Puerto Rico ha vacunado contra el covid-19 al 74% de su población. Más que cualquier otro territorio o estado de EEUU. A diferencia de Florida y muchos estados del sur que han experimentado altas tasas de infección y preocupantes tasas de muertes, la isla ha sido una especie de historia de éxito frente al coronavirus.
¿Por qué es importante?: Hasta el 22 de noviembre, Puerto Rico, había vacunado completamente al 74% de su población. Una proporción más alta que todos los otros estados o territorios de los EEUU y además tiene las tasas de muerte por Covid-19 más bajas desde el comienzo de la pandemia, con 102 de muertes por cada 100 mil habitantes.
- Estados que se dejaron llevar por una política individualista han tenido peores resultados que quienes tomaron acciones más integrales para detener la propagación del Covid-19.
- El gobernador de Puerto Rico, Pedro Pierluisi, miembro del Partido Nuevo Progresista, ha implementado silenciosamente algunos de los mandatos de vacunas más amplios del país en los sectores público y privado.
- Una serie de crisis en los últimos años hicieron que el sistema de salud público de Puerto Rico fuera más resistente frente a desastres que otros sitios. Además, los residentes tienen receptividad por los científicos. Algo que no pasa en todos los estados con la pandemia de Covid-19.
- En julio, el gobernador primamente exigió la vacunación de los estudiantes y en agosto extendió el mandato a todos los empleados del sector público. Para noviembre, lo amplió aún más a todas las empresas privadas con al menos 50 empleados.
El contexto: Este proceso de mejora del sistema sanitario y de emergencias comenzó cuando el huracán María tocó tierra en 2017. La tormenta de categoría cuatro dejó más de 5 mil muertos, causó daños por $90 mil millones y todos los servicios entraron en crisis.
- Las consecuencias para la salud pública fueron desastrosas. Muchos puertorriqueños tenían acceso limitado a alimentos y agua potable. Sin una higiene y un saneamiento adecuados se enfrentaban a un mayor riesgo de contraer enfermedades infecciosas.
- Casi todos los hospitales permanecieron cerrados durante días y cuando volvieron a abrir, muchos tuvieron que depender de los generadores para obtener energía durante meses. Las fallas hicieron que muchas personas con enfermedades crónicas tuvieran que irse.
- Luego, a fines de 2019, un terremoto de magnitud 6,4 golpeó la isla para empeorar la situación. Aunado a retrasos en fondos de ayuda Federal y mala administración del gobierno de Puerto Rico.
- Las ONG y los líderes comunitarios tomaron las riendas de las necesidades públicas y ello generó confianza en las personas a las que servían. Estos también se han encargado de organizar los procesos de vacunación junto autoridades.
El dato: Según el gobierno federal, 72 de los 78 municipios de la isla están médicamente desatendidos y tienen “necesidades de atención médica insatisfechas”. Casi la mitad de los puertorriqueños usan Medicaid y 350 mil personas dependen de los centros de salud comunitarios financiados por Medicaid para acceder a los servicios de atención primaria, especialmente en las zonas rurales.
- Solo la ONG, Voces, ha podido repartir casi 250 mil dosis contra el Covid-19 al realizar hasta 25 eventos diarios en toda la isla, conociendo gente donde viven y trabajan.
¿Qué dicen?: “Crear acceso directamente en la comunidad es muy importante porque no todos tienen carro para ir a la farmacia, al hospital o a la clínica”, afirma Lilliam Rodríguez Capó, presidenta de la junta directiva de Voces. “No había excusa para no vacunarse”.
Vacunar a las tres cuartas partes de su población tomó tiempo y trabajo preliminar.
Fuente principal de la noticia: Vox.