Un niño utilizando una mascarilla KN9. FOTO: Bloomberg por Tiffany Hagler-Geard.

La investigación sobre este tema es limitada; pero los pocos estudios que existen sugieren que las mascarillas no impiden que los niños aprendan a comunicarse.

Hace varios meses, mi hija, Penny, y yo estábamos paseando por Target.  Acababa de cumplir un año.  Penny suele ser tímida, pero no dejaba de decir “hola” a un hombre que estaba cerca.  Me di vuelta y rápidamente entendí por qué: era el único cliente que no llevaba cubreboca.

Empecé a preguntarme, como tantos otros padres de bebés y niños pequeños, si el uso de la mascarilla estaba afectando al desarrollo del lenguaje de Penny. Las investigaciones han demostrado que los bebés que prestan atención a la boca de las personas mientras hablan tienen mejores habilidades lingüísticas cuando son mayores.  Además, sabemos que los bebés aprenden tomando como modelo los comportamientos de sus cuidadores, como sonreír, reír y hablar.

Dado que el uso de mascarillas es una parte relativamente nueva de nuestra vida cotidiana, aún no hay muchas investigaciones sobre este tema.  Pero los pocos estudios que existen sugieren que los cubrebocas no inhiben el desarrollo del lenguaje infantil.

“No conozco ninguna investigación o prueba que demuestre que las mascarillas que llevan los adultos cuando interactúan con los niños impidan o retrasen el desarrollo del habla y el lenguaje en niños con un grado de desarrollo normal”, afirma Diane Paul, directora de problemas clínicos en patología del habla y el lenguaje de la Asociación Estadounidense del Habla, Lengua y Audición.

Los niños dependen de las señales visuales y auditivas cuando aprenden a comunicarse, un proceso que comienza alrededor de los 8 meses de edad. Pero el cerebro de los niños durante los tres primeros años de vida es increíblemente plástico, lo cual significa que aún puede cambiar y crecer de forma significativa, afirma David Lewkowicz, científico principal de Haskins Laboratories, un grupo de investigación independiente de New Haven, Connecticut, que estudia el desarrollo del habla y el lenguaje en los niños pequeños.

“Estar privado de ver la mitad de la cara podría superarse precisamente por esa plasticidad cerebral”, dice. “Los bebés y los niños pequeños son mucho más adaptables que los adultos a las condiciones cambiantes en su entorno”.

Hace poco me senté con Penny en un banco de un colorido y cálido jardín botánico cerca de nuestra casa en Chicago.  Le sonreí por debajo de mi mascarilla y le dije: “Bueno, pequeña, ¡vamos a ver los loros!”. Me miró, claramente consciente de la alegría que transmitían mi voz y mis ojos, y me devolvió la sonrisa.  No importó que no pudiera ver mi boca.

Además de la plasticidad cerebral, muchos niños confían en los ojos y el tono de voz de sus cuidadores cuando se comunican.

Un estudio de 2012 descubrió que los niños de 9 años o menos no tenían ningún problema para descifrar las emociones en las caras cubiertas con cubrebocas. Un estudio de 2021 concluyó que el tono de voz era más importante que la expresión facial a la hora de transmitir emociones a los niños. Y un estudio de 2020 descubrió que los niños podían averiguar información emocional precisa sobre los adultos incluso cuando llevaban mascarillas. Además, los niños ciegos suelen desarrollar el lenguaje en un curso similar al de los niños sin discapacidad visual, dice Paul.

“Hay pruebas de que hay muchas más señales, además de la boca, a las que los niños prestan atención cuando aprenden el habla y el lenguaje”, dice Paul. “De hecho, los ojos transmiten emociones, y los niños pequeños suelen mirar a los ojos cuando alguien lleva una mascarilla”.

Aunque la mayoría de las investigaciones sugieren que llevar cubreboca, no inhibe el desarrollo del lenguaje del niño, muchos padres siguen preocupados.  Sloane, la hija de 2 años de Alyssa Lucchesi, asiste a la guardería con cuidadores que usan mascarillas. Sloane no sabía decir ninguna palabra a los 2 años, por lo que empezaron una intervención temprana en el habla con un logopeda; lo cual ha ayudado enormemente.  Pero Lucchesi dice que a menudo se pregunta si el uso de cubreboca por parte de los adultos está relacionado con el retraso del habla de Sloane.

“Intento no pensar en ello, porque es un pensamiento que asusta: que al intentar mantener a tu hijo vivo y sano, lo has dañado de otra manera”, dice.

