Tal ha sido el punto de los brotes de COVID que Corea del Norte ha tenido que movilizar a sus fuerzas armadas para intensificar su respuesta y distribuir medicamentos mientras que su nación lucha contra la enfermedad.
Hace poco uno de los representantes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que los altos niveles de transmisión del COVID entre personas no vacunadas, como en el caso de Corea del Norte, pueden crear un mayor riesgo de nuevas variantes.
Lo que provocó un pronunciamiento de parte de la Oficina de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, en el que expresaron como una "profunda preocupación" el efecto de la misma en la situación de los Derechos Humanos en Corea del Norte.
Es de recordar que ese país es miembro de la OMS, y que este es su primer brote. Por lo que las alarmas se encienden por la preocupación ante una crisis mayor. Esto debido a la falta de vacunas e infraestructura médica, como se vio en otros países.
Por lo que la ayuda incluye apoyo técnico para realizar más pruebas de coronavirus, así como para proporcionar suministros médicos.
Silencio en Corea del Norte y las muertes por COVID
Entra tanto, Pyongyang aún no le ha informado oficialmente del brote la agencia sanitaria de la ONU según un señalamiento desde esa oficina.
Lo que deriva en una aparente violación de las obligaciones legales del país según el Reglamento Sanitario Internacional de la OMS.
A tempranas horas de este martes el Gobierno norcoreano informó, a través de la agencia de noticias oficial norcoreana KCNA, el deceso de al menos seis de sus ciudadanos "a causa de la fiebre".
Esto eleva el número de fallecidos a 56, días después de que reconociera haberse visto afectada por la pandemia. Justo cuando se sostiene uno de los mayores confinamientos.
De acuerdo a los registros anunciados más de 1.483.060 norcoreanos estarían infectados, de los cuales 663 mil 910 están en tratamiento.