a las estrellas. Luego de tantas fórmulas, Lionel Messi lo logró y soltó ese bolso cargado de críticas.
Hoy es el favorito para quedarse con su séptimo Balón de Oro, pero todo dependerá de cómo arranque la temporada con el Barcelona. Por lo pronto, lo más importante para él se logró. Ese camino marcado por la oscuridad e irregularidades terminó llevándolo a un paraíso inesperado, al menos en una campaña que comenzó con más preguntas que respuestas en su entorno.