El presidente Biden y la primera dama Jill Biden viajaron el martes a Nantucket, una isla frente a la costa de Massachussets para celebrar Thanksgiving con su familia. Se trata de una tradición que se remonta hace más de 40 años y que se interrumpió el año pasado por la pandemia de covid-19.
Biden ha celebrado Thanksgiving (Día de Acción de Gracias, en español) en este sitio todos los años desde 1975. Es una isla a la que suelen ir de vacaciones personas con mayor ingreso económico durante los meses de verano, que durante esta celebración.
Mantente informado de los temas más relevantes de política, economía y salud y cómo afectan a la comunidad latina. Suscríbete aquí a nuestras newsletters.
Las únicas veces que el presidente no fue a Nantucket fue en 2015, después de la muerte de su hijo Beau por cáncer cerebral, y en 2020, que la situación de confinamiento y de distanciamiento físico por covid-19 no permitía viajes ni grandes reuniones.
El comienzo. La tradición familiar nació, según cuenta Biden en sus memorias Promise Me, Dad: A Year of Hope, Hardship, and Purpose (2017), de un dilema que tenía la familia sobre con quien pasar la celebración. “No importa qué familia elijamos (para pasar las vacaciones), íbamos a herir los sentimientos de alguien, que era lo último que Jill o yo queríamos hacer”, escribió.
- Entonces se lo comentó a un colega y este le recomendó que pasará un “Día de Acción de Gracias nuclear”, es decir, solo la familia de su núcleo familiar directo: Jill, Beau, Hunt y él. Le sugirieron Nantucket, una isla que para ese entonces jamás habían visitado y, desde entonces, se convirtió en el lugar para esta celebración. Solo que, ahora, el grupo original de cuatro se ha expandido para incluir a los nietos de Biden.
- “En el último Día de Acción de Gracias, por primera vez, éramos solo cuatro: mi esposa y yo, nuestra hija y mi yerno”, dijo Biden a principios de noviembre. “A finales de este mes, nuestras mesas y nuestros corazones se van a llenar, gracias a las vacunas”.
El contexto. Los estadounidenses se están preparando para celebrar Thanksgiving en medio del aumento de los precios de los alimentos y la gasolina a medida que la pandemia retrasa las cadenas de suministro globales y se desvanece el lastre económico de la ola de verano de infecciones por covid-19.
- La American Farm Bureau Federation indicó la semana pasada que la cena anual de Acción de Gracias costará a los consumidores estadounidenses un promedio de 14% más este año. Se trata del mayor aumento anual en 31 años, aunque los compradores aún pueden encontrar ofertas en las tiendas de comestibles.
- Durante la conferencia de prensa de ayer, periodistas le preguntaron a la secretaria de prensa, Jen Psaki, sobre cómo los estadounidenses de clase media, que se han visto en apuros por el alza de la inflación en medio de esta celebración, deberían considerar el viaje del presidente a Nantucket. “Este es un momento para dejar la política a un lado, pasar tiempo con sus seres queridos y hablar sobre aquello por lo que está agradecido”, respondió Psaki.
- “También les diré, después de pasar algún tiempo trabajando para este presidente, que: usted es presidente sin importar dónde se encuentre (…) Tiene capacidades telefónicas seguras. Tiene personal que viaja con él. Y creo que el pueblo estadounidense puede estar seguro de que seguirá presionando para reducir sus costos y garantizar que tengan más espacio para respirar”, agregó.
Con información de Reuters, CNN y White House.