Biden insulta a Putin en Polonia.
El presidente Joe Biden arremetió contra Vladimir Putin durante su discurso en el castillo real de Varsovia la semana pasada. FOTO: EFE/EPA/RADEK PIETRUSZKA POLAND OUT.
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Las declaraciones del presidente Biden en Polonia sobre un cambio de régimen fueron y un lenguaje cada vez más incisivo hacia Putin – al llamarlo “asesino”, “carnicero”, “criminal de guerra” –podrían retrasar la resolución del conflicto en Ucrania y afectar las posibilidades de evitar un conflicto más amplio.

El comentario del presidente Joe Biden esbozando que el líder ruso Vladimir Putin “no puede permanecer en el poder” amenaza con colocar más cerca de la ruptura las relaciones profundamente tensas entre Estados Unidos y Rusia, dijeron exfuncionarios y analistas, con implicaciones potencialmente graves para la capacidad de Washington de ayudar a poner fin a la guerra en Ucrania y evitar un conflicto más amplio.

El comentario – la última frase de un discurso que pronunció en Polonia este fin de semana -, inyecta un nuevo elemento de animosidad personal en el enfrentamiento entre las mayores potencias nucleares del mundo.  Fue la culminación de declaraciones anteriores en las cuales Biden fue mucho más allá de las formulaciones oficiales, al llamar a Putin “asesino”, “carnicero” y “criminal de guerra”.

Samuel Charap, experto en Rusia de RAND Corporation, dijo que los intentos de la administración de retractarse de la sugerencia de que el objetivo de EEUU es lograr un cambio de régimen ayudarán poco a modificar la opinión de Moscú, porque Putin hace tiempo cree que Estados Unidos quiere reemplazarlo y las declaraciones presidenciales normalmente son consideradas como la política oficial.

“Exacerba las percepciones de la actual amenaza con respecto a las intenciones de Estados Unidos”, dijo. “Ellos podrían estar mucho más dispuestos a reaccionar hostilmente, incluso más de lo que ya están. Ese es el reto”.

El discurso de Biden tuvo lugar al término de una visita europea diseñada para embarcar a los aliados en una prolongada campaña de castigo económico contra Rusia, que exigirá difíciles decisiones políticas y financieras por parte de los líderes del continente, ahora que la invasión de Putin se ha estancado ante la resistencia ucraniana.

La alocución de Biden en un castillo de Varsovia, que se produjo horas después de un emotivo encuentro con refugiados ucranianos, buscó transmitir la determinación de Occidente contra las acciones de Rusia y, en general, contra las fuerzas de la autocracia en todo el mundo.  Recordó momentos en los cuales líderes estadounidenses plantearon su enfrentamiento con Moscú en términos generales y morales, incluido el discurso de Ronald Reagan de 1983 en el cual describió a la Unión Soviética como un “imperio del mal”.

Funcionarios estadounidenses dijeron un día después del discurso que no tenían expectativas específicas en cuanto a represalias rusas y restaron importancia al comentario del presidente a la luz de las recientes acciones de Estados Unidos que ya han creado antagonismo con Moscú, incluidas las sanciones financieras sin precedentes y los más de $2.000 millones en ayuda de seguridad que otorgaron a Ucrania en el último mes.

La semana pasada, el secretario de Estado Antony Blinken anunció que tras una revisión oficial se determinó que las fuerzas rusas están cometiendo crímenes de guerra en Ucrania, lo cual plantea la posibilidad de que Estados Unidos respalde un eventual juicio por crímenes de guerra contra Putin, como comandante en jefe de su ejército.

La respuesta inicial de Rusia a las declaraciones de Biden fue relativamente silenciosa, y el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo sobre el futuro político de Putin: “Eso no lo decide Biden. El presidente de Rusia es elegido por los rusos”.

Pero el comentario seguramente reafirmará la antigua convicción del líder ruso de que Estados Unidos quiere apartarlo del poder. Esa noción se remonta al menos hasta 2011, cuando la entonces secretaria de Estado, Hillary Clinton, sugirió que las elecciones rusas habían sido amañadas, y Putin, siendo en aquel momento primer ministro, acusó a Estados Unidos de fomentar las protestas contra la votación.

“Putin lleva mucho tiempo paranoico de que Occidente busca un ‘cambio de régimen’ contra su gobierno”, dijo Michael McFaul, quien fue embajador de Estados Unidos en Moscú durante la administración Obama.

