Al llegar a la presidencia, Joe Biden declaró que el cambio climático es el “problema número uno de la humanidad” y su gestión tendría otro enfoque de Estados Unidos frente a las variaciones globales de las temperaturas. Pero en las últimas semanas, ha anunciado un conjunto de medidas para bajar los precios de la gasolina, que ponen en riesgo el objetivo a largo plazo de combatir el cambio climático.
Impacto de las medidas. Biden autorizó una liberación histórica de la Reserva Estratégica de Petróleo, aproximadamente un millón de barriles diarios, reanudó la venta de arrendamientos para perforar en terrenos federales y anunció que renunciará a una restricción ambiental para permitir las ventas de gasolina a base de etanol en el verano.
Algunos defensores explican que las medidas no contribuirán tanto en el control de los precios de la gasolina. “La administración se encuentra en una situación difícil, pero ninguno de esos movimientos hará mucho a corto plazo para reducir los precios, y tendrán un impacto a largo plazo en nuestro clima”, dijo Bill McKibben, cofundador de 50.org, un grupo climático global de base.
“Sería mucho mejor para nuestro clima, y políticamente mucho más inteligente, si Biden claramente culpara de los precios donde realmente recae, en Big Oil, y usará este momento para ayudar al país a liberarse de los combustibles fósiles”, agregó.
Además, algunas de las medidas tendrán un impacto en el ambiente. Por ejemplo, la perforación en tierra federal y en alta mar es responsable de casi una cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero de los Estados Unidos.
Activistas ambientales tienen prevista una manifestación este sábado frente a la Casa Blanca para exigir que el Congreso apruebe una legislación sobre el cambio climático.
El proyecto de ley incluye 555 mil millones de dólares en inversiones en energía limpia, que se ha estancado por la oposición del senador moderado Joe Manchin, quien representa a West Virginia, un estado que depende de la minería del carbón.
Invasión e inflación. La administración sostiene que las medidas tienen como objetivo abordar los impactos en los precios de la gasolina creados a raíz de la invasión de Rusia a Ucrania y la inflación en el país que la precedió.
- “El compromiso del presidente y sus posiciones políticas sobre estos temas clave han sido inquebrantables y sin cambios”, aseguró Ali Zaidi, el asesor climático nacional adjunto de la Casa Blanca.
- “Su política siempre ha sido conocer a las personas donde están. Y lo que eso significa en este contexto es abordar los desafíos de emergencia precipitados por la agresión de Putin, mientras literalmente al mismo tiempo hacemos todo lo posible para acelerar la asequibilidad y accesibilidad de las tecnologías y herramientas que ayudarán al pueblo estadounidense a lograr una seguridad energética duradera”, agregó.
- Pero el mensaje para algunos activistas es discordante. “El estatus de Biden como presidente climático está en juego en este momento con la forma en que maneja esta emergencia”, sostuvo John Paul Mejia, portavoz nacional del Movimiento Sunrise, un grupo ambientalista liderado por jóvenes.
- “Si bien mucha gente piensa en estas decisiones en un marco de tiempo electoral de dos o cuatro años, también tenemos que considerar las repercusiones para toda mi generación y con lo que tendremos que crecer”, añadió Mejía.
Con información de The Washington Post