Desde que comenzó la pandemia de COVID-19 los mensajes de desinformación no se han hecho esperar. La información falsa sobre todo, desde la eficacia de las vacunas hasta los tratamientos para la enfermedad, se ha extendido como pólvora en internet, a menudo con consecuencias mortales.
En abril de 2020, por ejemplo, la cadena de televisión Aljazeera informó que más de 700 personas murieron en Irán después de ingerir metanol tóxico porque creían que podía curar el COVID-19.
¿Depresión = Credulidad? Para entender por qué las personas eran susceptibles a la desinformación, un nuevo estudio indagó sobre si había un vínculo entre los síntomas depresivos y la receptividad a la información errónea sobre las vacunas para COVID-19.
Los investigadores detrás de este estudio, publicado en JAMA Network Open, comenzaron explorando si las características individuales, más complejas que los simples factores demográficos o la afiliación a un partido, podrían estar asociadas con una mayor susceptibilidad a la información errónea.
¿Con qué percepción ves el mundo? Los investigadores señalaron un estudio de 2019 que sugiere que las personas con síntomas depresivos a menudo muestran un mayor sesgo de negatividad, lo que significa que prestan más atención a la información que es en gran parte negativa.
“Una de las cosas notables de la depresión es que puede hacer que las personas vean el mundo de manera diferente, algo así como lo opuesto a las gafas color de rosa. Es decir, para algunas personas deprimidas, el mundo aparece como un lugar particularmente oscuro y peligroso”, afirmó el autor principal del nuevo estudio, jefe asociado de investigación en el Departamento de Psiquiatría del Hospital General de Massachusetts y director del Centro de Salud Cuantitativa del hospital, Dr. Roy Perlis.
“Nos preguntamos si las personas que ven el mundo de esta manera también podrían ser más susceptibles a creer información errónea sobre las vacunas. Si ya piensa que el mundo es un lugar peligroso, es posible que se incline más a creer que las vacunas son peligrosas, aunque no lo sean”, agregó.
Vamos con detalles técnicos. Los investigadores analizaron los datos de una encuesta de más de 15 mil adultos de los 50 estados del país entre abril y mayo de 2021 y junio y julio de 2021. Midieron los síntomas depresivos de los participantes mediante el Cuestionario de Salud del Paciente de nueve ítems (PHQ-9).
Se presentaron a los participantes declaraciones mal informadas que prevalecieron en las redes sociales durante la primavera de 2021 y les pidieron que las etiquetaran como "exactas", "inexactas" o "no estoy seguro".
Algunas de estas declaraciones falsas fueron:
- Las vacunas COVID-19 alterarán el ADN de las personas.
- Las vacunas COVID-19 contienen microchips que podrían rastrear a las personas.
Después de recopilar sus respuestas, los investigadores informaron a los participantes que las declaraciones no eran ciertas para garantizar que la encuesta no difundiera información errónea.
Preguntaron a los participantes sobre sus principales fuentes de noticias, que incluían recursos de Fox News a infografías y materiales del gobierno. También hicieron preguntas sociodemográficas, solicitando a los miembros del estudio compartieran su raza, etnia y género y calificaran su ideología en una escala que iba desde "extremadamente liberal" hasta "extremadamente conservador".
¿Qué descubrieron? Casi el 30% de los encuestados tenían síntomas depresivos moderados o mayores, según el PHQ-9.
- Alrededor del 20% de los encuestados respaldaron al menos una de las cuatro declaraciones de información errónea relacionadas con la vacuna.
- Los encuestados que respaldaron al menos una declaración mal informada tenían la mitad de probabilidades de haber recibido una vacuna contra el COVID-19.
Los encuestados que informaron síntomas depresivos en la primera medición tenían el doble de probabilidades que aquellos que no informaron síntomas depresivos de respaldar más declaraciones mal informadas en la segunda encuesta que en la primera.
No hay una relación directa. “Si bien no podemos concluir que la depresión causó esta susceptibilidad, observar una segunda ola de datos al menos nos dijo que la depresión se produjo antes de la información errónea. Es decir, no era que la desinformación estuviera deprimiendo más a la gente”, dijo Perlis en un comunicado de prensa.
Salud mental bajo la lupa. La profesora asistente del Instituto de Comunicación, Cultura, Información y Tecnología de la Universidad de Toronto Mississauga en Ontario, Dra. Kate Maddalena, dijo a Medical News Today que el estudio sirve como un recordatorio de que la sociedad necesita hacer un mejor trabajo de diagnóstico y el tratamiento de personas con trastorno depresivo mayor.
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Fuente principal de la noticia: Medical News Today