Los movimientos volátiles de las acciones de Tesla subrayan los riesgos del acuerdo, ya que el plan del multimillonario para la parte de capital de $21 millardos sigue siendo un misterio.
En pocos días los bancos de Wall Street improvisaron un paquete de financiamiento de $25,5 millardos destinados a la oferta que presentó Elon Musk para adquirir Twitter, un ejercicio que normalmente llevaría semanas. La velocidad dejó perplejos a los asesores de Twitter: ¿cómo es posible que los conservadores comités de gestión de riesgos de los bancos se sientan cómodos con la operación tan rápidamente?
Como explicó una persona involucrada en la financiamiento de la deuda, el due diligence “fue fácil; no requirió ninguna; no en el sentido clásico”.
La compra de Twitter por un valor de $44 millardos muestra cómo la maquinaria de Wall Street se ha ido adaptando al endeudamiento y sus riesgos asociados, sobre todo cuando la persona que necesita dinero en efectivo es una de las más ricas del mundo. También plantea interrogantes sobre hasta dónde están dispuestos a llegar los prestamistas para ganar negocios -y comisiones lucrativas- y qué puede ocurrir si calculan mal los riesgos.
En el centro del debate está el valor de Tesla, el fabricante de automóviles eléctricos valorado en $913 millardos que dirige Musk. La participación de Musk en la empresa tiene un valor superior a $150 millardos y parte de esas tenencias se utilizaron para garantizar un préstamo a margen que representa algo menos de la mitad de los $25,5 millardos de crédito que ofrecieron los bancos.
Esa riqueza alivió las preocupaciones de muchos prestamistas, que aceleraron los procesos de due diligence a instancias de Morgan Stanley, el asesor financiero de Musk y uno de los mayores prestamistas de la operación. Un prestamista declaró al Financial Times que para ellos “no fue difícil hacerse a la idea” del préstamo de margen.
Sin embargo, los prestamistas todavía ven una señal de alarma: no está claro cómo Musk piensa recaudar el dinero restante necesario para la operación, que podría alcanzar los $21 millardos. También hay incertidumbre en torno al valor de las acciones de Tesla en caso de que su mayor propietario convierta una porción significativa en efectivo.
Los nervios de los suscriptores ya se están poniendo a prueba. Esta semana, después de secarse la tinta de la adquisición, las acciones de Tesla registraron su mayor caída diaria desde septiembre de 2020, lo cual supuso una rebaja de $126 millardos en la valoración de la empresa.
Los prestamistas de Musk vigilarán de cerca el precio de la acción, ya que es su garantía en caso de que incumpla con el préstamo. Los banqueros dijeron que esa seguridad les daba confianza en que Musk y Twitter podrían pagar la deuda, dado que es poco probable que el multimillonario quiera desprenderse de millones de acciones de Tesla.
“¿Qué podría salir mal?”, se preguntó una tercera persona que participó en la preparación de la parte del acuerdo financiado con endeudamiento. “Es literalmente el hombre más rico del mundo. El préstamo es una pequeña parte de su riqueza total”. Un banquero cercano a Musk añadió: “Hay más o menos $30 millardos de capital que nos sustentan. Vamos a recuperar nuestro dinero”.
Musk podría vender entre el 15 y el 20 por ciento de sus acciones de Tesla, pero ese simple movimiento probablemente llevaría a una venta adicional por parte del director ejecutivo para cubrir entre $3 y $4 millardos en impuestos sobre las ganancias de capital, según un análisis del FT.
Los prestamistas no tienen que ir muy lejos para ver un ejemplo de lo rápido que pueden torcerse las cosas cuando se conceden préstamos basados en una acción volátil. Varios de los bancos del préstamo de margen que recibió Musk quedaron atrapados en la implosión de Archegos el año pasado, a medida que intentaron vender acciones al tiempo que la oficina familiar colapsaba. Las caídas se retroalimentaban a medida que los prestamistas se deshacían de las acciones en el mercado abierto.
No está claro qué tan receptivo sería el mercado si Musk incumpliera y la docena de bancos que le otorgaron el préstamo de margen por $12,5 millardos tuvieran que liquidar en paralelo las acciones de Tesla.
Musk, en una carta al presidente de Twitter, Bret Taylor, dijo que está explorando cómo permitir que algunos accionistas actuales inviertan en la empresa una vez que se salga de bolsa. También ha mantenido conversaciones con el grupo de capital privado Thoma Bravo sobre la posibilidad de asociarse en la operación, lo cual reduciría el importe del cheque que finalmente tenga que firmar y disminuiría el número de acciones de Tesla potencialmente a la venta, según personas informadas sobre el asunto.
El rápido cambio de rumbo de los bancos subraya la importante evolución de los mercados de capitales en la última década, a medida que los grupos de capital privado se sumergen más en el mercado de crédito y crece el interés por la deuda de baja calificación y mayor rendimiento.
Incluso sin los largos procesos de due diligence -o la información confidencial de la cual suelen disponer los bancos en las compras apalancadas- reconocen los riesgos que implica mantener ellos mismos deuda tradicional. Se espera que los bancos que suscriben los $13 millardos de préstamos, entre ellos Bank of America, Barclays, BNP Paribas, MUFG y Mizuho, actúen con rapidez para descargar la deuda de sus balances a inversionistas de crédito como Apollo Global Management, una vez que se cierre el acuerdo.
Esa deuda consumirá gran parte del flujo de caja de Twitter en los próximos años, según los analistas, lo que significa que Musk podría verse obligado a pagar los intereses de sus préstamos de margen, a cubrir cualquier déficit en el préstamo de margen si las acciones de Tesla cayeran bruscamente y a inyectar dinero en efectivo en Twitter para el pago de intereses.
“¿Alguien como Musk, que tiene un patrimonio neto de $275 millardos, va a permitir que una valoración de capital de $30 millardos se pierda debido a $12 millardos de deuda en caso de un incumplimiento?”, se preguntó un prestamista. “Simplemente pagaría la deuda. Así es como muchos bancos se hicieron a la idea [del acuerdo]”.
En cualquier caso, Musk va a endeudar a Twitter -y a sí mismo- justo cuando la Reserva Federal comienza a aumentar las tasas de interés que se encontraban en niveles muy bajos. Los analistas de la agencia de calificación crediticia S&P Global advirtieron esta semana que probablemente rebajarían la nota de la empresa al niveles de bono “basura” si se consumaba la adquisición.
“La propuesta de adquisición de Twitter por parte de Elon Musk haría que el apalancamiento se dispare significativamente”, dijo Scott Zari, analista de S&P. Eso “aumenta los riesgos y la incertidumbre en torno a posibles cambios de estrategia, gestión y gobernanza”, añadió.
Eric Platt, Nikou Asgari, James Fontanella-Khan y Antoine Gara en Nueva York
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