Desde el mismo momento en el que el Congreso se disponía a certificar a Joe Biden como ganador de las elecciones presidenciales de 2020, se vislumbraba un primer año presidencial lleno de desafíos para cumplir su agenda en medio de la pandemia de covid-19, que ya cumpliría un año, y una polarización política aún más marcada en el país. Te presentamos una selección de los cinco eventos políticos más significativos de 2021.
6 DE ENERO: ASALTO AL CAPITOLIO
Luego de un mitin con partidarios del entonces presidente Donald Trump, quien había denunciado constantemente que había fraude electoral y puso en duda el sistema electoral del país, cientos de simpatizantes irrumpieron en el Capitolio el 6 de enero, violando la seguridad y ocupando partes del edificio durante varias horas, mientras el Congreso estaba reunido para certificar la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales de 2020.
Durante el ataque, Trump sólo emitió dos tweets en los que pidió que apoyaran a la Policía del Capitolio y que permanecieran en paz. A las 4:22 pm, más de dos horas después de que inició el asalto, publicó un video en el que instó a sus seguidores a que se fueran a casa: “Conozco tu dolor. Sé que estás herido”, comenzó Trump. "Tuvimos una elección que nos fue robada". Tras asegurar que había ganado por una “abrumadora mayoría”, les pidió a los manifestantes que se fueran a casa. Añadió: “Te amamos. Eres muy especial”.
Informes posteriores señalan que personas allegadas al entorno de Trump, incluyendo a su hijo, presionaron a su jefe de gabinete, Mark Meadows, para que el expresidente se pronunciara mucho antes del video.
El ataque dejó 5 fallecidos, 140 policías agredidos, varios heridos y múltiples destrozos en el edificio. Ese día hubo toque de queda en Washington DC, ordenado por la alcaldesa Muriel Bowser.
El conflicto político también se trasladó a las redes sociales: Twitter, Facebook e Instagram suspendieron la cuenta del expresidente de forma temporal. Poco después Twitter informó que se trataba de una medida permanente por el riesgo de futura incitación a la violencia. Facebook dijo en junio que la suspensión se mantendrá hasta 2023, de acuerdo con las recomendaciones de una junta de supervisión independiente.
Ante estos hechos, se intentó formar una comisión bicameral para investigar el ataque, pero se topó con la obstrucción republicana. Entonces, la presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi optó por nombrar un Comité Selecto encargado de llevar a cabo esas averiguaciones. Se formó el 1 de julio con 7 demócratas y los únicos dos republicanos que no se opusieron: Liz Cheney y Adam Kinzinger. Bennie Thompson es el presidente del Comité. Han citado a decenas de testigos y obtenido miles de documentos. El primero que los desafió al no comparecer ante ellos fue Steve Bannon, que ahora enfrenta cargos por desacato al Congreso. Recientemente, la Cámara de Representantes votó para referir a Mark Meadows al Departamento de Justicia también por desacato al Congreso después de un brevísimo periodo de cooperación.
4 DE JULIO - META DE VACUNACIÓN
70% de las personas mayores de 18 años tendrían al menos una dosis de la vacuna contra la covid-19 antes del Día de la Independencia. Ese era el objetivo que se fijó la administración Biden, que puso la mayoría de sus esfuerzos para frenar la propagación del virus en una amplia distribución de vacunas: Pfizer, Moderna y J&J, esta última de una sola inyección. Pero no fue así.
El desinterés del grupo de 18 a 26 años fue una de las razones: tenían los niveles más bajos de vacunación. Un estudio de los CDC a finales de junio indicó que es menos probable que los jóvenes se vacunen contra la enfermedad en Estados Unidos que las personas mayores.
Casi un mes después de la meta fijada, el 2 de agosto, Estados Unidos llegó al 70% de su población adulta con al menos una dosis de la vacuna contra la covid-19. Pero que, aún así, era insuficiente en ese entonces cuando ya la variante Delta, la de más alta transmisibilidad en ese momento de la pandemia, estaba haciendo estragos y aumentando los nuevos contagios.
Actualmente, con la variante ómicron, que se descubrió en Sudáfrica y se tiene conocimiento sobre su aparición en Estados Unidos desde mediados de noviembre, la administración Biden ha llamado constantemente a las personas a que se vacunen si no lo han hecho y a los vacunados que se pongan las dosis de refuerzo. Según datos de los CDC, hoy: 72,7% de la población, incluyendo niños, tiene al menos una dosis; 61,7% de la población está completamente vacunado y solo 31,5% tiene una dosis adicional de refuerzo.
