(c) 2021, The Washington Post – Rachel Weiner
WASHINGTON – Jueces federales en Washington se están preguntando si los manifestantes que admitieron haber invadido el Capitolio el 6 de enero en apoyo al presidente Donald Trump están siendo tratados con demasiada indulgencia.
Los jueces les están preguntando a los fiscales por qué los acusados no están pagando una mayor parte de los costos de daños al Capitolio, por qué la corte no puede ordenar supervisión adicional de muchos de los acusados más allá de un breve paso por prisión y por qué no hay más manifestantes enfrentando cargos más graves. Los jueces también han presionado a los acusados para que expliquen por qué estaban en el edificio ese día y para que expresen su arrepentimiento, incluso si su acuerdo de declaración de culpabilidad no requiere de dichos reconocimientos.
Las diferencias se originan por el rol menor que cada individuo jugó en el horror generalizado de ese día. Más de 570 personas han sido imputadas con cargos en lo que el Departamento de Justicia ha llamado la mayor investigación en la historia de EEUU.
La jueza nacional en jefe del distrito, Beryl Howell, ha sugerido que más personas deberían enfrentar el cargo de delito grave por obstruir la certificación oficial de la victoria electoral de Joe Biden. “¿Será que el gobierno… tiene alguna preocupación por la disuasión?” preguntó Howell durante una audiencia después de cuestionar si en verdad un fiscal no podía probar que un hombre que entró por una ventana rota y alardeó de haber “invadido el Capitolio” cometió un delito más serio de lo que el gobierno le estaba imputando.
Muchos participantes, en cambio, a pesar de haberse declarado culpables, han insistido en que sus acciones no tenían conexión con la ira contra los policías que resultó en la muerte de cinco personas y fue seguida por los suicidios de varios de los oficiales de policía que hicieron frente al ataque.
Hasta ahora, la palpable frustración no se ha traducido en mayores sentencias; ninguno de los acusados por delitos menores ha sido sentenciado a una condena mayor a la que ya ha cumplido. Pero la mayoría aún están esperando por sentencia, y los acusados que van a juicio van a recibir condenas potencialmente más largas. Varias declaraciones de culpabilidad han estado a punto de ser rechazadas después de la evaluación de los jueces.
“Ellos parecen sentir que hay un grado de severidad aquí que el gobierno a veces parece no haber tomado en cuenta para sus decisiones de acusación”, dijo Greg Hunter, un abogado defensor en varios casos por los disturbios en el Capitolio.
El Departamento de Justicia se rehusó a comentar para este artículo.
Los fiscales han permitido que los acusados por delitos menores se declaren culpables a uno de los cuatro cargos que se les imputan a aquellos que entraron al Capitolio pero no estuvieron involucrados en la violencia o la destrucción. Hasta ahora, casi todos han escogido “desfilando, manifestando o protestando dentro de un edificio del Capitolio”, una “ofensa leve” que acarrea una condena máxima de seis meses de prisión y una fianza de $5.000. Estos cargos no hacen necesario que los acusados admitan que hayan invadido el Capitolio o intentaran bloquear la transición pacífica del poder.
Cientos han sido acusados de obstruir un procedimiento oficial, un delito mayor castigable con hasta 20 años de prisión. Pero otro juez federal ha alertado que el Departamento de Justicia debe explicar mejor sus razones para imputar este cargo. Los jueces han dado un paso adelante, tratando de obligar a los acusados a explicar el por qué de sus acciones.
“¿Fue su intención al entrar al edificio del Capitolio… protestar contra el Congreso por certificar el voto del colegio electoral?”, le preguntó Howell a un acusado la semana pasada. Después de una larga pausa, Leonard Gruppo respondió que él estaba allí “para apoyar al presidente”.
Howell lo presionó aún más, “¿Su propósito no fue caminar como un turista por el Capitolio, o sí?”. Un congresista Republicano de Georgia había dicho que el video de las manifestaciones del 6 de enero dentro del Capitolio parecía “una visita normal de turistas”.
Gruppo respondió, “No, Señora”.