Rosalyn, la hija de 2 años de Emily Langworthy, también asiste a la guardería con cuidadores que llevan mascarillas, y estaba experimentando retrasos en el lenguaje. Cuando Rosalyn y sus padres contrajeron el coronavirus y tuvieron que aislarse durante dos semanas en enero, el lenguaje de Rosalyn se amplió de repente, dice Langworthy. Cree que es porque su hija estuvo todo el día en la casa interactuando con sus padres sin mascarilla.

Algunos creen que una solución para este posible problema es implementar el uso de mascarillas faciales transparentes en las escuelas. Un estudio de 2021 analizó si los niños de 2 años diferenciaban mejor el habla cuando los adultos llevaban mascarillas opacas o transparentes. Curiosamente, los niños se comunicaban mejor con los adultos que llevaban mascarillas opacas.

“El propio plástico distorsiona la información visual que se ve”, dice Lewkowicz, que también es profesor adjunto de Yale Child Study Center. “Así que [las mascarillas transparentes] no son el elemento fundamental que pensamos que podrían ser”.

No hay que olvidar que las incipientes investigaciones sobre este tema se refieren a niños que se desarrollan normalmente. Peter Smith, profesor asociado de pediatría de la Universidad de Chicago, afirma que, si bien el uso de mascarillas no es motivo de demasiada preocupación en lo que respecta al desarrollo del lenguaje de los niños, quitárselas en el futuro podría ser difícil para los niños con ansiedad o los que tienen fijación con su rutina, como quienes forman parte del espectro autista.

“Hay poblaciones vulnerables de las que nos preocuparemos, pero la gran mayoría no creo que tenga problemas”, dice Smith, que también es presidente de la Sección de Pediatría del Desarrollo y del Comportamiento de la Academia Estadounidense de Pediatría. “Los niños son resistentes y adaptables”.

Lewkowicz cree que los beneficios de llevar una mascarilla para prevenir el Covid-19, la enfermedad causada por el coronavirus, superan cualquier posible preocupación sobre el desarrollo del lenguaje.  Paul está de acuerdo. “Por encima de todo, el uso de mascarillas aumenta la seguridad, y eso tiene prioridad”, dice.

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La mayoría de los bebés y niños pequeños se relacionan con sus hermanos, padres y otros cuidadores que no llevan mascarilla.

Si los niños asisten a una guardería con cuidadores que usan mascarilla, la interacción cara a cara y sin cobertura facial con los miembros de su familia antes y después probablemente compensará el hecho de estar rodeados de adultos con mascarillas todo el día, dice David Lewkowicz, científico principal de Haskins Laboratories.

Independientemente de la rutina diaria de su hijo o hija, puede asegurarse de que su comunicación con él o ella sea lo más eficaz posible con estos consejos.

Hable con claridad.  Los adultos que llevan mascarilla deben hablar más alto, enunciar mejor y utilizar más gestos cuando se dirigen a los niños pequeños, sostiene Diane Paul, directora de problemas clínicos en patología del habla y el lenguaje de la Asociación Estadounidense del Habla, Lenguaje y Audición. Si el niño sigue teniendo problemas para entenderlo, considere la posibilidad de trasladarse a un lugar más tranquilo y hacer que el niño se ponga frente a usted.

No se limite a hablar. Los padres y cuidadores deben comunicarse con los niños de forma independiente y contingente, dice Lewkowicz. Esto significa responder a las señales que le envía su hijo.  Por ejemplo, si su hijo le hace una pregunta, respóndale. Si usted le hace una pregunta, espere su respuesta en lugar de hablar por encima de él o ella.  “Quiere participar en un baile social con su hijo en el que haya dos compañeros, no solo uno”, dice.

Lea con sus hijos. La lectura es una forma maravillosa de estimular el desarrollo del lenguaje, dice Peter Smith, profesor asociado de pediatría de la Universidad de Chicago. “Tener un tiempo de lectura tranquila juntos, actividad que la mayoría de las familias ya realizan, es muy útil”, dice.

Busque ayuda si es necesario. Si le preocupan las habilidades lingüísticas de su hijo, no dude en consultar a su pediatra. Puede ayudarlo a determinar si es necesaria una intervención temprana. “Confíe en su instinto”, dice Smith. “Usted es el mejor experto en su propio hijo”.

Especial para The Washington PostJamie Friedlander Serrano

Lea el artículo original aquí.

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