El fútbol americano es la disciplina por excelencia en Estados Unidos. No importa la condición, la NFL ha llegado a cualquier rincón del país para amarrar a la mayor cantidad de fanáticos posibles. Pero su expansión, a diferencia de otros deportes de alto impacto en la nación, no ha sido tan llamativa.
Si se compara con el béisbol de la MLB o el baloncesto de la NBA, la NFL no cuenta con tantos seguidores fuera del territorio norteamericano, pero eso no resta brillo a una liga envidiada por su organización y desarrollo.
Desde territorio latinoamericano ha habido un desfile de atletas que contrario a lo que dictan los deportes tradicionales de sus respectivos países han podido instalarse en la NFL.
El primero de todos
Cuba, un país caracterizado por el crecimiento de deportistas vinculados al béisbol, voleibol y atletismo, fue curiosamente la primera nación latinoamericana en llevar a uno de los nuestros al fútbol americano profesional.
El registro del Salón de la Fama de la NFL muestra que Ignacio Molinet jugó en la temporada de 1927 con los Frankford Yellow Jackets. Reconocido como fullback, el cubano vio acción en nueve compromisos, pasantía que se limitó a ese año.
El primer campeón
Solo ocho años después, Latinoamérica celebró a su primer campeón. Se trató del mexicano Aldo Richins, quien solo participó en un encuentro con los Lions de Detroit. Aún así, los libros de historia de la disciplina lo tienen en la plantilla del cuadro de Michigan consagrado aquel calendario.
El primer inmortal
Un centroamericano, Steve van Buren, aparece en los registros como el primer latino en ingresar al Salón de la Fama de dicha liga. El hondureño, quien se consagró campeón en las temporadas de 1948 y 1949 con los Eagles de Filadelfia, jugó durante ocho campañas con el cuadro de Pensilvania.
El running back fue una pieza fija cada semana para su conjunto, superando el promedio de las 80 yardas terrestres por encuentro en cuatro zafras.
En 1948 fue la gran figura en el partido por el campeonato al protagonizar la única anotación del duelo contra los Cardinals de Arizona (7-0).
Destacado
Raúl Allegre es considerado uno de los latinos de mayor trascendencia en la NFL. Para muchos, una voz conocida en la cadena deportiva ESPN, el mexicano fue un hombre de uso regular a lo largo de 18 años en la liga.
Dos veces campeón, Allegre debutó con los Ravens de Baltimore en 1983; sin embargo, un año después llegó a los Colts de Indianápolis. Con mucho que demostrar, el mexicano pasó en 1986 a defender los colores de los Giants de Nueva York, cuadro con el que se coronó en un par de oportunidades.
Hermanos con talento
A pesar de que Argentina tiene entre sus principales disciplinas el rugby, para la familia Gramática el fútbol americano era una verdadera pasión. Esa ambición llevó a los hermanos Martín y Guillermo a jugar en la NFL.
El primero tuvo una carrera más exitosa, titulándose en una ocasión con el uniforme de los Buccaneers de Tampa Bay, organización con la que estuvo por seis campañas. Reconocido pateador, el sureño llegó a liderar la estadística de goles de campo anotados en 2002.
En la era del Super Bowl, Martín posee la quinta efectividad más alta entre pateadores durante los playoffs, con 92.9%.
Su hermano recorrió la liga entre 2001 y 2004, tres de esos años con los Cardinals y uno de los Dolphins de Miami.