(c) 2021, The Washington Post · Griff Witte, Holly Bailey, Joanna Slater
En Búffalo, la candidata Demócrata a la alcaldía era una autoproclamada socialista. En Seattle, uno de los dos principales candidatos a la alcaldía una vez apoyó recortar el presupuesto de la policía a la mitad. Y en Minneapolis, los rivales más fuertes para tomar el ayuntamiento apoyaron la abolición total del departamento de policía.
Todos perdieron el martes.
En muchas de las elecciones que se llevaron a cabo en las grandes ciudades de costa a costa, los votantes tenían la opción de elegir candidatos que defendieran un cambio revolucionario promovido en los últimos años por los manifestantes en las calles y los legisladores de izquierda en el Congreso.
Pero optaron en gran medida por candidatos de mayor consenso, que pueden respaldar valores y políticas progresistas, pero que han enfatizado tácticas menos divisorias y dramáticas para llegar allí.
"El mensaje para la clase política es que los votantes quieren calidad de vida. Quieren que los políticos resuelvan los problemas", dijo Aseem Prakash, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Washington en Seattle. "No quieren división. No quieren acusaciones. Y tienen fe en reformar las instituciones, no en abolirlas".
Los resultados de las elecciones para alcaldes de este año han sido seguidos de cerca en busca de pistas sobre el futuro del Partido Demócrata en un momento en cual los legisladores del partido en Washington están divididos entre facciones moderadas y progresistas.
Las elecciones del martes se producen después de que la mayoría de las ciudades se vieron sacudidas por las protestas generalizadas de justicia racial el año pasado, por la pandemia del covid-19 y por una ola de delincuencia nacional que ha disparado las tasas de homicidios.
Pero en medio de todas esas convulsiones, parecía haber un límite a la cantidad de votantes urbanos que querían cambiar las cosas radicalmente.
En ciudades como Detroit, Albuquerque y Miami, los votantes reeligieron fácilmente a los titulares que han evitado los extremos políticos. El titular en Búffalo, Byron Brown, parece haber ganado como candidato independiente, después de haber sido derrotado anteriormente en las primarias Demócratas por India Walton, quien habría sido la primera alcaldesa socialista de una gran ciudad estadounidense en décadas.
Los votantes de Seattle y Nueva York eligieron candidatos moderados para los escaños abiertos sobre rivales de mentalidad más ideológica.
E incluso en lugares donde los progresistas obtuvieron victorias, incluidos Boston y Cleveland, los vencedores se concentraron en mejorar la calidad de vida de los residentes, en lugar de enfrascarse en los problemas políticos más polémicos.
Michelle Wu de Boston, por ejemplo, obtuvo una victoria aplastante sobre una oponente más moderada al concentrarse en los crecientes costos de la vivienda, la educación pública y la crisis de opioides en la ciudad. Un tema que estuvo relativamente ausente fue el crimen: a diferencia de muchas otras ciudades estadounidenses importantes, Boston no ha experimentado un aumento de la violencia armada y los homicidios este año.
Wu desplegó un "manual de estrategias que el resto de los Demócratas de todo el país podrían usar", dijo Mary Anne Marsh, consultora política Demócrata en Boston. Wu, dijo Marsh, "dejó en claro lo que quería hacer como alcaldesa y la diferencia que iba a hacer en la vida de las personas", ya sea mediante el transporte público gratuito o el control de los alquileres.
El ganador en Cleveland, Justin Bibb, de 34 años, había enfrentado ataques persistentes durante la campaña que lo catalogaron como un aliado del movimiento para "desfinanciar a la policía".
Pero el novel candidato negó que quisiera quitarles recursos a las fuerzas del orden, y las críticas aparentemente no llegaron más allá, resultando en la fácil victoria de Bibb sobre el presidente del concejo municipal, Kevin Kelley.
Los opositores a los candidatos progresistas "impulsan la noción de que no se puede tener más responsabilidad policial y mayor seguridad pública, que las dos cosas son mutuamente excluyentes", dijo Ronnie Dunn, profesor de estudios urbanos de la Universidad Estatal de Cleveland. "No lo son. Y eso es lo que Justin Bibb dejó claro con tanta astucia".
Cleveland ha sufrido un aumento en los delitos violentos, así como repetidos casos de alto perfil de civiles asesinados por agentes de policía. Bibb enfatizó el restablecimiento de la confianza entre el departamento de policía y las comunidades a las que sirve como un camino para resolver ambos problemas.
En su discurso la noche de las elecciones, invocó a Tamir Rice, el niño afroamericano de 12 años que fue asesinado a tiros por la policía de Cleveland en 2014, diciendo: "No podemos permitirnos más de lo mismo en cuanto a la vigilancia policial en Estados Unidos. Y Cleveland liderará el camino."
Además de elegir a Bibb, los votantes de Cleveland aprobaron el Numeral 24, una medida electoral para crear una junta civil de supervisión policial.
En Minneapolis, una ciudad que aún no se ha recuperado del asesinato de George Floyd a manos de la policía, los votantes rechazaron una medida de reforma policial que hubiese tenido consecuencias de mucho mayor alcance.
La pregunta planteada en la boleta electoral habría reemplazado al problemático departamento de policía con un nuevo departamento de seguridad que incluiría oficiales de policía "si fuera necesario". La medida fue apoyada por numerosos candidatos a la alcaldía, pero rechazada por el alcalde Demócrata, Jacob Frey.
Esa posición enfureció a los activistas liberales, mientras que Frey a la vez sentía la ira de los residentes que lo acusaban de no hacer más para combatir el aumento de delitos violentos.
