(c) 2021, The Washington Post - Rachel Pannett, Ellen Francis, Andrew Jeong
El oficial militar de mayor rango de EEUU dijo que es “posible” que Estados Unidos vaya a coordinar con el Talibán en relación a la lucha contra el Estado Islámico, aunque se rehusó a hacer predicciones en cuanto a potenciales colaboraciones con los que ahora controlan Afganistán, quienes podrían anunciar un nuevo gobierno tan pronto como el jueves.
“Nosotros no sabemos cuál es el futuro del Talibán, pero yo les puedo decir por experiencia personal que éste es un grupo sin escrúpulos, y si realmente ha cambiado o no aún está por verse”, les dijo a los reporteros el miércoles el Gen. Mark A. Milley, comandante del Estado Mayor Conjunto. “En una guerra, uno hace lo que debe hacer”, añadió, incluso si “no es lo que necesariamente quieres hacer”.
Los comandantes estadunidenses trabajaron con el Talibán para facilitar la evacuación de más de 124.000 personas de Afganistán en las semanas recientes. Tanto Estados Unidos como el Talibán tienen un enemigo en común en el Estado Islámico, el cual fue responsable de un atentado en las afueras del aeropuerto de Kabul la semana pasada que mató a 13 soldados estadounidenses y a más de 170 civiles afganos.
Gran Bretaña tendrá que relacionarse con los militantes islamistas que ahora controlan Afganistán incluso si no piensa reconocer al gobierno Talibán por ahora, dijo el jueves su diplomático de más alto rango.
“Debemos adaptarnos a la nueva realidad”, dijo el secretario de asuntos exteriores británico, Dominic Raab, en una conferencia de prensa con su contraparte en Catar. “Nosotros no vamos a reconocer al Talibán en el futuro cercano pero hay un importante universo de asuntos sobre los cuales tenemos que dialogar”.
“Yo creo que hay algunas pruebas iniciales que el Talibán debe superar”, añadió. Una de esas pruebas, comentó, será que el Talibán les permita a los extranjeros y afganos que deseen salir del país hacerlo de manera segura ahora que se han ido las tropas de EEUU que controlaban el aeropuerto.
Más de 120.000 personas abordaron aviones de EEUU, Gran Bretaña y de otros países para salir de Kabul después del rápido avance del Talibán. Pero muchos aún permanecen a la espera de ser rescatados – incluyendo a los afganos que resguardaban la embajada de Gran Bretaña y a unas cuantas centenas de ciudadanos británicos.
La administración Biden ha enfrentado críticas por la caótica evacuación y retirada después de casi dos décadas de guerra en Afganistán. Así les ha ocurrido también a los oficiales británicos, especialmente a Raab, quien se encontraba de vacaciones en una isla griega cuando cayó Kabul.
El ministro británico dijo el jueves que los gobiernos debían relacionarse directamente con el Talibán para asegurarse de que los trabajadores de ayuda humanitaria todavía puedan trabajar y evitar “un desastre humanitario”, así como para presionar a los militantes para que cumplan con su promesa de que su nuevo gobierno será menos represor que el de su última vez en el poder.
Después de reunirse con el diplomático británico, el ministro de relaciones exteriores de Catar dijo que el estado pérsico estaba hablando con el Talibán y Turquía sobre la reapertura del aeropuerto, aunque no quedó claro cuándo ocurriría. “Mantenemos la esperanza de que podremos iniciar operaciones tan pronto como sea posible”.
En otros acontecimientos, un ex-oficial de EEUU, jugadoras internacionales de fútbol, aliados de EEUU y veteranos militares han unido sus fuerzas para tratar de evacuar a las jugadoras afganas de fútbol femenino, a sus entrenadores y a sus familias.
El grupo de 133 personas, que incluye a niños, ha estado tratando de escapar del país por miedo a la persecución por parte del Talibán, de acuerdo a la Associated Press. En el pasado, el Talibán les prohibió a las mujeres hacer deporte, aunque los militantes ahora insisten que los derechos de las mujeres serán respetados dentro del marco del islam. Las jugadoras tienen entre 14 y 16 años.
El grupo no ha podido escapar de Afganistán en al menos cinco intentos, incluyendo el día en el cual Estado Islámico llevó a cabo el atentado con bomba en las afueras del aeropuerto de Kabul la semana pasada, lo que les impidió abordar un avión, según el reporte de AP. Ahora se están moviendo de una ubicación a otra, evitando ser detectados por el Talibán. Su falta de pasaportes y otros documentos les ha dificultado los esfuerzos por salir del país.