Ella no aceptó su declaración de culpabilidad hasta que él admitiera que había estado en el edificio “como parte de una manifestación en apoyo al presidente Trump”.
En otra audiencia, ella describió los cargos como un “rompecabezas” porque “las manifestaciones típicamente tienen una razón de ser”.
Los fiscales han dicho que las personas a las que se les han ofrecido estos acuerdos están recibiendo beneficios por admitir su culpabilidad rápidamente y por aceptar cooperar con el gobierno en el desarrollo de las investigaciones.
Pero los jueces también han expresado preocupación porque los fiscales no siempre saben la extensión de las acciones de una persona en el medio del caos del 6 de enero. La semana pasada, un hombre fue casi condenado por un delito leve, cuando de repente los fiscales dijeron que recién habían encontrado evidencia de que el hombre había de hecho asaltado a un policía.
El juez Thomas Hogan dijo que él sabía que “el gobierno estaba tratando” pero cuestionó por qué el nuevo video fue encontrado apenas ese mismo día por sabuesos cibernéticos.
“Debemos asegurarnos de que tenemos todo lo que necesitamos”, alertó él.
En otra audiencia de declaración de culpabilidad por delitos leves el lunes, el fiscal nacional adjunto, Michael Liebman, enfatizó el punto diciendo que nuevos cargos podrían ser imputados si se consigue evidencia de que la acusada, una mujer de Nueva Jersey relacionada al movimiento anti-gobierno “Three Percenter”, había estado involucrada en la violencia.
Una reciente declaración de culpabilidad por los mismos cargos fue casi rechazada cuando Boyd Camper, de Montana, se rehusó a firmar un documento que decía que él “sabía que no tenía permiso para entrar al edificio”.
La jueza Colleen Kollar-Kotelly fue incrédula, preguntándole a su abogado, “¿a pesar de que él estaba viendo a las personas empujando a la policía y a las barricadas hacia adentro?”.
Una semana después, Camper sí se declaró culpable, admitiendo ante las autoridades que él había visto el acecho a las defensas y había “elegido el hueco correcto” para entrar al edificio sin problemas. Pero aún así se rehusó a decir que él entendía en el momento que lo que estaba haciendo iba en contra de la ley.
El arrepentimiento y la responsabilidad son exploradas más en profundidad en otras audiencias, que generalmente se llevan a cabo meses después de una declaración de culpabilidad o inocencia. Algunos jueces han desechado el asunto de la culpabilidad, diciendo que lo retomarán nuevamente más adelante.
“Puede que no sea necesario” hoy, le dijo la jueza Amy Berman Jackson a un acusado que estaba teniendo problemas para explicar por qué estaba dentro del Capitolio. “Pero puede que sea importante para el momento de tu sentencia”.
Ella también dijo que era “preocupante” que, debido a la levedad de los cargos, ella no podía imponer una sentencia que incluyera tanto encarcelación como libertad condicional – diciendo que esas “son las formas más apropiadas para lidiar con gran parte del comportamiento que hemos visto aquí”.
Apenas unos cuantos manifestantes han completado el proceso entero de sentencia. En la primera sentencia por delitos leves, una mujer de Indiana expresó su profundo arrepentimiento por sus acciones, diciendo que aunque ella en lo personal no ejerció la violencia, ella ahora puede darse cuenta de que contribuyó con una “demostración salvaje” que era “vergonzosa para nuestro país”.
Sin embargo, unos días después, la misma mujer le dijo a Fox News que “donde yo estaba… las personas eran muy amables”, y que ella sólo entró para ayudar a un manifestante de edad avanzada. Señalando dicha entrevista en una audiencia posterior, Hogan cuestionó si realmente los fiscales estaban obteniendo de los acusados “verdaderas aceptaciones de responsabilidad”.
Información de la Autora:
Rachel Weiner cubre las cortes de Alexandria desde un pequeño cuarto sin ventanas ni acceso a telefonía celular. Ella a veces se aventura a las afueras para cubrir el crimen en Alexandria y Arlington.
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