El Kremlin está tratando de aumentar la presión económica para erosionar el apoyo extranjero a Ucrania.
El presidente ruso, Vladimir Putin, se está preparando para una larga guerra de desgaste sobre Ucrania y será implacable en su intento de utilizar armas económicas, como el bloqueo de las exportaciones de grano ucraniano, para reducir el apoyo occidental a Kiev, según miembros de la élite económica rusa.
El Kremlin ha aprovechado las recientes señales de indecisión de algunos gobiernos europeos como una indicación de que Occidente podría perder el enfoque en su intento de contrarrestar la invasión rusa de Ucrania, especialmente a medida que los costos energéticos mundiales aumentan tras la imposición de sanciones a Moscú.
Putin "cree que Occidente se agotará", dijo un multimillonario ruso bien conectado, hablando bajo la condición de anonimato por temor a represalias. Putin no esperaba la respuesta inicialmente contundente y unida de Occidente, "pero ahora está tratando de reformular la situación y cree que a largo plazo ganará", afirmó el multimillonario. Los líderes occidentales son vulnerables a los ciclos electorales, y "él cree que la opinión pública puede cambiar de la noche a la mañana".
El embargo de las exportaciones marítimas de petróleo de Rusia anunciado por la Unión Europea esta semana y aplaudido por Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, por considerar que ejerce la máxima "presión sobre Rusia para que ponga fin a la guerra", "tendrá poca influencia a corto plazo", dijo un funcionario ruso cercano a los círculos diplomáticos de Moscú, quien también habló bajo condición de anonimato por temor a represalias. "El estado de ánimo del Kremlin es que no podemos perder, sin que importe el costo de la victoria".
El Kremlin ha señalado que la medida de la UE sólo ha provocado un nuevo aumento de los precios mundiales de la energía y dice que intentará desviar los suministros a otros mercados de Asia, a pesar de la prohibición de asegurar los envíos rusos que también impusieron la UE y Gran Bretaña.
Las poblaciones de los países de la UE "están sintiendo el impacto de estas sanciones más que nosotros", dijo el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, en una entrevista con The Washington Post. "Occidente ha cometido un error tras otro, lo que ha provocado crisis incrementales, y decir que todo esto se debe a lo que ocurre en Ucrania y a lo que hace Putin es incorrecto".
Esta postura sugiere que el Kremlin cree que puede durar más que Occidente a la hora de aguantar el impacto de las sanciones económicas. A Putin no le queda más remedio que continuar la guerra con la esperanza de que el bloqueo de los cereales en Ucrania "lleve a la inestabilidad en Oriente Medio y provoque una nueva avalancha de refugiados", según Sergei Guriev, antiguo economista en jefe del Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo.
La postura agresiva del Kremlin parece reflejar el pensamiento de Nikolai Patrushev, el jefe del Consejo de Seguridad de Rusia, que sirvió con Putin en la KGB de Leningrado y que cada vez se ve más como un ideólogo de línea dura que impulsa la guerra de Rusia en Ucrania. Es uno de los pocos asesores de seguridad cercanos que, según los expertos de Moscú, tienen acceso a Putin. En tres entrevistas vehementemente antioccidentales concedidas a periódicos rusos desde la invasión, Patrushev, quien ha sido hasta ahora tímido en términos mediáticos, ha declarado que Europa está al borde de "una profunda crisis económica y política" bajo la cual el aumento de la inflación y la caída del nivel de vida ya estaban afectando al estado de ánimo de los europeos, mientras que una nueva crisis migratoria crearía mayores amenazas a la seguridad.
"El mundo está cayendo gradualmente en una crisis alimentaria sin precedentes. Decenas de millones de personas en África o en Oriente Medio quedarán al borde de la inanición, por culpa de Occidente. Para sobrevivir, huirán a Europa. No estoy seguro de que Europa sobreviva a la crisis", declaró Patrushev al periódico estatal ruso Rossiiskaya Gazeta [Gaceta Rusa] en una de las entrevistas.
En otra entrevista concedida la semana pasada al popular tabloide Argumenty and Fakty (Argumentos y Hechos), Patrushev afirmó que Rusia "no tiene plazos que cumplir" en su campaña militar en Ucrania.

Los militares rusos han ido ganando terreno poco a poco en la región oriental ucraniana de Donbás, y en lugar de buscar una batalla inmediata y decisiva, Putin cree que el tiempo está de su lado, dijo el multimillonario ruso citado anteriormente. Putin "es un tipo muy paciente. Puede permitirse esperar de seis a nueve meses", dijo el multimillonario. "Puede controlar la sociedad rusa mucho más de lo que Occidente puede controlar su sociedad".
