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¿Cómo incide la temperatura en los brotes de COVID-19? Un estudio ofrece respuestas

Ilustración de ETL.

La transmisión del COVID-19 puede tener picos estacionales vinculados a la temperatura y la humedad, aumentando en diferentes épocas del año para diferentes lugares, según  sugirió un nuevo estudio.

El contexto: Las regiones más frías, como el noreste de Estados Unidos, pueden experimentar más casos durante el invierno; mientras tanto las regiones más cálidas, como el sur de los Estados Unidos, pueden registrar transmisiones más altas en el verano. Las zonas más templadas podrían ver dos picos estacionales.

  • Los investigadores descubrieron que los casos de COVID en 19 puntos críticos en todo el mundo aumentaron por encima y por debajo de ciertos umbrales de temperatura y humedad, debido al comportamiento humano y al movimiento del virus como un aerosol.
  • El número de casos se disparó cuando la temperatura del aire descendió por debajo de los 62 grados F (17° C) o por encima de los 75 grados (24° C).
  • El virus también tiende a persistir mayormente en ambientes más secos en comparación con los húmedos.

¿Qué dicen? “Creemos que el COVID puede volverse endémico, lo que significa que permanecerá dentro de la población humana, pero veremos picos en función de dónde estemos en un punto geográfico particular”, dijo el autor del estudio Antar Jutla, hidrólogo de la Universidad de Florida.

  • “La severidad de los picos se definirá por qué tan fría es la temperatura y qué tan cálida es la temperatura”, explicó.
  • “Básicamente, necesitamos diseñar las estrategias de intervención o mitigación en función del entorno en el que vivimos”, sugirió Jutla. “Regiones como Florida, India, África, son regiones cálidas... Básicamente, son golpeados por estas olas, pero en momentos diferentes de lo que sucede en las partes del norte, las regiones más frías”.

¿Por qué es importante? Aunque el número de casos podría aumentar durante los fríos extremos o las olas de calor, tales temperaturas generalmente deben persistir durante un promedio de aproximadamente 14 días, acotó Jutla. El equipo validó los datos hasta diciembre de 2021, pero las características podrían cambiar con nuevas mutaciones o nuevas variantes.

  • El investigador de aerosoles y coautor Chang-Yu Wu explicó que la humedad y la temperatura locales juegan un papel vital en el tamaño de las partículas del virus, lo que puede influir en su vida útil en el aire.
  • Las atmósferas más secas en regiones más frías inducirán una evaporación del agua de las partículas, reduciendo su tamaño y permitiéndoles flotar en el aire por períodos más largos.
  • Las personas también tienden a buscar refugio en ambientes más fríos y se exponen al aire recirculado que potencialmente contiene el virus.
  • El aire en ambientes húmedos y más cálidos contiene más agua, que puede condensarse en las partículas del virus, hacerlas más grandes y teóricamente caer al suelo más rápido.

Fuente principal de la noticia: The Washington Post.

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