Rudy Giuliani arremetió contra Jason Miller y Bill Stepien en una serie de tuits, que luego borró, incluyendo algunos en los que los acusaba de perjurio. Pero eso no fue todo.
Sólo hemos visto dos audiencias relativamente breves de la comisión del 6 de enero de la Cámara de Representantes. Sin embargo, los miembros del círculo íntimo del presidente Donald Trump ya se están acusando unos a otros de mentir bajo juramento, de aceptar sobornos de los Demócratas, de ser cómplices de los marxistas y de estar pasados de rosca. También están reavivando viejos escándalos que involucran a sus antiguos aliados y se burlan de las facultades mentales de los demás (incluyendo, en un caso particularmente notable, la de Trump).
El trabajo de la comisión del 6 de enero puede que no derive nunca en la presentación de cargos penales contra Trump o su entorno. Pero ciertamente ha provocado una extraordinaria ronda de críticas maliciosas y luchas internas.
Tal vez el ejemplo más pronunciado se produjo el martes por la mañana, cuando Rudy Giuliani efectivamente acusó de cometer perjurio a dos altos asesores de la campaña de Trump, Jason Miller y Bill Stepien. Miller había dicho bajo juramento que el ex abogado de Trump estaba "definitivamente intoxicado" en la noche electoral de 2020. (Stepien no dijo esto, aunque aparentemente Giuliani creyó que lo había hecho). Giuliani también sugirió que podrían haber aceptado sobornos por testificar en ese sentido.
Giuliani borró posteriormente los tuits. (Algunos habían señalado que las acusaciones podrían ser motivo de demandas por difamación. Y otra ex asesora de la Casa Blanca, Alyssa Farah Griffin, confirmó el martes que Giuliani "parecía ebrio" la noche de las elecciones).
Pero Giuliani no lo dejó ahí. Más tarde retuiteó a alguien que señalaba una historia de 2018 en la que se acusaba a Miller de introducir una píldora abortiva en el batido de su novia. Miller negó la acusación en su momento y demandó a quienes la promovieron, pero su demanda fue desestimada. (Miller no respondió a una solicitud de comentarios ayer martes).
Giuliani también se refirió a una historia sobre el papel de Stepien en el escándalo "Bridgegate" del exgobernador de Nueva Jersey, Chris Christie. Stepien dirigió las campañas de Christie para la gobernación, pero éste lo despidió en medio del escándalo.
Al parecer, ambos tuits también fueron borrados.
El otro gran enfrentamiento que surgió de la audiencia del lunes fue entre Trump y su ex fiscal general, William Barr. El comité, el jueves y de nuevo el lunes, reprodujo fragmentos de Barr burlándose repetidamente de las afirmaciones de Trump y sus aliados sobre el fraude electoral en términos duros. El lunes, añadieron fragmentos de Barr diciendo que informó a Trump de que sus teorías eran falsas, algo que podría ser legalmente significativo.
La portavoz de Trump, Liz Harrington, respondió a esto acusando a Barr de ser un "cobarde RINO" [Republicano falso – o de nombre únicamente] y un "Demócrata marxista" encubierto, una acusación bastante notable si se tiene en cuenta lo mucho que Barr se inclinó por Trump. (Trump también criticó a Barr en los términos que suele utilizar para los leales convertidos en críticos).
El testimonio de Barr asimismo provocó la ira de Dinesh D'Souza, cuya película 2.000 Mulas, muy criticada, constituye actualmente la base de las afirmaciones de Trump y sus aliados sobre el robo de las elecciones. Barr se rió de forma despectiva y demostrativa cuando mencionó la película. Dijo que su "premisa" -que las personas que estaban geolocalizadas cerca de varios buzones de votación podrían ser "mulas" de recolección ilegal de votos- era "indefendible".
Fue revelador que Barr, quien durante las elecciones de 2020 advirtió repetidamente de posibles operaciones de recogida de papeletas, tratara el tema con tanta sorna. En Twitter, D'Souza acusó a Barr de tener una ignorancia "asombrosa".
D'Souza no fue el único cuyas acusaciones de fraude Barr desestimó. En su testimonio, Barr señaló que el propio Trump parecía impasible ante el hecho de que sus teorías sobre el fraude electoral fueran desacreditadas por su fiscal general, lo cual Barr calificó de desmoralizador; para él, parecía que Trump se había "desvinculado de la realidad si realmente cree en estas cosas."
Esa es una defensa legal potencialmente fructífera para Trump, quien de alguna manera, realmente creía en estas cosas mientras presionaba para anular las elecciones. Eso podría socavar la idea de que Trump estaba actuando de forma "corrupta", a pesar de que se le dijo repetidamente que sus afirmaciones eran falsas.
Pero el hecho es que el fiscal general estaba sugiriendo que el ex presidente se había ido por las ramas. (En un momento dado parecía estar a punto de decir que Trump había "perdido el contacto con" la realidad, antes de rebajarlo a "desconectado"). Y eso parece bastante importante desde el punto de vista político.
Tampoco fue Barr el único en expresar su exasperación: El abogado de la Casa Blanca de Trump, Eric Herschmann, en un testimonio reproducido el lunes, también parecía perplejo ante lo que decían Giuliani y Sidney Powell, quien también formaba parte del equipo legal de Trump que impugnó las elecciones, sobre el fraude electoral.
"La teoría [de Giuliani] también era completamente loca, ¿verdad?" dijo Herschmann. "Fue una combinación de italianos, alemanes... quiero decir que han circulado diferentes cosas sobre quiénes estaban involucrados. ¿Recuerdas a Hugo Chávez en Venezuela? Y [Powell] tiene una declaración jurada de alguien que dice que escribió un software en - algo con las Filipinas - y simplemente todo tipo de cosas inconexas".
No ha sido la única vez que Herschmann ha hablado con sorna de Giuliani. Al igual que Stepien, quien dijo que se alegraba de que lo asocien con el "Equipo Normal" en lugar del equipo de Giuliani, Herschmann sugirió en un momento dado que Giuliani no estaba a la altura de la tarea de gestionar un esfuerzo de este tipo "en esta etapa de su vida."
Y al final de la audiencia del lunes, el comité del 6 de enero también reprodujo algunas palabras destacadas que dijo Herschmann a otro de los abogados de Trump, John Eastman, el arquitecto de la estrategia del 6 de enero. Herschmann afirmó que le dijo a Eastman el 7 de enero, el día después de la insurrección: "¿Estás loco de remate?" y "A partir de ahora hay solo dos palabras que quiero escuchar de tu boca: 'transición ordenada'".
Naturalmente, casi ninguna de estas personas ofreció nada de esta información antes del 6 de enero o durante el juicio político a Trump, aunque Barr dijo públicamente que las pruebas de fraude eran insuficientes para cambiar los resultados. Pero una de las ventajas de iniciar una investigación y que la gente hable bajo juramento es obligarlas a decir lo que realmente pensaban unos de otros y lo que estaba ocurriendo en tiempo real. Y el mensaje que prevalece hasta ahora es que mucha gente sabía que el intento de Trump de anular las elecciones estaba completamente desconectado de la realidad.
También sugiere que habrá muchas cosas por las que pelearse en los próximos días y semanas, a medida que la comisión revele aún más realidades hasta ahora ocultas.
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