Durante el primer día como presidente Biden lanzó un plan de 200 páginas para exponer como Estados Unidos combatiría la pandemia de covid-19. Era la “Estrategia Nacional para la Respuesta al Covid-19 y la Preparación para una Pandemia”. Fue elogiado por ser claro y completo, después de que Trump no logró articular una maniobra. Un año después, aún faltan algunos recuadros por ponerle un check.
Página por página. En una revisión de The Washington Post del programa, se ponen de relieve algunas promesas y objetivos que presentaron fallas visibles durante el año.
- En la página 59 prometió compras federales "predecibles y sólidas" de pruebas de coronavirus, una promesa que líderes de la industria dicen que se quedó corta, ya que los estadounidenses continúan haciendo fila para hacerse la prueba mientras se quejan de que no pueden encontrar kits de prueba caseros.
- Más adelante, en la página 81 se comprometió a apoyar a las escuelas en la implementación de las pruebas de detección de COVID-19”, pero muchos padres, maestros y personal dicen que las escuelas en gran medida se han visto obligadas a valerse por sí mismas.
- Incluso, en la página 103 prometió “garantizar la seguridad del paciente” en los hogares de ancianos aumentando la dotación de personal y las vacunas, pero persiste la escasez de trabajadores y los residentes de edad avanzada se quedan atrás en cuanto a las vacunas de refuerzo.
Pruebas y vigilancia. Mejorar el acceso a las pruebas de covid-19 y la vigilancia en tiempo real son algunas de las promesas que pudieron haber marcado la diferencia durante la propagación del ómicron.
- Asesores y coautores del plan de Biden dijeron a el Post que la dificultad para acceder a las pruebas de covid-19 a finales del año pasado, en medio del alza de los casos, se pudieron haber evitado si una de las promesas sobre aumentar el suministro se hubiese cumplido.
- El hecho de que a mediados del año la cantidad de casos bajara hizo que los fabricantes cerraran plantas cuando la demanda de pruebas cayó, pero se apresuraron a aumentar a finales de año cuando la variante de ómicron inundó Estados Unidos. Cuando en realidad, el país se pudo haber equipado para tener pruebas disponibles.
- También se comprometió a mejorar el análisis de data en tiempo real para que las personas encargadas de realizar las políticas tuvieran la mejor información a la mano y actuar con eficacia. Pero ex asesores dijeron que líderes de Estados Unidos aún confían en los datos del extranjero cuando juzgan la durabilidad de las vacunas y su efectividad contra las variantes, lo que ralentiza decisiones como recomendar inyecciones de refuerzo y cambiar políticas para atender la pandemia.
Recomendaciones imprecisas. Una de las promesas también fue establecer una guía clara para decidir el uso de mascarillas, recibir vacunas de refuerzo o cuando se podría reunirse con otras personas y cómo hacerlo.
- Es información útil para sobrellevar la pandemia, pero los funcionarios de salud estuvieron envueltos en recomendaciones que cambiaban rápidamente a finales del año pasado, que muchas veces dejaron confundidas a las personas.
Fuerza laboral. La Casa Blanca anunció más de $7 mil millones para reclutar y contratar trabajadores de salud pública.
- Otro paquete de ayuda Biden desembolsó miles de millones de dólares en pagos de bonificación para auxiliares de enfermería y otros trabajadores esenciales el año pasado, pero los líderes locales tenían libertad sobre cómo estructurar los pagos, y muchos trabajadores dicen que los pagos se aplicaron de manera inconsistente.
Lo que no puedes controlar. Algunos de los mayores desafíos de Biden para ejecutar ese plan han estado fuera de su control.
- Por ejemplo, tribunales que retrasaron y luego bloquearon sus mandatos de vacunación y pruebas de despistaje, así como republicanos que lucharon contra los llamados a usar mascarillas y promovieron la desinformación sobre las vacunas.
- Pero, sobre todo, un virus impredecible que ha evolucionado para evadir algunas protecciones conferidas por las vacunas incluso cuando se volvió más transmisible.
- “Este es un buen plan superado por los acontecimientos”, dijo Andy Slavitt, quien se desempeñó como asesor principal en la respuesta al covid de la Casa Blanca el año pasado. “Todos fallaron en anticipar delta y ómicron, incluida la administración”.
La percepción de la pandemia. La más reciente encuesta de CBS News/You Gov señala que 49% de los estadounidenses dijo que Biden estaba haciendo un buen trabajo manejando la pandemia, frente al 67% que aprobó su respuesta en marzo de 2021.
Con información de The Washington Post
