Clarence Thomas el día que fue juramentado en octubre de 1991. A Thomas le preocupan los ataques que sufre hoy en día el tribunal supremo del país, al cual le ha dedicado 30 años de su vida. FOTO: Cortesía del juez Clarence Thomas.
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(c) 2021, The Washington PostMike Berardino, Ann E. Marimow

El juez Clarence Thomas defendió la independencia de la Corte Suprema ayer jueves y advirtió sobre el peligro de “destruir nuestras instituciones cuando no nos dan lo que queremos, cuando lo queremos”.

Thomas, el juez de mayor antigüedad en la Corte Suprema, reconoció que la alta corte tiene sus defectos, comparándola con “un carro con tres ruedas” que de alguna manera aún funciona. Pero dijo que los jueces no están emitiendo sus sentencias basándose en sus “preferencias personales” y sugirió que los líderes de la nación no deberían “permitir que otros manipulen nuestras instituciones cuando no obtenemos los resultados que queremos”.

El juez pronunció estas palabras durante una ponencia en la Universidad de Notre Dame en la que habló sobre su experiencia de viajar en una casa rodante por las montañas de Carolina del Norte y Tennessee junto a su esposa, Ginni. Thomas reflexionó sobre su niñez en un Sur segregado y sobre su fe religiosa. También se refirió en repetidas ocasiones a la polarización política en Estados Unidos.

“Hemos llegado a un punto en el cual somos bastante buenos para encontrar algo que nos separe”, Thomas le dijo a la audiencia de más de 800 estudiantes y profesores reunidos en el centro de artes escénicas de la universidad.

Thomas sumó su voz a la de otros jueces que recientemente han salido a defender a la corte en el medio de crecientes críticas que describen a los nueve jueces como meros políticos con togas.

“Yo creo que los medios nos pintan como si en cada sentencia uno simplemente recurre a sus preferencias personales. Así que si ellos piensan que uno es antiaborto o algo parecido a nivel personal, ellos piensan que eso es lo único en lo que uno basará sus sentencias. Ellos piensan que uno está a favor de esto o de aquello. Ellos piensan que uno se convierte en una especie de político”, dijo Thomas en respuesta a una pregunta acerca de la mala percepción que tiene el público sobre la corte.

“Eso es un problema. Porque van a poner en riesgo la fe en las instituciones legales”. En semanas recientes, el juez Stephen G. Breyer, durante un tour en el que promociona un libro, ha enfatizado que él y sus colegas no son políticos “de ligas menores”. La semana pasada, la más reciente integrante de la corte, la jueza Amy Coney Barrett, le dijo a una multitud en Kentucky que los jueces no eran “un grupo de locos partidistas” y que sus decisiones están basadas en la libre competencia de filosofías judiciales y no en militancias políticas.

El discurso de Thomas llega en el cual la Corte Suprema regresará a su recinto el mes entrante para sesiones de argumentos presenciales por primera vez desde marzo de 2020, cuando el edificio fue clausurado debido a la pandemia del coronavirus. Cada uno de los nueve jueces están vacunados contra el coronavirus, de acuerdo a la Corte, y se han estado reuniendo para sus conferencias privadas.

Los jueces han acordado evaluar el debate en torno a una ley de control de armas en Nueva York y también escucharán un caso de Mississippi que involucra la prohibición de la mayoría de los abortos después de las 15 semanas de gestación.

Quienes se oponen al aborto están pidiendo que la corte use este caso para revertir la emblemática decisión del caso Roe vs. Wade que garantiza el derecho al aborto antes de la viabilidad del parto, usualmente alrededor de las 22 a 24 semanas.

Incluso durante el tradicional receso de verano de la corte, los jueces han emitido una serie de órdenes de emergencia derogando restricciones relacionadas a la pandemia, le ha indicado al poder ejecutivo que reinstituya una política de inmigración de la era Trump, y se ha rehusado a bloquear un decreto de Texas que prohíbe el aborto después de las seis semanas de embarazo.

En respuesta a las preguntas de la audiencia, Thomas compartió algunos elementos de su proceso en la toma de decisiones como juez. Cuando se le preguntó si alguna vez había cambiado su opinión después de la presentación oral de algún abogado, Thomas dijo, “casi nunca”, haciendo reír a la audiencia.

Por años, Thomas era conocido por su reticencia desde el banco y preguntaba poco durante los argumentos. Pero durante las audiencias por teleconferencia, los jueces han tomado turnos para asumir la palabra en orden de antigüedad y Thomas ha sido un activo interrogador.

Thomas dijo el jueves que el trabajo real está en los alegatos escritos introducidos antes de un argumento. Habló sobre un argumento presentado a la Corte que fue en detrimento del caso, y resultó en que los jueces revirtieran unánimemente su decisión después de escuchar al abogado. “A veces, simplemente quédate callado y siéntate”, dijo el juez.

A Thomas también se le preguntó si los asuntos legales con los que debe lidiar como juez a veces entran en conflicto con su fe católica. Sin dar ejemplos, Thomas dijo, “hay algunas cosas que están en fuerte conflicto con mis opiniones personales, mis preferencias sobre el tipo de políticas, y ésas fueron bastante difíciles de manejar, particularmente en mis inicios”.

“Yo no hago mucho drenaje de sentimientos en mis opiniones y les digo a las personas, “oh, ‘estoy muy triste por eso’. Ése no es el rol de un juez. Uno hace su trabajo y luego llora en solitario”.

Thomas fue recibido calurosamente por cientos de estudiantes y profesores. Al final de su ponencia, un grupo de tres manifestantes interrumpieron la sesión gritando consignas de “Yo aún le creo a Anita Hill”, en referencia a las polémicas audiencias de su confirmación en 1991 que incluyeron las acusaciones de Hill de que él la había acosado verbalmente.

Las manifestantes fueron rápidamente retiradas del auditorio, desencadenando una nueva gran ovación del público para Thomas.

Durante su presentación de más de una hora ayer jueves, Thomas no habló directamente sobre la propuesta para expandir el tamaño de la Corte Suprema. El presidente Joe Biden ha creado una comisión para considerar cambios estructurales después de que los legisladores Republicanos se apresuraran a confirmar a Barrett luego de la muerte de la jueza Ruth Bader Ginsburg a pocas semanas de celebrarse las elecciones de 2020.

Pero en un par de oportunidades Thomas alertó que “debemos tener mucho, mucho cuidado” de no “destruir nuestras instituciones”. Prosiguió citando a su difunto abuelo quien decía, “Después de hacer eso, ¿entonces qué? ¿cuál es el próximo paso?”.

Lea el artículo original aquí.

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