El regateo diplomático de varias semanas sobre los términos del embargo petrolero de la UE fue visto por el Kremlin como una señal de una determinación vacilante en Occidente, dijeron los economistas y el funcionario ruso. Las llamadas telefónicas del fin de semana del presidente francés Emmanuel Macron y del canciller alemán Olaf Scholz a Putin sobre las formas de levantar el bloqueo a los puertos de Ucrania habrán reforzado aún más esa opinión. Cuando los líderes occidentales llaman a Putin y tratan de llegar a un acuerdo, "él interpreta que tiene influencia", dijo un ex funcionario del gobierno estadounidense.
El Kremlin ha insistido en que el bloqueo de las exportaciones de grano ucraniano se debe a la explotación minera ucraniana del Mar Negro -una afirmación negada por Kiev-, mientras que Peskov dijo que las sanciones occidentales también están impidiendo el envío de cargamentos de grano.
Las posibles pérdidas de Rusia debido a la prohibición de la UE sobre sus exportaciones de petróleo por vía marítima podrían ser mínimas, dijo Sergei Aleksashenko, exvicepresidente del banco central ruso, que ahora vive exiliado en Estados Unidos. Si Rusia es capaz de desviar todo el volumen marítimo a India y China, las pérdidas rusas como resultado de la prohibición podrían ascender a sólo $10.000 millones, aseguró.
Los asesores económicos de Putin "le dirán cuál es la pérdida estimada por el embargo, y él se reirá discretamente", dijo Aleksashenko. "No va a cambiar su rumbo".
El embargo de la UE debe considerarse "sólo un primer paso" en los esfuerzos por cortar los ingresos en divisas del Kremlin, dijo Edward Fishman, profesor adjunto de asuntos internacionales y públicos en la Universidad de Columbia y exfuncionario del Departamento de Estado de EEUU.
Varios altos funcionarios occidentales, actuales y anteriores, han debatido propuestas para que Estados Unidos y la UE formen un cártel e impongan un tope de precios al petróleo ruso, posiblemente a $30 o $40 por barril. Esta medida podría ser más eficaz que la prohibición de la UE y ayudar a bajar los precios mundiales, dijeron Guriev y Fishman. Según la propuesta, Estados Unidos podría imponer sanciones secundarias a cualquiera que compre petróleo ruso a un precio superior al tope, explicaron.
El primer ministro italiano, Mario Draghi, planteó por primera vez la idea de crear un cártel de consumidores de petróleo en una reunión con el presidente Joe Biden, mientras que la Comisión Europea está examinando ahora la propuesta de Draghi de un posible límite al precio del gas.
Putin ha declarado que "la guerra relámpago económica" contra Rusia ha fracasado y, en apariencia, la economía se ha visto amortiguada contra el impacto inicial de las sanciones occidentales por la entrada de casi $1 mil millones de ingresos diarios procedentes de las exportaciones de petróleo y gas a Europa antes del embargo de la UE sobre el petróleo marítimo. Gracias a los controles de capital y a la órden a los exportadores rusos de vender al Estado la mitad de sus ganancias en divisas, el rublo se ha fortalecido hasta alcanzar los máximos anteriores a la guerra.
Pero la jefa del Banco Central de Rusia, Elvira Nabiullina, ha advertido que el impacto total de las sanciones occidentales aún no se ha hecho sentir. La prohibición de las importaciones de alta tecnología apenas está empezando a hacer mella, mientras que la escasez de algunos productos todavía no se ha manifestado plenamente. La inflación va a superar el 20 por ciento y Rusia se enfrenta a su recesión más profunda en 30 años. El intento de Putin de proteger a la población contra la inflación, estimada en un 18 por ciento, ordenando un aumento del 10 por ciento de las pensiones y del salario mínimo se queda muy corto de lo necesario.
Con los riesgos crecientes para todas las partes, "va a ser una guerra de desgaste desde el punto de vista económico, político y moral", dijo el funcionario ruso. "Todo el mundo está esperando el otoño", cuando el impacto de las sanciones será más fuerte, agregó.
Sin embargo, como el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky estima que Kiev necesita $7 mil millones de ayuda al mes sólo para mantener el país en funcionamiento, hasta ahora Putin parece apostar a que Occidente ceda primero, dijo el exfuncionario del gobierno estadounidense. El "objetivo de Putin de controlar a Ucrania y eventualmente izar una bandera rusa en Kiev no ha cambiado".
Washington Post - Catherine Belton
Lea el artículo original aquí.