No obstante, el comentario de Biden hace temer una respuesta emocional por parte de Putin, quien, según los funcionarios estadounidenses, se encuentra cada vez más aislado al tiempo que lidia con el colapso de la economía rusa y la realidad inesperada de una difícil campaña militar.

Los analistas afirman que lo más probable es que cualquier respuesta rusa se produzca en el ámbito diplomático, donde un flujo constante de acciones ya ha reducido los canales que los dos países utilizan para comunicarse.  La semana pasada, el Kremlin notificó al Departamento de Estado que se disponía a expulsar a un nuevo grupo de diplomáticos estadounidenses en Moscú, una medida que deja a la misión estadounidense en ese país cercana a cerrar. También este mes, el Kremlin convocó al embajador de Washington John Sullivan para reprenderlo por el comentario de Biden de “criminal de guerra”.

Si Moscú decidiera echar a los diplomáticos estadounidenses restantes, marcaría un mínimo diplomático que se evitó incluso en los peores momentos de la Guerra Fría. Cuando el líder soviético Joseph Stalin expulsó al embajador George Kennan en 1952, por comparar las condiciones de Moscú con las de la Alemania nazi, la embajada de EEUU. permaneció abierta.

Biden no ha hablado con Putin desde que el líder ruso inició su invasión el 24 de febrero; tampoco Blinken ha conversado con el ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov.  Los recientes esfuerzos de los dirigentes del Pentágono por ponerse en contacto con sus homólogos rusos han sido igualmente rechazados, lo cual hace pensar en un error de cálculo militar.

Rusia también puede recurrir a una respuesta menos visible. La Casa Blanca hizo una enérgica advertencia sobre la posibilidad de que Rusia realice ataques cibernéticos.  Si se produjera una acción de este tipo, sería difícil para los funcionarios estadounidenses saber si se tomó como una respuesta deliberada a las sanciones occidentales o por enojo por el comentario de Biden.

La declaración de Biden también ha profundizado los interrogantes sobre la capacidad de Estados Unidos para facilitar un final pacífico a un conflicto que ya ha desatado una ola de más de 3 millones de refugiados y ha hecho pagar un precio brutal a los civiles de Ucrania.

Aunque Estados Unidos no tiene un papel directo de mediación entre Kiev y Moscú – ya que Francia, Israel, Turquía y otros países están encargados de las vías diplomáticas – , su rol como miembro más poderoso de la OTAN y coordinador de las sanciones occidentales implica que una ruptura total entre Estados Unidos y Rusia podría tener efectos de gran alcance.  Los expertos señalaron que un eventual acuerdo de paz requeriría probablemente una comunicación presidencial entre Washington y Moscú.

El presidente francés, Emmanuel Macron, sugirió que el comentario de Biden no cayó bien entre los líderes de Europa. “Si queremos lograrlo, no podemos escalar ni en palabras ni en acciones”, dijo sobre las probabilidades de éxito diplomático.

En Washington, el comentario fue igualmente recibido con críticas Republicanas.  El senador James Risch (R-ID), el principal miembro de la minoría en la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, lo calificó como una “horrenda metedura de pata”.

“Creo que la mayoría de las personas que no se dedican a las relaciones exteriores no se dan cuenta de que esas nueve palabras que pronunció podían causar el tipo de erupción que causaron”, dijo Risch en la CNN.  “Cada vez que uno dice, o incluso como él sugirió, que la política era un cambio de régimen, va a causar un gran problema”.

Algunos ex funcionarios dijeron que esperan un efecto mínimo en el cálculo que hace Putin en Ucrania, que se basa principalmente en el sentido que Putin le da al interés nacional de Rusia y su necesidad de evitar una humillante derrota militar.

“Escalará o no en función de sus evaluaciones de los combates sobre el terreno”, dijo McFaul.

Daniel Fried, ahora retirado, y quien fuera el principal diplomático del Departamento de Estado para Europa, dijo que la “preocupación de Estados Unidos por los sentimientos de Putin” no había logrado modificar las acciones del líder ruso en el pasado.

“Teniendo en cuenta lo que está haciendo Putin, creo que Biden ha hecho bien en llamarle la atención”, dijo. “No estaba haciendo una declaración de política operativa.  Estaba haciendo una declaración moral, y eso es diferente”.

Washington PostMissy Ryan

Lea el artículo original aquí.

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