Leslie Hook y Camilla Hodgson en Glasgow
Las transferencias de valor desde los países ricos hacia los pobres para ayudarlos a financiar sus ajustes al cambio climático se han convertido en una piedra de tranca en la cumbre COP26.
El financiamiento ha sido un tema difícil desde el comienzo de las negociaciones hace dos semanas, momento en el cual los países ricos admitieron que no habían cumplido con un compromiso de $100 millardos adquirido hace una década.
Al concluir la cumbre, varios documentos que forma parte de la “decisión general” resumirán el acuerdo entre los países. Los negociadores indican que las cláusulas de financiamiento ecológico son las más disputadas.
Un grupo creciente de países en desarrollo dicen que necesitan ver un compromiso financiero más claro al final del COP26 antes de acceder a las propuestas para recortar emisiones.
El presidente del COP26, Alok, Sharma, dijo que se reuniría con los ministros ayer jueves en la noche para intentar forjar un acuerdo. “Todavía tenemos mucho trabajo por hacer”, indicó. “Las negociaciones sobre financiamiento deben acelerarse, y deben acelerarse ahora”.
Versiones actualizadas de los borradores, esperadas para anoche, se retrasaron para hoy viernes, en parte debido a las tensiones y desacuerdos referentes a los fondos para adaptación y para indemnizaciones por pérdidas.
India por si sola indicó que buscaba 1tn (millón de millones) de dólares en fondos públicos internacionales como parte de su compromiso a recortar sus emisiones a un nivel neto de cero para el 2070. La inmensa cifra es emblemática de la desconexión entre los diferentes bloques de países en cuanto a financiamiento.
Concentrados en la zona de medios en el centro de Glasgow, delegados de países vulnerables y de Greenpeace acusaron a EEUU y la UE de restringir las posibilidades y rehusarse a contribuir lo suficiente para ayudar a los países en desarrollo a navegar la crisis ambiental.
“El tema financiero siempre ha sido el punto crítico en este proceso”, dijo Alden Meyer, asesor senior de E3G – un grupo de expertos. “Estamos en peligro de entrar en una espiral basada en el denominador menos común, en la cual EEUU y Europa, junto con otros países desarrollados, limitan lo que se puede lograr desde el punto de vista financiero, mientras que Arabia Saudita, China y otros limitan lo que se puede lograr en términos de mitigación”.
Si bien algunos países estaban preocupados de que no había suficiente detalle o sustancia en el borrador del acuerdo, otros no querían comprometerse a más.
EEUU ha enfrentado una presión particular, ya que activistas y negociadores han dicho que no ha contribuido suficiente a pesar de que antes de la cumbre aumentó su cuota a $11,4 millardos. La promesa del presidente Joe Biden de cumplir para el 2024 también fue vista como demasiado lejana.
“La administración Biden esta en una posición compleja, no pueden simplemente chasquear los dedos y obtener los fondos”, dijo un negociador. “Pero el hecho es que solo están pagando una cuarta parte de su justa cuota en cuanto financiamiento ambiental”.
Las principales economías, incluyendo EEUU, se han resistido desde hace mucho a la idea de un nuevo fondo que provea compensación por pérdidas y daños derivadas del cambio ecológico.
También están en contra de aplicar una tarifa obligatoria a los créditos de carbono comercializados entre países para financiar la adaptación a los países mas pobres; en cambio piensan que sería suficiente implementar contribuciones voluntarias a dicho fondo.
“Es muy, muy importante que tengamos un fondo para pérdidas y daños”, dijo Emmanuel Tachie-Obeng, un funcionario de la agencia de protección ambiental de Ghana. “Observen los desastres que ha provocado el cambio climático. Nuestras granjas están siendo arrasadas, nuestros colegios están siendo arrasados. Quien paga por estos daños”.
Aunque la anterior meta no fue cumplida, una labor de los negociadores en Glasgow es acordar un proceso para establecer una nueva meta de financiamiento ecológico más allá del 2025.
Se había fijado la meta de $100 millardos anuales para el 2020, pero se ha retrasado para finales de 2022.
“No debemos ponernos en la posición de prometer o comprometernos a metas que no podemos lograr” en cuanto a financiamiento ecológico y de no poder cumplir la promesa, dijo un funcionario.
Los países en desarrollo también piden una mayor transparencia sobre lo que se considera financiamiento ecológico, y requieren que los países ricos provean mayores detalles sobre el tipo de financiamiento ecológico que están contribuyendo.
“Sabemos que el compromiso de $100 millardos no será cumplido antes de 2023”, dijo Fekadu Beyene, comisionado ambiental de Etiopía. “Esta brecha de financiamiento y el incumplimiento de lo acordado debe mencionarse honestamente en el texto, y debe ser abordado”.
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