AGOSTO 2021 – RETIRO DE LAS TROPAS ESTADOUNIDENSES DE AFGANISTÁN
La administración Trump firmó el acuerdo y Biden lo ejecutó. “Soy el cuarto presidente de Estados Unidos que tiene tropas en Afganistán. Ha habido dos republicanos y dos demócratas, No le pasaré esta responsabilidad a un quinto”, dijo el presidente Joe Biden el 14 de abril al anunciar el retiro de Estados Unidos de Afganistán. “Es el momento de terminar con la guerra más larga, es el momento de que las tropas estadounidenses vuelvan a casa”, agregó.
Un poco más de cuatro meses después del anuncio, el 31 de agosto, se concretó finalmente la salida de EE UU de Afganistán. La partida estuvo marcada por un caos en el aeropuerto de la capital, Kabul, además de la toma de la ciudad por parte de los talibanes.
Para el presidente fue un “extraordinario éxito” el traslado de 120.000 personas durante 17 días. Rechazó las críticas alrededor de esta estrategia indicando que “no hay manera de acabar con una guerra, sin el tipo de complejidades, desafíos y amenazas”, que se le presentaron. En su alocución dejó entrever su enfoque: “No se trata solo de Afganistán”, sino de “poner fin a una era de importantes operaciones militares para reconstruir otros países”.
La guerra de casi 20 años en Afganistán causó un alto costo a Estados Unidos. Más de 2.400 muertes de militares estadounidenses, miles de heridos y aproximadamente 2,3 billones de dólares gastados en una operación que acaba donde comenzó: con los talibanes en el poder.
OCTUBRE 2021 – CIFRA RÉCORD EN DETENCIONES EN LA FRONTERA
Más de 1,7 millones de encuentros registró el Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus siglas en inglés) en el año fiscal 2021, comprendido entre octubre de 2020 y septiembre de 2021. Se trata de los meses más intensos nunca vistos desde el año 2000 en los más de 3.000 kilómetros de frontera con México.
Los “encuentros” se refieren a dos tipos distintos de eventos: expulsiones, en las que los migrantes son expulsados inmediatamente a su país de origen o último país de tránsito, y detenciones, en las que los migrantes son detenidos en los Estados Unidos al menos temporalmente.
Las nacionalidades involucradas: 608.000 mexicanos fueron detenidos por autoridades fronterizas de Estados Unidos. Le siguen ciudadanos del Triángulo Norte de Centroamérica, del que, se supone, la administración ha estado trabajando para “atacar las causas de la migración” y así desincentivar la salida de las personas de sus países: hondureños (309.000 detenidos), guatemaltecos (279.000 detenidos) y salvadoreños (96.000 detenidos). Otros 367.000 migrantes pertenecen a varios países de la región, entre ellos Haití y Venezuela.
Un análisis del Pew Research Center señaló que desde que comenzó la pandemia de covid-19, la mayoría de los encuentros con migrantes han resultado en la expulsión de los EEUU en lugar de la aprehensión dentro del país, bajo la orden de salud pública de Título 42 que invocó Trump y mantiene Biden, a pesar de que en su discurso ha señalado que busca reformar el sistema migratorio a uno “más humano” y ha intentado suspender programas como Remain in Mexico, que fue recientemente restablecido por órdenes de un tribunal.
Sin embargo, el estudio indica que “la proporción de encuentros que resultaron en la expulsión ha disminuido bajo la administración de Biden. En septiembre de 2021, el 54% de los encuentros terminaron en expulsión, frente al 74% en febrero de 2021, el primer mes completo después de que Biden asumió el cargo”.
NOVIEMBRE 2021 – PROYECTO BIPARTIDISTA DE LA LEY DE INFRAESTRUCTURA
1,2 billones de dólares para la reparación de puentes y carreteras en ruinas, la expansión del acceso a Internet de banda ancha y la creación de miles de puestos de trabajos. Incluye el reemplazo de tuberías de plomo para proporcionar agua potable limpia a las comunidades, y el establecimiento de una red de estaciones de carga de vehículos eléctricos.
Eso es lo que contempla la Infrastructure Investment and Jobs Act, que aprobó la Cámara a inicios de noviembre, poco después de las elecciones gubernamentales en Virginia y New Jersey, y las alarmas por el alza de la inflación. Poco más de una semana después ya Biden tenía el proyecto bipartidista sobre su mesa para firmarlo.
Esta ley estaba detenida desde agosto pues se pensaba que se votaría en conjunto con la ley de gasto social, llamada Build Back Better, que, aunque fue aprobada por la Cámara, está estancada en el Senado por el rechazo del senador demócrata Joe Manchin. Dada la particularidad de esta última ley, que se realiza bajo el proceso de “reconciliación”, es necesario el voto de todos los demócratas para poder votarla.
La ley de infraestructura generó rencillas dentro de los republicanos de la Cámara. Algunos de ellos, como Marjorie Taylor Greene, atacaron a los 13 representantes de su partido que apoyaron la legislación. Incluso, ella publicó sus números de teléfonos en Twitter, y representantes como Fred Upton, recibieron decenas de llamadas con mensajes violentos y amenazas.
