Por más de 15 años las doctora Ana Sierra ha tratado a decenas de niños que han sido víctimas de abuso sexual infantil en la comunidad latina del área de Washington DC y otras ciudades de Estados Unidos, y un patrón frustrante que encuentra es el silencio.
“La mayoría de personas calla y el ciclo del abuso sexual no se rompe”, dijo Sierra, psicóloga con una maestría en salud mental de los latinos y un doctorado en servicios de trauma.
“No hablan porque no quieren que las familias se rompan. Pero lo cierto es que romper la familia es la única forma de romper el ciclo de abuso sexual”, advirtió la doctora al señalar que en la mayoría de casos los abusadores son familiares o conocidos de las víctimas.
Durante una conversación con El Tiempo Latino, Sierra comentó sobre diversos casos, uno de ellos el de un abuelo que abusó de su nieta cuando ella tenía 5 años. La niña no se lo contó a nadie por mucho tiempo hasta que cumplió 14 años, después de haber tenido tres intentos de suicidio.
Abril es el Mes de la Prevención del Abuso Infantil. Según el Centro de Investigación de Crímenes contra los Niños, una de cada cinco niñas y uno de cada 20 niños es víctima de abuso sexual infantil en Estados Unidos.
Estas cifras podrían ser más altas aseguró Sierra. “Muchos no reportan los casos”.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos reporta que el 90% de las víctimas de abuso sexual conocen a sus depredadores.
En la práctica, la doctora Sierra lo confirma y señala que “si un abuso ha ocurrido dentro de la familia, esta inevitablemente se va a quebrantar y es necesario que así sea, porque un abusador dentro del círculo familiar usualmente le causa el mismo daño a varios niños en esa familia”.

“Las víctimas y los padres deben hablar”, expresó al señalar que “romper la familia es la única forma de romper el ciclo de abuso sexual”.
Lo que se supone debería ser el lugar más seguro, el hogar, se convierte en la pesadilla para muchos niños. Algunos de los casos que Sierra ha tratado incluyen a abuelos y padres biológicos como los abusadores.
“Solo una vez”, pero impacta para toda la vida
Hace dos semanas una jovencita de 16 años en el área de Washington (sin especificaciones por protección) llegó al consultorio de Sierra con serios problemas de autoestima, incluidos tres intentos de suicidio. “Ella contó que su abuelo la abusó sexualmente cuando tenía 5 años”, dijo Sierra.
Como en muchos casos, la niña no dijo nada porque el violador la amenazó con hacerle daño. “No le contó a nadie por mucho tiempo, sino hasta que el abuelo murió”, expresó la doctora Sierra, al agregar que se lo dijo a su madre cuando tenía 14 años.
Según la jovencita el hombre la abusó una sola vez. “Ella pensó que el abuelo quería jugar con ella y se la llevó al baño y la abusó. Como sucede en las violaciones con menores, ella no recuerda mucho porque el cerebro selecciona las memorias traumáticas”, dijo.
La madre de la niña también se refirió a que la violación ocurrió una sola vez. “Pero eso es minimizar el acto. Pudo haber sido una vez, pero el impacto es nefasto”, expresó Sierra.
El abuso sexual infantil quedó en secreto. Nadie más en la familia lo sabe.
“Estas son situaciones que se repiten. Y de seguro que ha habido más víctimas”, señaló la doctora, originaria de Honduras.
Sorprendió al abusador con sus dos niñas
Otro de los impactantes casos que cuenta la doctora Sierra es el de una madre que dejaba a sus niñas pequeñas por unas horas bajo el cuidado del padre de ella. “Era el abuelo de las niñas, una persona de confianza por lo que ella no dudaba”, expresó la especialista.
Sin embargo, un día olvidó unos documentos en casa y regresó sin aviso. “Cuando entró al cuarto encontró al padre con las dos niñas en la cama, estaba penetrando a una de ellas”, lamentó.
La mujer llamó a la policía y se llevaron preso al hombre. Sin embargo, su familia pagó la fianza y este huyó a su país en Centroamérica.
“En este caso, la madre sí habló, pero su propia familia no le creyó y ayudó a escapar al abusador”.
No había historial de abuso, pero confesó una vida traumática
Trabajando en un hospital psiquiátrico de Virginia, Sierra recibió a una jovencita de 15 años que había intentado suicidarse. “No había ningún historial de abuso en la familia, solo comportamientos erráticos y serios problemas de autoestima; pero en una de las sesiones me contó que el papá biológico la empezó a violar. La trajo de su país a los 12 años”, relató.
El hombre fue sentenciado a prisión y después de un tiempo, deportado.
La madre perdió la custodia de la hija porque a pesar de no comprobarse que fue cómplice “la niña decía que ella sabía lo que estaba pasando y no hacía nada”.
La menor fue puesta en un hogar sustituto.
La pandemia del COVID-19 agravó la situación
Sierra trabaja como consultora para la corte del Distrito de Columbia. “Nosotros vimos un incremento de casos de hasta el 66%, bien graves donde los niños eran severamente abusados físicamente y sexualmente”.
Uno de los casos que fue investigado era el de una niña de 7 años. “La niña habló de ‘los novios de mi mamá’”, relató la psicóloga.
Al indagar y llevar a cabo una investigación policial se descubrió que la madre estaba explotando sexualmente a su hija. “La mamá la ofrecía por dinero”, lamentó.
Estos pueden ser casos extremos, pero la doctora advierte que se debe prestar atención y estar alertas por cualquier situación. Algunas de sus recomendaciones son:
1. Los padres deben hablar de la sexualidad con los niños desde una edad temprana. Sobre sus cuerpos y los límites que deben tener las otras personas hacia ellos.
2. Los padres deben dejar a los niños elegir a quien quieren abrazar o dar besos en la mejilla de otros adultos. “En nuestra cultura forzamos a los niños a abrazar o besar personas ‘por educación’ pero en realidad lo que estamos haciendo es que los niños se entrenen a que los adultos tienen control sobre su cuerpo y decisiones, así que el abusador sabe cuál niño está más dispuesto a obedecer lo que quiera el adulto sin cuestionarse”, dijo.
3. Los padres deben estar atentos a las personas nuevas que entran en la vida de los niños. Con los parientes que viven con la familia, siempre hay que poner límites y tener conversaciones serias con otros adultos que son parte de la vida del niño.
Señales de abuso sexual infantil
- Cambio en el carácter del niño o niña.
- Orinarse en la cama mientras duerme.
- Tener comportamientos regresivos. “Es decir vuelven a comportarse como eran mas pequeños”.
- Miedos nuevos, llanto o incomodidad de quedarse con ciertas personas, pesadillas, se vuelven nerviosos, se quieren ir de la casa frecuentemente, especialmente los adolescentes.
- Comportamientos de autolesiones como cortarse y comerse las uñas.
- Irritación en sus partes genitales, enfermedades transmitidas sexualmente.
- Aislamiento en su cuarto por mucho tiempo.