Una mujer proveniente de Guatemala, donde la pobreza extrema y la violencia han obligado a muchos a huir, intentó cruzar de México a Estados Unidos con sus dos hijos en enero. Se juntaron con cuatro personas más en un automóvil e intentaron cruzar sin permiso por la entrada de San Ysidro, al otro lado de la frontera con San Diego, California.
Pero la familia fue detenida bajo custodia por dos días, después de lo cual los funcionarios estadounidenses los enviaron de regreso a un albergue en Tijuana. Allí continúan confundidos y sin muchas opciones.
“Queremos solicitar el asilo”, dijo la mujer. “Nos hicieron unas preguntas, y nos devolvieron. Cuando insistimos, nos alzaron la voz y nos tiraron de vuelta aquí. No nos dieron explicación”.
La mujer pidió no ser identificada por su situación de vulnerabilidad.
Ella y sus hijos fueron expulsados bajo la polémica regla conocida como Título 42, instaurada por el gobierno de Trump en marzo de 2020 y que aún sigue vigente.
Esta medida permite a los oficiales de inmigración enviar a los migrantes de regreso a México o a sus países de origen sin darles la oportunidad de acceder al sistema de petición de asilo.
No obstante, la mujer se ha fijado que a los inmigrantes que provienen de Ucrania los están dejando pasar. “A ellos los pasan bien rápido”, dijo. “Nosotros no apoyamos ninguna guerra, queremos ser solidarios siempre, pero no es justo que a ellos los dejen pasar y a nosotros no”, dijo.
Este jueves, la administración de Biden anunció que recibirá a 100 mil refugiados de Ucrania en Estados Unidos.
Erika Piñero, activista de la organización Al Otro Lado, explicó que las autoridades migratorias emitieron un comunicado explicando que harían excepciones al Título 42 para nacionales de Ucrania. Sin embargo, no explicaron claramente los lineamientos.
“Lo que he observado personalmente es que los oficiales de US Customs and Border Patrol (CBP) tienden a ser más corteses [con ucranianos y rusos], o les dicen que esperen”, dijo Piñero. “Ya sabes, conversan con ellos como seres humanos. Pero cuando vemos a los migrantes centroamericanos o negros acercándose al puerto de entrada, les gritan, les dicen que no pueden acceder al asilo en lo absoluto. No se les dice que esperen”.
Los activistas están presionando al presidente Joe Biden para que levante esta restricción, explicando que ha ocasionado muchos problemas en la frontera.
“Es una desgracia nacional”, dijo Margaret Cardiologie, directora del Immigrant Defenders Law Center, un bufete de abogados que representa a personas en situaciones que amenazan sus vidas en la frontera.
Durante la administración Biden, la organización Human Rights First ha documentado casi diez mil casos de secuestros, torturas, violaciones y otros ataques violentos contra personas expulsadas a México debido al Título 42.
“Los traficantes de personas y los cárteles están siendo atraídos a la frontera para aprovecharse de la vulnerabilidad de las personas que se quedan varadas”, dijo Cardiologie. “Huyeron de la persecución en sus países de origen y, al llegar a la frontera de los Estados Unidos, muchos son amenazados o robados por funcionarios mexicanos o secuestrados por el cartel.
Cardiologie dice que la mayoría de los migrantes, incluyendo la mujer de Guatemala de la que hablamos, no tienen acceso a vivienda segura ni atención médica.
Muchos de los cientos de miles de migrantes que son expulsados cada mes permanecen en albergues con condiciones precarias de salubridad, explica. Llevan años esperando por un chance para ser admitidos.
“Una de nuestras clientas es una mujer guatemalteca que sufre violencia doméstica y se está recuperando del secuestro de un niño por parte de su abusador. Otro es una clienta que tiene un embarazo de alto riesgo”, dijo la abogada.
Para ella, las excepciones no deberían ser solo para solicitantes de asilo de Ucrania, sino también para otros migrantes de otras nacionalidades que están siendo rechazados sistemáticamente a pesar de las condiciones en su país de origen.
Los niños están exentos del Title 42 si viajan solos, lo cual ha originado que muchos padres los envíen solos a cruzar la frontera. La administración de Biden anunció que pondría fin a la política para niños no acompañados, pero permanece vigente para familias y adultos que viajan solos. Su próxima revisión es el 30 de marzo.