El presidente Joe Biden arriba a su primer año de gobierno con promesas incumplidas y un panorama internacional en 2022 lleno de retos por afrontar: lograr a través de la diplomacia la resolución del conflicto entre Ucrania y Rusia, detener el avance de China en los países subdesarrollados y retomar lazos con aliados en América Latina.
Pero en términos de política exterior, 2021 fue un año mayormente negativo para Biden, así lo afirmó el politólogo José De Bastos, en exclusiva a El Tiempo Latino. “A nivel internacional es cierto que la confianza que hay en Estados Unidos se recuperó, los miedos que habían de cambios repentinos debido a la forma de ser del expresidente Trump, ha quedado de lado”, añadió.
Afganistán, un flanco abierto
Si bien el mandatario cumplió su promesa de retirarse de Afganistán, el proceso costó la vida de 13 marines tras el atentado en el aeropuerto de Kabul, para De Bastos la situación en el país asiático es realmente preocupante.
Pese a la complejidad del panorama afgano, De Bastos consideró que es normal que el presidente Biden se haya enfocado en resolver primero las dificultades internas de Estados Unidos, como la pandemia, las tensiones raciales y la crisis del congreso. “Incluso lo vemos con Afganistán, hace unos años la respuesta a ese tema habría sido muy diferente”, afirmó.
Y aunque Biden redujo el gasto relacionado a Afganistán, no ha cesado. Esta semana se anunció que distribuirá $308 millones en ayuda humanitaria para el país a través de organizaciones independientes, luego de que Naciones Unidas pidiera asistencia para los afganos que enfrentan una hambruna crítica.
Putin envalentonado... ¿Y Biden?
El segundo reto en torno a la política exterior de Estados Unidos llegó a finales de año cuando Rusia desplegó a tropas en la frontera este de Ucrania y generó un conflicto diplomático que aún no está resuelto.
Durante las últimas semanas del año, Rusia ha elevado el tono de las discusiones al no descartar un despliegue militar de sus tropas en Cuba y Venezuela. Ante las amenazas Biden ha respondido con amenaza de sanciones, pero al parecer no son suficientes.
“Una respuesta militar de Estados Unidos en Europa, junto con los aliados de esa región, sería la tarea pendiente para 2022 o simplemente decir que si Rusia invade a Ucrania, nosotros vamos a actuar. Esa amenaza creíble es lo que falta para contrarrestar a Putin, que viene haciendo lo que quiere”, afirmó De Bastos.
En la opinión del politólogo Putin ha demostrado que no ve una amenaza creíble en las respuesta de Europa y EEUU, debido a que tiene años incursionando en la zona este de Ucrania sin una respuesta militar de parte de los más cercanos aliados a Ucrania y eso lo ha envalentonado.
El presidente Biden fue criticado este miércoles por un grupo de congresistas quienes consideraron que no había respondido contundentemente a las amenazas rusas.
Latinoamérica y la carencia de política
Durante su alocución de este miércoles Biden aseguró que Latinoamérica no es el patio trasero de su país, sino el delantero.
“Solíamos hablar cuando era un joven en la universidad del patio trasero de EEUU, pero no es el patio trasero, creo que al sur de la frontera con México es el patio delantero de EE. UU. somos iguales”, dijo el mandatario.,
Pero De Bastos contrasta esta declaración y afirmó que prácticamente la administración Biden no tiene una política enfocada hacia América Latina. “Ahora mismo vemos que hay tres embajadores de EEUU en la región confirmados”, indicó. Esta decisión parece indicar que la región sur del continente no es una prioridad como ha pasado en las últimas administraciones, afirma De Bastos.
Pero el especialista ve un futuro mejor para que Estados Unidos crezca, de la mano de sus aliados: Ecuador, Uruguay, Panamá, Colombia, República Dominicana. “Yo esperaría que en los próximos años se fortalezca más la relación con América Latina sobre todo si el Congreso pasa a manos republicanas, pues es esperable que el presidente ponga su visión fuera del país”, insistió.
Un acierto de la política de Biden hacia los países hispanos fue el envío de vacunas contra el COVID-19, afirmó De Bastos. Durante el primer año de mandato Estados Unidos mandó cerca de la mitad de sus donaciones del vial a esa región del continente.
Norteamérica sí ganó
Los aliados norteamericanos sí tuvieron un año productivo en su relación con Estados Unidos. México y Canadá lograron fortalecer sus nexos políticos, económicos y migratorios en el primer año de Biden.
México recibió una importante inversión de $1,7 billones, proveniente de empresas estadounidenses, fondos que serán utilizados como una forma de reducir los motivos subyacentes de la migración forzada desde ese país.
En la opinión de De Bastos, el país azteca ha ayudado a EEUU a controlar la migración masiva. "Al frenar la llegada de migrantes a la frontera sur, apoyar la política de Remain in Mexico e imponer visas a los venezolanos, México le hace un favor a Estados Unidos", afirmó.
A Biden aún le quedan tres años más de gobierno por delante. El balance en política exterior también tiene resultados positivos para la administración el recuperar la confianza, con Europa del Este y retomar su posición en la OTAN, afirma De Bastos.
Aún se espera que Estados Unidos, junto con los miembros del G7, revele una propuesta para invertir en países subdesarrollados como una respuesta a la oferta que hizo el gobierno de Xi Jinping. “Hace falta compromiso con el multilateralismo y que no se le ceda camino a China. La ausencia de Estados Unidos afianza el avance de Beijing”, finalizó De Bastos.