No obstante, Frey obtuvo una cómoda victoria, impulsada por la alta participación en el suroeste de Minneapolis, una zona más blanca y próspera de la ciudad, así como por el apoyo en el norte de Minneapolis, el corazón de la comunidad negra de la ciudad, y en áreas con gran cantidad de estadounidenses somalíes. Ambos grupos han acusado al departamento de policía de racismo y brutalidad, pero también han sentido la peor parte de la creciente violencia en la ciudad.
La noche de las elecciones, un optimista Frey pidió a la ciudad que dejara de lado la división y aceptara el arduo trabajo de lograr un "cambio verdadero y transformador" en la seguridad pública.
La reforma, argumentó Frey, "requerirá que dejemos de hablar en términos absolutos y reconozcamos que las situaciones más difíciles de nuestra sociedad tienen múltiples verdades asociadas a ellas", dijo.
El alcalde electo de Seattle, Bruce Harrell, tuvo un mensaje similar la noche de las elecciones, advirtiendo contra las posiciones extremas y argumentando que la ciudad puede enfocarse en erradicar el "racismo y la fuerza irrazonable" del departamento de policía y al mismo tiempo mejorar la seguridad pública.
Harrell, un ex presidente del concejo municipal, derrotó a la actual presidenta del concejo municipal, Lorena González, luego de una campaña notable por su virulencia. "Tenemos que volver a unir a Seattle", suplicó Harrell.
Mientras González había predicado un cambio transformacional, Harrell se había centrado en medidas concretas para abordar el crimen, la falta de vivienda y la economía.
Como muestra de cuán decididos aparentemente estaban los votantes de Seattle a evitar los extremos políticos, la ciudad dominada por los Demócratas eligió a un Republicano centrista como fiscal municipal en lugar de a un candidato que apoyaba la abolición de la policía.
"Seattle es el lugar donde menos se esperaría este mensaje de moderación", dijo Prakash. "Pero resonó".
Aunque la mayoría de las grandes ciudades están dominadas por los Demócratas, no todas tuvieron elecciones entre tonos de azul.
En Miami, el Republicano Francis Suárez fue reelegido el martes de forma aplastante.
En la costa opuesta de Florida, en San Petersburgo, los votantes se enfrentaron a una elección entre un Demócrata y un Republicano, y eligieron al Demócrata Ken Welch, quien se convirtió en el primer candidato negro elegido a alcalde en una ciudad que es 70 porciento blanca.
"Hemos hecho historia", dijo Welch, cuyo padre fue el primer miembro negro del concejo municipal, al declarar la victoria.
Otras primicias históricas se produjeron en Cincinnati, Seattle y Boston, que eligieron a sus primeros alcaldes asiático-estadounidenses. Pittsburgh eligió a su primer alcalde negro. Y Dearborn, Michigan, eligió a un alcalde árabe estadounidense por primera vez.
"Mi nombre es Abdullah Hussein Hammoud y soy el próximo alcalde de Dearborn", dijo el legislador estatal de 31 años, quien agradeció a Alá en su discurso de victoria.
Una potencial primicia que no se cumplió el martes fue en el condado de Erie, Pensilvania, donde el Demócrata Tyler Titus perdió una candidatura que le hubiera convertido en el primer ejecutivo de condado abiertamente transgénero de la nación.
La oferta de Walton en Búffalo también habría hecho historia.
Walton, una organizadora comunitaria de 39 años, había ganado sorpresivamente en las primarias Demócratas de junio. Luego, Brown montó una campaña independiente para mantener su cargo. Walton reconoció su derrota el miércoles, luego de que Brown declarara el martes por la noche.
Los resultados del martes en Búffalo tienen ramificaciones nacionales, dijo Brown en una entrevista en la sede de su partido mientras sus jubilosos seguidores celebraban a su alrededor. Muestra "en primer lugar, que los votantes Demócratas y los votantes de todos los partidos políticos no quieren que se reduzca el financiamiento policial", dijo.
En términos más generales, dijo Brown, muestra que "los Demócratas de la corriente principal deben levantarse y luchar" contra lo que describió como una extrema izquierda "intolerante" que no está dispuesta a ceder. "Hace que sea más difícil hacer las cosas a nivel nacional y no es bueno para el país", dijo Brown. Dijo que la elección de Búffalo fue un "cortafuegos" contra los candidatos motivados por la ideología.
Pero Walton no se doblegó y predijo más candidaturas como la suya.
"¿Cómo es posible que una persona que era en gran parte desconocida hasta hace un año haya podido recaudar un millón de dólares para su campaña electoral y ser competitiva ante un gigante como Byron Brown?" dijo Walton en una entrevista con el Post el lunes. "Esto se puede replicar".
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Bailey reportó desde Minneapolis y Slater desde Búffalo.
Información de los Autores:
Griff Witte es corresponsal nacional del Washington Post. Corresponsal extranjero durante largos años, anteriormente se desempeñó como editor extranjero adjunto del periódico y como jefe de oficina en Berlín, Londres, Jerusalén, Islamabad y Kabul.
Holly Bailey es corresponsal nacional del Washington Post con sede en Minneapolis y cubre la región centro oriental de EEUU. Anteriormente, fue reportera de política nacional cubriendo la campaña presidencial de 2020.
Joanna Slater es corresponsal nacional del Washington Post que se centra en el Noreste de EEUU. Anteriormente, se desempeñó como jefa de la oficina del periódico en India, con sede en Nueva Delhi. Antes de unirse al Post, fue corresponsal en el extranjero del Globe & Mail y reportera del Wall Street Journal. Sus carrera incluye puestos en Mumbai, Hong Kong y Berlín.
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