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La depresión y la ansiedad también son secuelas de la pandemia del COVID-19

Si el COVID-19 era ''invisible'',  la depresión y ansiedad que causó en el mundo pueden ser imperceptible

Ismael Cala
ANSIEDAD. Es necesario trabajar para superar el problema/Pixabay

La pandemia del COVID-19 ha disparado los casos de ansiedad y depresión alrededor del mundo, concluye un nuevo estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

¿Por qué es relevante? Según el estudio, los países más afectados por la pandemia del COVID-19 fueron aquellos donde se vieron mayores aumentos de la depresión y la ansiedad. Un estudio corroboró esto hace meses en México.

  • A su vez aseguró que este aumento de padecimientos mentales afectó más a las mujeres que a los hombres y más a los jóvenes (de entre 20 y 24 años) que a los adultos mayores.
  • El director general de la OMS, Tedros Ghebreyesus, calificó los resultados como una "llamada de atención" a los países para que inviertan en la salud mental de sus poblaciones.

Estos son los datos. El 90% de los países encuestados incluyeron a la salud mental y apoyo psicosocial como sus planes de acción contra el COVID-19, pero en el informe indica que siguen existiendo importantes "lagunas y preocupaciones".

  • En solo el primer año de la pandemia mundial la ansiedad y la depresión aumentó un 25%.

¿Cómo llegamos aquí? El aumento de casos de depresión y ansiedad vino en conjunto con graves interrupciones de los servicios de salud mental. Muchas personas no pudieron acceder al apoyo, ni siquiera en línea o a distancia.

  • Uno de los alicientes de este incremento de los problemas mentales está en el estrés sin precedentes que causó el aislamiento social.
  • A este factor se agregan otros condicionantes como las limitaciones para el trabajo, lejanía de seres queridos y distanciamiento comunitario.
  • También resaltó como la salud mental de muchos jóvenes se deterioró hasta el punto de correr el riesgo de sufrir conductas autolesivas y suicidas.
  • Las personas con enfermedades físicas preexistentes (tales como asma, cáncer y cardiopatías) fueron más propensas a desarrollar trastornos mentales.

Fuente principal de la noticia: United Nations.