Robert McCreary, un ex-oficial de la Casa Blanca durante la administración de George W. Bush, quien está trabajando para extraer al grupo, dice que espera poder crear una “burbuja de protección” en torno a estas personas. Dijo que le ha urgido al Talibán que los ayude a salir del país. Australia, Francia y Catar han ofrecido su ayuda también.
Farkhunda Muhtaj, la capitana del equipo de fútbol femenino de Afganistán, quien ahora reside en Canadá; Kat Khosrowyar, una iraní-estadounidense que entrenó al equipo femenino U-19 de Irán; y Julie Foudy, ex-capitana del equipo nacional de fútbol femenino de EEUU, han firmado para apoyar el esfuerzo.
La administración Biden se ha comprometido a persuadir al Talibán de que les provea un paso seguro a los ciudadanos estadounidenses que permanecen atascados allá y a los afganos vulnerables que tienen esperanza de salir.
“La única cosa que habían hecho mal ante los ojos del Talibán... es el hecho de haber nacido niñas y que... habían tenido la audacia de soñar”, dijo Nic McKinley, un veterano de la CIA y de la fuerza aérea que también está involucrado.
Facebook ayudó a un grupo de periodistas afganos – junto a sus empleados – a salir del país hacia México antes de que las últimas tropas de EEUU salieran de Afganistán esta semana. Los afganos – 175 empleados de Facebook, activistas, periodistas y sus familias, incluyendo a 75 niños – aterrizaron en ciudad de México el martes, de acuerdo al Ministerio de Relaciones Exteriores de México.
“En el proceso de asistir a los empleados de Facebook y a sus colaboradores cercanos a salir de Afganistán, nos unimos a un esfuerzo por ayudar a un grupo de periodistas y a sus familias que estaban en gran peligro”, dijo un vocero de Facebook el jueves. “Los periodistas han sido bienvenidos en México”.
Facebook se rehusó a dar más detalles sobre el esfuerzo de evacuación, argumentando razones de seguridad.
Militantes talibanes manejando vehículos blindados estadounidenses conocidos como “humvees” desfilaban exhibiendo los armamentos capturados durante su avanzada por todo el país en una caravana en Kandahar, celebrando el retiro de las tropas de EEUU. Un helicóptero con la bandera blanca y negra del Talibán ondeando a uno de sus lados sobrevoló por encima de las multitudes de simpatizantes en la segunda ciudad más grande del país. Un hombre los saludaba desde las alturas.
Combatientes con pesadas ametralladoras se paraban encima de los vehículos militares que fueron dejados atrás después de 20 años de guerra. Docenas de hombres veían a ambos lados de la vía, algunos saludando a los militantes mientras pasaban.
Una flota de camionetas blindadas cruzó en una sola fila por la autopista a las afueras de Kandahar, como salió retratado en las fotos de la Agence France-Presse el miércoles al sur de Afganistán, la tierra originaria del Talibán.
El desfile llega después de que los combatientes del Talibán entraran a un hangar en el aeropuerto de Kabul el lunes por la noche, posando junto a helicópteros minutos después de que las últimas tropas de EEUU abordaran el último avión que despegó de la pista.
En las semanas posteriores a la toma de control, los combatientes talibanes han ostentado los equipos bélicos que han capturado, valorados en millones de dólares, aunque los expertos dicen que no está claro si ellos podrán mantener o usar los equipos como helicópteros, etc.
Disparos de celebración retumbaron por el cielo de la capital después de que despegara la última aeronave, terminando con la caótica evacuación de más de 110.000 personas.
En los días posteriores a la retirada de EEUU, videos en las redes sociales mostraban a los simpatizantes del Talibán desfilando por las calles con ataúdes envueltos con las banderas de EEUU, Gran Bretaña y Francia, parodiando un funeral simbólico en la ciudad oriental de Khost.
Grandes multitudes estaban en las calles el miércoles para la demostración de fuerza en la provincia de Kandahar, donde se formó el Talibán en 1994 antes de gobernar el país por cinco años hasta 2001.
Ahora que están de vuelta en el poder, los militantes deben gobernar un país con 39 millones de habitantes atravesando por una ola de desplazamientos y sin acceso a las fuentes esenciales de financiamiento.
Información de los Autores:
Ellen Francis es una periodista que cubre las noticias de última hora para el Washington Post en Londres.
Andrew Jeong es reportero del Washington Post en su oficina de Seúl.
Rachel Pannett se unió al equipo de asuntos exteriores del Post después de más de una década con el Wall Street Journal, donde fue jefa adjunta del despacho para Australia y Nueva Zelanda.
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